Sudáfrica: la victoria de los mineros

A pesar del empeño puesto por la británica Lonmin (tercera productora de platino en el mundo) en ocultar los detalles del acuerdo salarial firmado con los mineros en huelga, estamos en presencia de una victoria obrera. “Detalles del acuerdo final no fueron dados a conocer, pero informes locales señalan que los perforadores de roca (el sector más calificado, más explotado y el que inició la huelga) obtendrán un monto aproximado a aquel reclamo, incluyendo ayuda médica y concesiones en materia de vivienda” (Wall Street Journal, 19/9). El vocero de la Comisión de Conciliación, Mediación y Arbitraje (CCMA) ha reconocido que un punto del acuerdo es “la participación de representantes de los trabajadores que no eran miembros de los sindicatos reconocidos, así como el involucramiento de grupos religiosos y líderes tradicionales” (Sapa, Johannesburgo, 19/9). Como excusa para el recule, él mismo declaró que “tenemos que ser conscientes del medio ambiente laboral y social en que se desenvuelven estas negociaciones y si existe un marco legal que trate adecuadamente éstos y otros retos” (ídem). Uno de los líderes de los obreros (cuyo nombre trasciende por primera vez) informó a los trabajadores en Marikana (lugar de origen de la huelga) que uno de los puntos del acuerdo es que el aumento se aplicaría “a todos los ámbitos” en que se desenvuelve el trabajo y la vida de los mineros, también que a partir de ahora un perforador de roca ganaría 11.078 rands -sin deducciones-, un líder de equipo 13.022 y un operador 9.883. Los trabajadores habían reclamado poco más de 12 mil rands, un 200 por ciento por encima de lo que estaban ganando. Es la primera vez en mucho tiempo que el aumento de salarios procede de un reclamo y una huelga, además en medio de una ofensiva de ajuste por parte de las patronales.


Hacia el norte, en la cuenca minera de Rustenburg, continúa la huelga de unos 5.000 mineros de Amplats (propiedad del pulpo minero anglo sudafricano Anglo American), primer empleador privado del país. En el tercer gigante minero, el sudafricano Impala, está en desarrollo un movimiento de lucha por el mismo reclamo. El desenlace de la huelga cambia el escenario para la clase obrera de Sudáfrica en su conjunto, en un país donde se asiste a un reguero imparable de conflictos por la electricidad, el agua potable, la salud, la vivienda, los cuales son parte esencial de las luchas de los mineros, porque tienen que ver con las condiciones de hacinamiento y abandono con las que son tratados en el hábitat de las minas.


¿Cómo descargar la crisis?


Las conquistas quiebran el plan de ajuste planteado por el conjunto de las patronales mineras -en particular en el caso del platino-donde a partir de la caída de los precios, fruto de la crisis mundial, estaban previstos despidos masivos en función de una “racionalización” de la producción. “En el período inmediato, las implicancias del acuerdo por el salario en Lonmin tendrán consecuencias generalizadas” (Mineweb, Johannesburgo, 19/9). Por la misma razón, el vocero de la CCMA advierte que “será necesario mucho trabajo para estabilizar las relaciones industriales en el Cordón del Platino”. El gobierno y la burocracia sindical están tanteando la posibilidad de establecer un foro de negociación colectiva que permita contener una demanda generalizada y “salvaje”. Pero, por otra parte “si baja el precio del metal y los salarios se incrementan sustancialmente, se reiniciará el estrechamiento de márgenes” (de beneficio) y se replanteará “la necesidad de despidos y recortes, lo que podría encender más protestas entre las crecientes masas desempleadas” (ídem anterior).


La explotación de platino se encuentra afectada por una caída de precios y un derrumbe de las cotizaciones en la Bolsa de Londres. Un representante de la patronal escribe, en una columna del Financial Times (6/9), que la industria necesita un sistema sindical que sepa acomodarse a los ciclos de baja en el mercado. En efecto, las huelgas constituyen una rebelión contra la burocracia sindical ligada a los pulpos y al gobierno. El funcionario de los mineros llega tarde en sus recomendaciones, ya que lo que está puesto en la agenda política de Sudáfrica es la necesidad de nacionalizar la minería en forma integral. El régimen político instaurado con posterioridad al apartheid se encuentra definitivamente comprometido. Sudáfrica va camino a una situación prerrevolucionaria. Como ocurriera hace tiempo en la vecina Zimbabwe -ex Rhodesia- crecen los reclamos por la expropiación sin indemnización de las tierras de los Boers (antiguos colonizadores holandeses).