Se amplía el movimiento nacional palestino

Mientras el ejército israelí seguía, en la faja de Gaza, con su represión terrorista, la aviación bombardeó los campos de refugiados palestinos ubicados en El Líbano, con un saldo de 21 muertos y 30 heridos. Aunque los pilotos dijeron que dieron en blancos militares precisos, las bajas palestinas pertenecen a tres familias pulverizadas por los cohetes cuando se encontraban durmiendo en sus viviendas (La Prensa, 4/1). Con ésta se elevaban a 24 las incursiones aéreas contra los palestinos lanzadas por Israel en el último año.

Al mismo tiempo, el gobierno israelí comenzó con las deportaciones de los palestinos detenidos durante la reciente rebelión en Gaza. Más de 5.000 palestinos, en su mayoría adolescentes y niños, están confinados en campos de concentración, trasladados con los ojos vendados y sometidos a la justicia militar israelí.

Las deportaciones son vistas por un sector de la burguesía sionista y del imperialismo como “solución” al problema palestino. Según la propia prensa sionista liberal “estas cadenas de reacciones espontáneas de los palestinos son más peligrosas para Israel y la población de los territorios (ocupados) que una acción deliberadamente orquestada por alguna fuerza central organizada” (Jerusalem Post, 13/12). Pero, al mismo tiempo, la causa palestina ha abierto una brecha en la propia población israelí, incluyendo a sectores del propio ejército, que "declaran su negativa a obedecer las órdenes si ellas se refieren a operaciones de mantenimiento del orden en Cisjordania y Gaza” (Clarín, 2/1).

Solución “político-militar”

Con todo, la variante principal del imperialismo sigue siendo un entendimiento árabe-sionista, probablemente mediante una conferencia internacional. Precisamente, ahora está cobrando cuerpo esta idea lanzada por Gorbachov y apoyada por Arafat. EE.UU y el canciller israelí Shimón Peres ya dieron su aprobación, lo que para Arafat constituyen “signos positivos de Washington”. El primer ministro sionista Shamir, en cambio, propone un acuerdo circunscripto a Egipto y Jordania. El supuesto de cualquier acuerdo es asimilar a la nación palestina dentro del cuadro político-estatal actual de la región.