Referéndum en Francia: La marcha de la crisis

El próximo domingo tiene lugar el referéndum en Francia sobre la “Constitución Europea”. Las encuestas y los observadores predicen un resultado muy estrecho, con posibilidades de triunfo del “no”. De cualquier manera, el gobierno del actual primer ministro Jean-Pierre Raffarin ya está condenado y el lunes 30, “el día después”, comenzará una nueva fase política. Mientras tanto, en Alemania la social-democracia del canciller Schroeder acaba de perder el domingo pasado una elección regional muy importante y se ha visto forzado a convocar elecciones legislativas anticipadas para el otoño. Estamos entrando en un período de crisis política en los países europeos.


Un balance de la campaña por el referéndum


El pasado sábado 22, se realizó en la Plaza de la República, en París, la reunión central de los opositores de izquierda a la Constitución: un arco que comprende a socialistas, comunistas, renovadores y movimientistas diversos, el SU… Fue una reunión, al mismo tiempo, de Attac y los partidos de izquierda. Sin embargo, la concurrencia fue relativamente escasa (alrededor de 5.000 personas) y no tuvo nada de una asamblea combativa. Más que un meeting, fue una letanía de cinco horas. Las reuniones en las capitales provinciales y en las pequeñas ciudades han sido, en cambio, más concurridas y entusiastas.


La campaña por el “no” tiene una contradicción de base: la estructuración de un movimiento nuevo con materiales viejos tiene sus límites. En realidad, el voto masivo por el “no” en la clase obrera, las capas populares y los jóvenes se identifica con la enorme bronca hacia el gobierno de Chirac-Raffarin. Coincide con un nuevo ascenso de las luchas. El lunes 16 de mayo una gran parte de la población se negó a trabajar el feriado habitual de Pentecostés, eliminado por el gobierno. En algunos lugares, hubo declaración de huelga. En todo caso, se manifestó una hostilidad profunda hacia un gobierno lastimoso.


La campaña por el “no” dio lugar a una politización de esta hostilidad; el futuro dirá si constituye la premisa de un nuevo período político. Se estima que se han formado algo menos de 1.000 comités, lo que supone un agrupamiento de unos 30.000 militantes. Esta fuerza política dio la sorpresa de organizar un movimiento por el “no” que se enraizó en la población.


El voto obrero, popular y juvenil por el “no” es el resultado de la oposición al gobierno y de la movilización social y política de los explotados, por más que pueda estar acompañado de argumentaciones nacionalistas.


Una calamidad política: el frente antiliberal


Una consideración unilateral de la campaña por el “no” puede conducir a un error de perspectiva considerable, esto porque las direcciones y los agrupamientos de izquierda están mostrando que tratan de frenar, diluir, quebrar.


Una parte de los dirigentes del Partido Socialista hace campaña por el “no” y la izquierda los ha hecho el eje de la oposición en contraposición al presidente Chirac. El Partido Comunista y otras fracciones procuran constituir un bloque para llegar al gobierno en las elecciones presidenciales de 2007. La condición es congelar toda movilización social y política. La trayectoria de Fabius (el líder del “no” en el PS) es significativa: ex primer ministro, ministro de Economía del gobierno de Jospin y uno de los dirigentes históricos del ala más derechista, social-liberal, como se dice, del PS.


L’Humanité —el diario que continúa siendo el vocero del Partido Comunista— le da la palabra a Fabius en un extenso reportaje (17/5) que éste aprovecha inmediatamente para defender el Tratado de Maastricht, de cuño netamente “neoliberal” y antisocial. Según Fabius, nadie debería confundirse: el triunfo eventual del “no” el domingo 29 no tiene por qué ser siquiera un peligro para la vigencia de los otros tratados de la UE. Hay que evitar que el “no” sea el punto de partida, o el punto de inflexión, para un nuevo período de movilizaciones y luchas.


Más interesante todavía es que la izquierda de este frente, la llamada izquierda de la izquierda, formada por Attac, los renovadores comunistas, una parte de la dirección de la LCR y otros, dio a conocer un documento, con el título de “Si el ‘no’ ganara”. En él se compromete a mantener la actual estructura institucional, los tratados en vigencia (con un toque, nada más que un toque, de política keynesiana —apoyo al capitalismo a través del déficit presupuestario—). Se le pueden aplicar a este texto las mismas críticas que se le formulan al Tratado Constitucional: es un adorno de buenas intenciones. Por ejemplo, no indica ninguna reivindicación en materia de salarios y de ocupación pero dice que “Europa tratará (sic) de erradicar la desocupación y la miseria”. Dejemos que Europa haga este esfuerzo en paz, porque funciona para lo contrario. En cuanto al imperialismo europeo, que es siempre un punto decisivo en países metropolitanos, el documento insiste en la sanata habitual del rol europeo por la paz pero no condena la invasión de Irak y no pide la salida inmediata de las tropas norteamericanas. Sostiene, en cambio, “el ejercicio de la plena soberanía del pueblo iraquí”, lo mismo que proclama Bush.


Vale la pena subrayar cuán lejos llega este documento porque cuanto más se desplazan hacia la izquierda el humor y la actividad de los explotados, más se desplaza hacia la derecha la elaboración política de la “izquierda de la izquierda”.


¿Qué pasará el lunes 30?


Los resultados del referéndum tendrán consecuencias políticas importantes y diversas, aunque el voto masivo por el “no” debería ser considerado desde ya como un triunfo político. Una victoria del “sí” le daría un respiro a la burguesía para tratar de reorganizar su dispositivo político, pero nada más que eso, porque la crisis ya está instalada.


Una victoria del “no” provocaría una onda de choque en Europa. Sobre todo, favorecería la evolución política y la reorganización de los militantes y las luchas inmediatas.


La próxima semana habcoremos pasado de los pronósticos a una nueva realidad política, y las tareas de la articulación política y organizativa independiente seguirán estando planteadas, en una forma o en otra.