Rusia: la izquierda ante la elección presidencial

"Votar contra todos"

Del 15 al 17 de marzo son las elecciones en Rusia

Con la guerra en Ucrania como telón de fondo, del 15 al 17 de marzo se realizarán las elecciones presidenciales en Rusia. Se trata de comicios muy regimentados, donde se da por descontado una victoria del actual mandatario Vladimir Putin. La novedad llega del lado de la izquierda crítica del régimen, que lanzó una iniciativa para “votar contra todos” los candidatos.

Se trata de una coalición bautizada “Por un mundo justo/equitativo” que reúne a un amplio espectro de organizaciones y personalidades de la izquierda rusa contrarias al alineamiento detrás de Putin. Sus tres consignas centrales son: “Por el fin de la movilización, por el regreso al hogar de padres, maridos e hijos. Derogación de la reforma jubilatoria. Por la libertad de todos los presos políticos.”

Las elecciones en Rusia, aunque “democráticas” en los papeles, son una gran farsa. Putin concentra el poder desde hace dos décadas en beneficio de la camarilla oligárquica, mientras que los contendientes opositores son encarcelados o forzados a buscar asilo político.

En esta elección, los electores tendrán una boleta única con tres candidatos, además de Putin. Son sellos de goma que avalan explícitamente los lineamientos centrales del régimen: el partido comunista “oficial”, y las dos alas del partido liberal. Una fachada de oposición por derecha y por izquierda.

La presentación nacional, aunque de pocos requisitos formales, concede a la oficina electoral un virtual poder de veto. Así, la firma de avales –accesible- puede ser impugnada si la justicia encuentra en la muestra un pequeño porcentaje de ellas “fraguadas”, lo cual puede “verificar” concurriendo con un oficial, en un acto intimidatorio, al domicilio del firmante. También se incluye una cláusula de “ficha limpia”, que deja afuera a la inmensa mayoría de los referentes opositores -todos con causas por razones políticas.

La iniciativa de la coalición llama a una acción militante coordinada, votando simultáneamente a la hora señalada y difundiendo por canales alternativos esta acción, con vistas a la anulación del voto. No es, explican, la situación ideal, porque Putin eliminó en 2006 la opción de rechazo a la totalidad de los candidatos en carrera. El voto anulado, aunque sin registro como voto válido, permite ingresar en los porcentajes de votos totales, a la vez de ofrecer una alternativa a la desmoralización del absentismo electoral.

Programa

El planteo general de la coalición surge de un compromiso entre sectores heterogéneos. Va desde la izquierda militante que se reclama revolucionaria -un conjunto de pequeños grupos y activistas jóvenes que reivindican la Unión Soviética desde distintas lecturas críticas opuestas al stalinismo- a personalidades democráticas y partidos independientes o disidentes a escala local.

En todos los casos son variantes de fuerzas de izquierda que no pueden ser emparentados con los sectores favorables a la Otan o a la colonización imperialista sobre Rusia, alineados con el difunto Alexei Navalny. No obstante, y a pesar de su importancia capital, el documento omite expedirse sobre las fuerzas en pugna en el teatro ucraniano. No podrá encontrarse ni un renglón sobre el rol del llamado imperialismo occidental en la guerra ni a su demagogia “democrática”.

No es un programa de poder obrero. Aunque, dentro de la fraseología que puede ser expresada legalmente en Rusia, tiene una clara connotación de izquierda y por los reclamos democráticos de los trabajadores.

El punto central es una oposición general a la guerra, que se vehiculiza en el reclamo de anulación del decreto de movilización interior de soldados, y el regreso a sus hogares de todos los afectados. También rechaza las anexiones y brega por un rol “pacífico” de Rusia en el concierto internacional.

Sobre reclamos laborales, plantea aumentar las jubilaciones e indexarlas por inflación, además de volver a la jubilación a los 55 para mujeres y 60 para hombres (actualmente 60 y 65). Propone aumentar los salarios en base al incremento constante del salario mínimo, elevar los sueldos en el sector público (afectados por la guerra) y un plan de creación de empleo en sectores socialmente relevantes (educación, salud, etc.), entre otros puntos.

Acompañado de esto, reclama por “verdaderos sindicatos” y la vigencia del “pleno derecho a huelga”.

Pide la libertad para Boris Kagarlitsky –intelectual de izquierda- y para todos los perseguidos y procesados políticos, que cifra en 30 mil desde el inicio de la guerra.

En cuanto a derechos sociales, advierte contra el intento de prohibir el aborto legal y contra otras maniobras oscurantistas. Reclama por atención ante violencia de género y guarderías. Propone atención psíquica gratuita a los ex combatientes.

En otros puntos, propone la eliminación de los impuestos al consumo, el cuidado al ambiente y un apartado sobre las autonomías regionales, bajo el precepto de que “el país debe ser gobernado por los propios ciudadanos y no por un puñado de ricos y dignatarios”.

Perspectivas

El llamado de la coalición fue firmado por las figuras más importantes de la izquierda, en un sentido amplio, de los últimos tiempos. Todos ellos, sin embargo, no actúan en Rusia, sino desde un exilio político forzoso. Mientras que muchos otros que quisieran adherir públicamente no pueden hacerlo por razones legales.

El peso real de la campaña lo están llevando adelante los militantes más radicalizados que continúan resistiendo en el país, moviéndose en los márgenes de la legalidad establecida por Putin. Las acciones “públicas” consisten mayormente en afichadas o volanteadas relámpago en concentraciones obreras. Además, un enorme trabajo en redes sociales y canales alternativos de difusión.

La iniciativa, que aún no tiene condiciones para traducirse masivamente en el ámbito electoral, debe ser valorada como el intento de una vanguardia muy combativa para abrirse paso y recomponer el activismo tras la feroz represión de Putin. Las conclusiones políticas que de aquí emerjan, en relación a la guerra imperialista y la necesidad de combatir al enemigo en el propio país manteniendo el accionar independiente de la clase obrera, permitirán avanzar casilleros en la construcción del partido revolucionario en Rusia.

https://www.prensaobrera.com/internacionales/guerra-a-la-guerra-acto-del-partido-obrero-frente-a-cancilleria