Todas las aéreas en camino de ser “low cost”

La crisis internacional del transporte aéreo

En el primer semestre de este año, British Airways registró “unas pérdidas asfixiantes, por valor de 326 millones de euros” e Iberia “182 millones de euros hasta septiembre último”, con una caída en los ingresos “de1 19,5 por ciento”. En ambos casos, la explicación está en “el colapso de la economía, sumado al significativo descenso de pasajeros a pesar de las tarifas bajas” (EFE).

La fusión de ambas empresas, anunciada a mediados de este mes, fue acordada en este cuadro, que es similar al que vive todo el negocio aerocomercial: la entidad que agrupa a prácticamente todas las compañías del mundo (IATA), estimó que este año las pérdidas del sector, a nivel global, rondarán los 11.000 millones de dólares.

La caída en la actividad ya lleva varios años, pero se ha profundizado con la actual crisis económica y llevó a varios de los gigantes del sector a una situación de quiebra de la cual salieron, en muchos casos, con aportes millonarios de los Estados, especialmente en el caso de las norteamericanas.

Esta debacle ha motorizado una profunda reestructuración del negocio y una gran concentración, con fusiones o absorciones entre grandes compañías (entre otras, British-Iberia -que prevén una unificación con American Airlines; Air France-KLM-Alitalia; Swiss-Lufthansa; Delta-Northwest y, en nuestra región, Avianca-TACA-Aerogal).

Al mismo tiempo ha ido creciendo el segmento de las denominada aéreas low cost, que asientan su negocio en la liquidación de los convenios, en los bajos salarios y en la multifuncionalidad. Un esquema al que las aéreas tradicionales se están orientando, recorriendo distintos caminos para poder superar la resistencia de los trabajadores a la liquidación de sus conquistas.

El actual proceso de fusiones y absorciones va acompañado por despidos masivos y un ataque a los convenios y las condiciones de trabajo. Antes de la anunciada unificación, British dejó en la calle a casi 1500 empleados e Iberia a más de 1700. Y se estima que la fusión provocará la pérdida de 7.000 puestos de trabajo más, 4900 de ellos pertenecientes a British y el resto a la española.

Además, existe el temor de que se “acometa una restructuración profunda de los beneficios sociales de que goza la plantilla de la aerolínea”, dijo Brian Boyd, del sindicato Unite, que representa a los 14.000 trabajadores de cabina de British. La compañía ya ha desfinanciado al fondo de pensiones de sus empleados, al cual le debe 3.300 millones de euros.

Iberia, por su parte, anunció la creación de una nueva compañía para que realice sus vuelos en Europa basada en las condiciones de las denominadas low cost. La alternativa es que esos vuelos sigan siendo realizados por Iberia, pero con condiciones de trabajo que “permitan competir con las low cost”, dijo un directivo de la aérea española. Es decir quebrando el convenio único, con salarios más bajos y sin respeto a las condiciones laborales actuales.
Las direcciones sindicales parecen estar adaptándose a esta profunda ofensiva contra las condiciones salariales y laborales. Las inglesas han amenazado con huelgas en el periodo navideño si no se les asegura que “se respetarán los puestos de trabajo”, cuando British ya despidió a un millar y medio de empleados y adelantó que antes de marzo próximo dejará en la calle a 1700 más. El sindicato de pilotos de Iberia (SEPLA), declaró su “alegría” por la fusión y por el “proyecto de creación de una línea de bajo coste”, lo que les hace pensar que “es pronto para pensar en posibles despidos”. Y la central sindical española dirigida por Izquierda Unida (CCOO) dijo, luego de una reunión con la empresa, que “Iberia no contempla que la fusión tenga efectos negativos sobre el empleo” (RRHH Digital).

En nuestra región, la unión de la colombiana Avianca, la centroamericana TACA y la ecuatoriana Aerogal es sólo el inicio del proceso de fusiones esperable. Mexicana y Aero-México están evaluando la posibilidad de unificarse y Enrique Cueto -vicepresidente ejecutivo de LAN Airlines- dijo que “las empresas del sector deben consolidarse” (El Cronista).

El costo para los trabajadores ya comenzó. Avianca inició los despidos la semana pasada que alcanzarían, en esta etapa, a un total de 600. En el caso de TACA las cesantías comenzaron a principios de este año. Los trabajadores de TACA Perú realizaron una movilización a la sede de la empresa para reclamar contra los despidos y por el blanqueo del personal ya que “el 70% tiene contratos precarios” (CICE-Perú).

Aquí y ahora

Los trabajadores de LAN Argentina están en conciliación obligatoria luego del paro que realizaron días atrás por aumento del 35% en los salarios y por la reposición de un delegado despedido.

A este proceso difícilmente puedan esquivarlo Aerolíneas y Austral, aunque la mayoría de los salarios de esas compañías dista bastante de los del “primer mundo”. El déficit de 2 millones de dólares diarios difícilmente sea soportado por mucho tiempo por la burguesía argentina, oficialista u opositora.

El pase a una administración por parte del Estado (aunque las acciones siguen siendo propiedad del grupo español Marsans), para que aquel las capitalice con la compra de aviones nuevos, aparece como una condición necesaria para que las dos aéreas retornen a manos de capitalistas privados. Pero otra condición seguramente será el ataque a los salarios y convenios.

La actual conducción de Mariano Recalde ya comenzó con el congelamiento de vacantes y horas extras y el anuncio de más cambios en las condiciones de trabajo. De momento, los sindicatos -alineados con la CGT o la CTA – no han abierto la boca. Acompañan la “gestión” “nacional y popular”.