Rebelión palestina

El gobierno de Benjamin Natanhayu anunció pomposamente que la Tumba de los Patriarcas, en Hebrón, y la Tumba de Raquel, en Belén, son patrimonio israelí. Consideradas sagradas por judíos, musulmanes y cristianos, las tumbas están situadas en los territorios ocupados al sur de la Cisjordania.

Desde el lunes 1º, cientos de palestinos, algunos muy jóvenes, se enfrentan a pedradas con el ejército en Hebrón y Belén –donde hubo un paro general y las escuelas permanecen cerradas.

Residentes del campo de refugiados de Shu’fat, en Jerusalén, chocaron con el ejército, que respondió con disparos mientras colonos sionistas armados patrullan la ciudad (The Economist, 27/2). El mismo día, decenas de colonos entraron en la ciudad cisjordana de Jericó, en una demostración de fuerza (The Guardian, 26/2). El viernes 26 hubo masivas manifestaciones en Gaza y en Cisjordania y las protestas se extendieron a campos de refugiados en Líbano, Jordania y Siria.

Israel tensa la cuerda en una escalada de ataques al pueblo palestino ridiculizando una vez más al gobierno de Obama, que pidió que “ambas partes se abstengan de realizar actos de provocación y unilaterales” para no dificultar unas conversaciones de paz que están suspendidas sin fecha de retorno.

La rebelión, que el ministro de Información israelí definió como “casi el estallido de una nueva Intifada” (AF, 24/2) fue convocada por el jefe de gobierno de Hamas en Gaza, Ismail Haniyeh, que llamó a una Tercera Intifada porque “Israel está llevando a cabo un plan de expansión desde Jerusalén hasta Hebrón y Gaza”. Haniyeh reclamó a la Autoridad Palestina (AP) que “ponga fin a la coordinación de seguridad con Israel y libere a los presos políticos”, en referencia a los cientos de miembros o simpatizantes de Hamas encarcelados en Cisjordania. Lejos de eso, la proimperialista AP alertó sobre una posible “guerra religiosa” y subrayó que no se dejará “arrastrar a la violencia”. Sin embargo, la AP “ha fracasado en sus intentos por controlar la ola de disturbios” (The Economist, ídem).

Israel patrulla Hebrón con vehículos blindados, dejó un tendal de heridos y detenidos y levantó barricadas para impedir la circulación a palestinos que defienden con piedras y palos la integridad de Cisjordania. Hebrón es su ciudad más importante y la única que tiene un asentamiento judío en su núcleo urbano.

El gobierno sionista debió enfrentar manifestaciones de repudio y los principales diarios de Tel Aviv criticaron “la vocación piromaníaca” de Netanhayu, que sólo sirve “para encender el fuego y complicar aún más la imagen de Israel ante el mundo” (Clarín, 27/2).

En marzo, el Tribunal Russell se reunirá para juzgar una extensa listas de crímenes de guerra sionistas y “la complicidad de la Unión Europea” en esos crímenes. El jurado cuenta con un comité de apoyo que integran, entre otros, Noam Chomsky, Ken Loach y José Saramago. A esto se suma que el asesinato de un dirigente de Hamas en Dubai, en enero, incluso obligó a balbucear una protesta a los gobiernos prosionistas de la Unión Europea, especialmente Gran Bretaña, porque los criminales del Mossad ingresaron en el emirato con pasaportes europeos que eran falsos porque no pertenecían a quienes los portaban pero auténticos por su factura. El periodista Robert Fisk ha puesto en duda que los servicios ingleses ignoraran la operación, aprobada personalmente por Netanhayu. Dubai pidió la captura internacional del jefe del Mossad.