Reunión entre Trump, Zelensky y líderes europeos: más incógnitas que certidumbres

La reunión dejó sin resolver las principales cuestiones

Hay bastante coincidencia de que en la reunión entre el presidente estadounidense, Donald Trump, el presidente ucraniano, Volodomir Zelensky, y los mandatarios de la Unión Europea, las principales cuestiones quedaron sin resolver.

No hubo un acuerdo concreto sobre concesiones territoriales. Zelensky rechazó la idea de ceder territorios, como Crimea u otras áreas actualmente controladas por Rusia. Aun así, el tema fue discutido de forma general, pero sin resolución final —"el asunto del territorio lo dejaremos entre él [Putin] y yo"— dijo el presidente ucraniano.

El presidente francés, Emmanuel Macron, confirmó que no se habló de entregar territorios y que la postura europea sigue siendo “ningún acuerdo puede violar la integridad territorial de Ucrania”. El canciller alemán, Friedrich Merz (a través de portavoces) indicó que el tema ni siquiera estuvo en la agenda formal; el foco fue garantías de seguridad y asistencia militar.

El magnate estadounidense no propuso cesiones explícitas; evitó pronunciarse en detalle, pero insinuó que el tema dependerá de un diálogo directo Zelensky-Putin. No hay ninguna referencia explícita al tema en los anuncios oficiales sobre el resultado de la reunión. Rusia, sin embargo, mantiene la exigencia de un reconocimiento de la anexión de Crimea y el control sobre territorios ocupados en Donbás y sur de Ucrania. No hubo ninguna señal pública de cambio en esta demanda, aunque ha trascendido que Putin está dispuesto a un “intercambio territorial”.

Ucrania debería retirarse, según el Kremlin, de Donetsk y Lugansk. Esto implicaría que Rusia pasaría a anexar totalmente a esas provincias, más allá de lo que ya ha ocupado militarmente. Kiev sigue manteniendo bajo control la parte oriental de esos territorios. Como contrapartida, Rusia se retiraría de regiones como Járkov, Dnipropetrovsk y Sumy. Otras zonas en conflicto como Kherson y Zaporiyia, se congelarían en su estado actual, donde Moscú mantiene posiciones parciales, pero no controla las capitales regionales. En teoría, esto implicaría detener su avance en esas zonas.

Garantías de seguridad

Los líderes europeos, a su turno, pusieron el énfasis en que hacía falta mayor claridad en las garantías de seguridad antes de considerar cualquier tipo de concesión territorial.

¿Qué se acordó en la materia? Se evaluó ofrecer un sistema de seguridad similar a la cláusula de defensa colectiva de la Otan (artículo 5 °), aunque con liderazgo europeo y coordinación desde Estados Unidos; Ucrania no ingresaría formalmente a la Otan pero las potencias occidentales le ofrecerían al país una protección militar frente a una agresión rusa que tendría un carácter vinculante. Este compromiso iría unido a una propuesta de unos $90 mil millones en ayuda militar de parte de EE.UU. que abarca aviones, sistemas de defensa aérea y otros recursos esenciales. También se incluyó un acuerdo para que EE.UU. compre drones ucranianos una vez que se reanuden las exportaciones.

De acuerdo a los trascendidos, Ucrania, con todos los resguardos necesarios, prestaría su conformidad a la propuesta. El presidente estadounidense, a su turno, señaló que Putin estaría dispuesto a aceptar esa fórmula, aunque no hay ninguna declaración explícita de Moscú al respecto. El Kremlin viene insistiendo públicamente que es inadmisible la presencia de tropas de la Otan en territorio ruso y plantea la suspensión de la ayuda militar. Moscú plantea una zona desmilitarizada y como mínimo un control sobre armamento avanzado. En este cuadro, donde todo está atado con alfileres, Zelensky informó que los detalles se concretarán "en papel" en los próximos 7 a 10 días. Varios mandatarios europeos han subrayado la necesidad de asegurar garantías robustas antes de cualquier tratado final.

En lo que respecta a los próximos pasos, se está evaluando una posible cumbre bilateral entre Zelensky y Putin y luego una trilateral que incluya también a Trump, aunque hay diferencias sobre el rol que debe jugar en las tratativas la Unión Europea. Moscú prefiere apartar a las potencias del viejo continente de las negociaciones directas.

Conclusión

De lo aquí expuesto, surge un panorama más que incierto. Las condiciones que reclaman unos y otros están más allá de la línea roja que estarían dispuestas a aceptar recíprocamente ambas partes. Una malla de seguridad robusta como la que proclama Macron está muy lejos del umbral admisible para Moscú. Rusia, por su parte, no muestra una disposición a ceder territorio genuino. Sólo ofrece congelar frentes y avances tácticos parciales, mientras exige la entrega formal (o reconocimiento) de las regiones del Donbás y, por supuesto, de Crimea. Moscú estaría apostando a prolongar las negociaciones. Su negativa a un alto al fuego y su planteo de un acuerdo de paz integral tendría como propósito dilatar las tratativas y seguir avanzando en el control territorial y logar un salto en su avance militar, que, hasta ahora, venía progresando pero a cuentagotas y a paso de tortuga. Trump ha pegado un giro en este punto pues ha pasado de un ultimátum a favor de un alto al fuego a habilitar una negociación integral. Eso no garantiza ni mucho menos un desenlace positivo en las negociaciones. Está muy lejos que haya luz al final del camino. La guerra, entretanto, continúa. Vamos a una prolongación y más aún, a una intensificación de la guerra. La unidad internacional de los trabajadores, empezado por los trabajadores rusos y ucranianos, es más necesaria que nunca para poner fin a la carnicería imperialista y los gobiernos responsables de promoverla.

La cumbre Trump-Putin, sin avances
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prensaobrera.com