Internacionales
8/7/1999|634
“Tenemos que encontrar las formas necesarias para oponernos a esta barbarie”
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Queridos hermanos y hermanas:
Desde el 25 de marzo, bombas por decenas y decenas de miles de toneladas fueron lanzadas sobre todos los pueblos de Yugoslavia diariamente. Millares murieron, incontables son los heridos y cientos de miles se convirtieron en refugiados, expulsados de sus casas. Diecinueve países, bajo el comando de los Estados Unidos, están participando del proceso de destrucción de un país entero.
Esta es una guerra de genocidio contra los pueblos de los Balcanes.
El implacable y sistemático bombardeo de la Otan ha provocado las formas más abominables de barbarie en nuestra región; barbarie que amenaza extenderse a todos los países vecinos. Detrás de la fachada de ataques militares humanitarios, lo que realmente sucede es el bombardeo de barrios de la clase trabajadora en las principales ciudades. Es la masiva destrucción de fábricas y carreteras. Es la brutal masacre de los refugiados.
No existe nada de ‘humanitario’ en la ofensiva de la Otan. En realidad, la intervención de la Otan sirve solamente para dar sustento a aquellos que, en nuestros territorios, están realizando masacres y limpiezas étnicas.
Detrás de todos los pretextos ‘humanitarios’ se esconde la verdadera cara de esta intervención; la negación de los derechos de los serbios, albaneses, montenegrinos, macedonios, bosnios y de otros pueblos de la región.
En el corazón de Europa comenzó la guerra. Esta es la guerra que amenaza no sólo la región Danubio-Balcanes sino a toda Europa.
Aquellos que están interviniendo en nuestra región bajo el falso alegato de la defensa del derecho de las minorías nacionales son los mismos que han impuesto los planes de ajuste estructural del FMI para saquear y desmontar nuestro país y destruir los derechos de las minorías nacionales, a lo largo de los últimos diez años.
El violento ataque militar americano, bajo la pretendida ‘asistencia humanitaria’ a los albaneses, viene a consolidar el dominio de los Estados Unidos en toda la región por medio de la creación de enclaves y protectorados especiales bajo control militar directo de los Estados Unidos.
Las grandes potencias que hoy proclaman que Milosevic es el gran villano son exactamente las mismas que, a lo largo de muchos años, se sirvieron —y continúan haciéndolo— de las peores mafias y direcciones políticas para ejecutar sus planes de pillaje y liquidación social.
En el momento en que el mundo se desmorona a nuestro alrededor, afirmamos que la única manera de salvar, no sólo a nuestra región sino a toda Europa y al mundo entero, es que nos levantemos para defender todo lo que fue conquistado por los trabajadores y los pueblos a través de duras batallas; esto es, los servicios y empresas públicas, el derecho a la educación y a la salud para todos, y la condición para conquistar todo lo demás: derecho a la independencia sindical.
En estos tiempos extremadamente convulsionados y bajo las circunstancias más difíciles, lanzamos, con este manifiesto, un llamado a todos los militantes y trabajadores de los países de nuestra región, independientemente de su nacionalidad, para avanzar en la lucha común y discutir juntos, de modo que podamos encontrar los medios necesarios para oponernos a esta barbarie, por medio de la libre expresión de nuestras opiniones y puntos de vista.
Por todas estas razones, con el respeto a los diferentes puntos de vista que puedan ser expresados, nos proponemos la realización de una Conferencia Danubio-Balcánica.
Junto a varios países de la región, nosotros denunciamos las masacres perpetradas por el gobierno americano y sus aliados europeos.
¡Por la inmediata suspensión del bombardeo de la Otan!
¡Por el derecho de todos los refugiados a regresar a sus casas!
¡Fuera las tropas extranjeras!
¡Por el desmantelamiento de toda base militar de la Otan en Grecia, Turquía, Hungría y Macedonia!