¿Rebelión popular en Egipto?


Egipto es uno de los principales aliados de Estados Unidos en el Medio Oriente e incluso de Israel. Este maridaje entró en crisis cuando fue forzado por los palestinos de Gaza a ingresar a su territorio para aprovisionarse de alimentos y medicinas. El temor principal del gobierno y las fuerzas armadas de Egipto fue que una represión sangrienta de los palestinos desatara una rebelión popular en El Cairo, donde la caldera social acumula mucha presión: "Egipto, un volcán a punto de estallar", titula su informe la enviada especial de El País (11/2).


La mitad de la población está en la más extrema pobreza (menos de un dólar diario de ingresos). El 70% (55 millones de personas) come gracias a la tarjeta de racionamiento oficial (un módico cupo mensual de aceite, azúcar, arroz y lentejas).


La inflación es galopante; en consecuencia, "El nivel de pobreza da miedo", sostiene el director del diario independiente Al Dostur.


La guerra de Irak representó un golpe demoledor para las masas egipcias. Antes de la guerra, dos millones de egipcios (especialmente trabajadores calificados) trabajaban en Irak; sus remesas ayudaban a sostener a sus familias. Con la guerra, debieron regresar a Egipto, donde no han encontrado empleo.


La desocupación es masiva. El descontento popular crece: en 2007 "hubo 700 huelgas y protestas laborales en un país donde las protestas están prohibidas" (ídem) y donde los sindicatos son una dependencia estatal. El número triplicó las del año previo y alcanzó a trabajadores de la industria textil, de la producción de materiales de construcción, del subterráneo de El Cairo, de la recolección de basura, panaderos, empresas de alimentos. Es la mayor ola de huelgas desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Cuando en la última conferencia del partido oficial el gobierno sondeó la posibilidad de suprimir los subsidios, "el riesgo de estallido popular no sólo ha frenado el proyecto sino ha llevado a ampliar sus beneficios a otros 15 millones de personas" (ídem).


La régimen "está mostrando signos de desesperación, división interna y debilidad" (Middle East Report Online, 31/5/07). El presidente Mubarak, a punto de cumplir 80 años, pretende dejar el poder a su hijo Gamal, pero "el rechazo a Gamal es generalizado, no sólo entre la oposición", dice una especialista (El País, 11/2).


Un "estallido popular" en Egipto arruinará para siempre los planes yanqui-sionistas para Palestina.