Se hizo el Vº Congreso y se acabó la LIT

El Vº Congreso Mundial de la LIT (Liga Internacional de los Trabajadores —IV Internacional, morenista) que se realizó en la primera semana de julio, confirmó las previsiones acerca de esta corriente política, a la que analizáramos en Prensa Obrera Nº 421 (ver “El Vº Congreso de la LIT”). De las cinco fracciones declaradas dentro de la LIT, cuatro contaban con una real representatividad (las encabezadas por el “Socialismo Rivoluzionario” —SR— de Italia, por el PST colombiano, por el Mas argentino y por la Convergencia Socialista —PSTU brasileño); las dos fracciones que realmente habían motorizado el debate interno (las dos primeras) simplemente abandonaron la LIT, una antes y otra inmediatamente después del Congreso.


El SR italiano, que impulsó la revisión de todas las tesis del trotskismo y del propio marxismo, no compareció al Congreso y envió un comunicado igualmente firmado por sus aliados (entre los que se destaca la mayoría del PST español, prácticamente la única organización de la LIT en Europa), que declara inútil cualquier discusión. Proclamó asimismo su intención de constituir una nueva organización internacional, que además de no hacer ninguna referencia a la IVª Internacional, se sitúa abiertamente en el campo democratizante de la burguesía. En diversas organizaciones latinoamericanas (por ejemplo, en el PSTU brasileño) existen fracciones vinculadas al SR.


El PST colombiano, a su vez, proclamó su decisión de abandonar la LIT en el propio Congreso, juzgando también inútil cualquier debate ulterior. La principal reivindicación de esta corriente en el período previo al Congreso había sido la expulsión del SR italiano, considerado como el padre del revisionismo de la LIT. El PST de Colombia declaró poseer una centena de militantes organizados en fracción en el Mas argentino.


Los restantes componentes, entre los que se manifestó también una violenta tensión, llegaron finalmente a un acuerdo en la madrugada posterior al cierre, sobre la base de resoluciones que son hasta ahora desconocidas. El tema que permitió este acuerdo fue la “reconstrucción de la LIT”, sin reparar,  claro, que la LIT se había trazado, en su momento, el objetivo de reconstruir la IV Internacional. Esta conclusión, más que un espectacular retroceso político, es en realidad la manifestación de la descomposición final de esta corriente.


A este panorama debe sumarse que la principal fracción “externa”  de la LIT (la CIR-LIT, del Mst argentino) ya proclamó su intención de constituir otra corriente internacional con el minúsculo POR español (el tenor revisionista del acuerdo Mst- POR está analizado en el Nº 7 de En Defensa del Marxismo). La realidad es que la organización creada por Nahuel Moreno en 1982, inmediatamente después de su ruptura con el lambertismo, y proclamada como la continuación de la IV Internacional fundada por León Trotsky, se ha desparramado en una media docena de grupos, sin que ninguno de ellos haya conseguido siquiera explicar públicamente las divergencias políticas que los separaban de los otros (lo que mide el exabrupto proclamado en 1982).


Lo peor es que lo que insiste en continuar siendo la LIT prosigue con la metodología que la llevó a estos resultados. Durante el Congreso, los actuales dirigentes se dieron al trabajo de enumerar las listas de organizaciones con las cuales “se puede” y “no se puede” trabajar (la primera está encabezada por el Worker´s Revolutionary Party de Inglaterra). Cuestionados por un delegado observador acerca de los criterios utilizados para la elaboración de las listas, los dirigentes no consiguieron responder.


Lo que sobró de la LIT no es de ninguna manera una organización y menos aún una corriente. En realidad, ya no lo era en el período previo. La única campaña internacional de la LIT en los últimos años fue la “caravana obrera de ayuda a Bosnia” (también noticiada en Prensa Obrera), que no fue una iniciativa de la LIT, sino de un acuerdo entre el WRP británico y el Secretariado Unificado (SU). Dígase de paso  que la “caravana”, una vez que llegó a Yugoslavia, se dividió como consecuencia de que una parte de ella (la del SU) aceptó el ultimátum de los “cascos azules” de continuar viaje bajo la bandera de la ONU (es decir, del imperialismo), y ya sin referencias a la “ayuda obrera”  en sus camiones; los que no aceptaron tuvieron que volver sobre sus pasos.


La LIT nunca fue una corriente internacional, y nunca superó su característica inicial de ser un apéndice del Mas argentino, por eso no consiguió pasar por la prueba de la crisis de esta organización (ruptura del frente con el stalinismo, escisiones del Mst y del Pts, fundición de centenas de militantes, etc.). La actual dispersión confirma el pronóstico que hiciéramos en 1991 de que la LIT no superaría el “nacional-trotskismo” del Mas (ver En Defensa del Marxismo Nº1). Basada en el oportunismo organizativo del Mas, la LIT entró en crisis junto con éste, y no debido al “viraje de la lucha de clases” de 1989, o a la “contraofensiva del imperialismo” posterior.


La absoluta ficción de esta supuesta “organización internacional” se prueba por el hecho de que en el primer debate en el que fueron tocadas realmente las cuestiones de principio (vigencia de las caracterizaciones del trotskismo, papel revolucionario del proletariado, centralismo democrático, etc.), las tendencias constituidas declararon simplemente la imposibilidad de discutir entre sí, y llevaron a la práctica esa declarada incapacidad.


La propagandeada proclamación del PSTU brasileño como el “elemento positivo”  que permitiría superar la actual situación reincide en los defectos anteriores, con la desventaja de que el PSTU es un caso de patente fracaso. El PSTU no se declara trotskista ni es parte de la LIT (la LIT sería una “fracción” que actúa dentro del PSTU, con el agravante de que éste tiene prohibidas las fracciones). La prohibición de tendencias y fracciones (es decir, de democracia interna) está al servicio del ingreso del PSTU en el Frente Popular del PT y sus aliados burgueses, con lo que el PSTU se integra en el “círculo de gobernabilidad” de la burguesía brasileña.


Los diversos grupos y organizaciones de lo que fuera la LIT, incluyendo los que continúan proclamándose LIT, como también los restos de organizaciones lambertistas que la LIT recogió en su trayectoria, están ahora abandonando la caracterización de revisionistas (y, por lo tanto, incompatibles con el trotskismo) de las corrientes emanadas de la crisis de la IV Internacional (principalmente del SU y del lambertismo-healysmo). En este desplazamiento hacia la derecha elaboran las más increíbles fórmulas político-organizativas.


La LIT nunca resolvió, y mucho menos ahora, la cuestión de la puesta en pie de una verdadera tendencia trotskista internacional que fuese un punto de reagrupamiento frente a la liquidación y dispersión de la IV Internacional. Esta tarea continúa planteada. Para los grupos y militantes que participaron de la LIT está planteado en lo inmediato un balance sin concesiones de esa desastrosa experiencia, como condición para continuar vinculados a la lucha por la IV Internacional.