Se profundiza la crisis del Mercosur

El diario La Nación destacó que con la reciente cumbre de Presidentes realizada en Florianópoli (Brasil), el Mercosur había logrado dar “el avance que tal vez no había conseguido en los últimos cinco años” (14/12). El “avance” se habría debido a que los presidentes fijaron metas comunes de inflación, déficit fiscal y endeudamiento hasta el 2010.


El despiste no podría ser mayor. En verdad, la cumbre estuvo signada por la crisis argentina y del propio Mercosur por la decisión de Chile de negociar un tratado de libre comercio con EE.UU, dándole la espalda al Mercosur. La “cumbre” ratificó la posición brasileña de suspender por un año las negociaciones para incorporar a Chile como socio pleno del Mercosur.


Sin embargo, la preocupación fundamental es Argentina. Porque como difundieron voceros del gobierno brasileño la crisis argentina está arrastrando a todo el Mercosur. La alta tasa de interés que tiene que pagar Argentina debido a su situación de cesación de pagos se está trasladando a toda la región.


Según el diario brasileño Gazeta Mercantil (11/12), “más preocupante, en la visión de los analistas oficiales, es el reflejo de la crisis en la percepción de los inversores internacionales sobre los llamados mercados emergentes. Una crisis de desconfianza provoca una suba de las tasas de interés y una reducción de los plazos de las operaciones para los países en desarrollo, tornando más caro el costo de inversión de las empresas. Esos efectos se potencian en un escenario externo marcado por el enfriamiento de las economías de EE.UU. y de Europa”.


Por este motivo, la gran patronal paulista, agrupada en la FIESP, alienta que la Argentina devalúe el peso. “Los empresarios se mostraron altamente preocupados por la realidad económica de la Argentina y consideraron que con una devaluación del peso Brasil ganaría”. (BAE, 12/12). El diario BAE no explicó las razones de esta posición brasileña, porque a simple vista parecería lo contrario, ya que una devaluación del peso permitiría a la Argentina exportar más a Brasil e importar menos de Brasil.


La explicación está en el punto anterior. Para la gran burguesía brasileña, mientras más demore la Argentina en devaluar, la sobre tasa de riesgo de la Argentina (más del 12% anual) se traslada a toda la región, perpetuando el encarecimiento del costo del financiamiento, y además demora las decisiones de inversión de los grandes pulpos del exterior.


Claro está que una devaluación argentina no será un “lecho de rosas”. Pero la gran burguesía brasileña considera que una desvalorización de los capitales, activos y empresas en la Argentina podrá ser un nuevo punto de partida para los grandes capitales que podrían reinvertir en la región comprando a precios de regalo lo que deje la quebrada burguesía argentina.