Sri Lanka: crisis económica y movilizaciones populares

El impacto de la guerra en Ucrania y la suba de los precios del combustible.

Los manifestantes reclaman la renuncia del presidente.

La guerra en Ucrania agravó significativamente la crisis económica en Sri Lanka, una de las perlas del Océano Indico, ubicada al sur de la India. Con sus reservas monetarias exánimes, el aumento en los precios internacionales de los combustibles y los alimentos derivó en grandes dificultades de la isla para financiar las importaciones, lo que se traduce en una escasez de productos de primera necesidad y de medicamentos, largas colas para cargar nafta y apagones eléctricos de hasta 13 horas diarias.

El clan Rajapakse, que gobierna con mano de hierro el territorio, es el blanco de la furia popular. El jueves pasado, cientos de manifestantes se concentraron frente a la casa del presidente Gotabaya. Hubo represión y cerca de 50 detenidos.

Más en general, se están desarrollando importantes movilizaciones en todo el país exigiendo la renuncia del mandatario. Los médicos, mientras tanto, protestan ante la falta de drogas.

El gobierno ha desplegado soldados en las estaciones de servicio e impuso un estado de emergencia, en el que terminó dando marcha atrás.

La impopularidad del gobierno ha llevado a que más de 40 diputados se aparten del bloque oficialista, dejándolo a punto de perder la mayoría parlamentaria. A su vez, a comienzos de la semana renunció todo el gabinete de ministros, incluyendo un ministro de finanzas que duró apenas 24 horas en el cargo. Quien sigue en su puesto es Mahinda Rajapakse, primer ministro y hermano del presidente. Ambos son el núcleo del poder.

Frente a la crisis, el gobierno intenta arribar a un acuerdo con el FMI, pero también explora la asistencia financiera de India y China. La oposición parlamentaria, que reclama la renuncia del presidente, no es una alternativa, puesto que se limita a reprocharle al Ejecutivo haber discontinuado un plan con el organismo financiero que anudó el gobierno anterior.

El presidente busca absolverse de la crisis, culpando al impacto que el Covid-19 significó para la industria turística. Pero el quebranto actual es el resultado del vaciamiento de las arcas públicas para satisfacer a los bonistas y las políticas para favorecer al gran capital.

El clan Rajapakse es conocido por los métodos brutales con los que enfrentó los reclamos independentistas de la minoría tamil, en el noroeste de la isla. Miles de civiles fueron asesinados a lo largo de la década pasada en el marco del conflicto con la guerrilla de los Tigres Tamiles.

La inestabilidad actual en Sri Lanka es una de las expresiones más destacadas de la agudización de la crisis mundial.