Internacionales
29/5/1998|586
“Todo el poder a los comités de huelga revolucionarios”
Samara es una ciudad rusa que cuenta con un millón de habitantes, una antigua tradición revolucionaria y una gran concentración de la industria pesada, que como en el resto de la ex URSS ha sido devastada por la restauración capitalista. La fábrica de automóviles ZIM, cuyos 5.000 trabajadores no han cobrado sus salarios en todo un año, está en huelga por tiempo indeterminado.
ZIM es una empresa del complejo industrial-militar que pertenece formalmente al Estado. Como la mayoría de las empresas en esa situación, ZIM no recibe órdenes de compra; ha sido despojada de sus activos y sus instalaciones han sido ‘alquiladas’ a familiares de los administradores. Los trabajadores, que contaban con algunas acciones de la empresa, fueron obligados a venderlas, ya que no cobraban sus salarios. La empresa fue llevada así a una quiebra preparatoria de su privatización.
El 3 de febrero, los trabajadores de la ZIM bloquearon la principal avenida de la ciudad. Una resolución de la asamblea de planta proclama: “No a la quiebra. No a las sociedades por acciones. No a los gerentes externos. Ahora somos los dueños de la planta. Primero paguen nuestros salarios; después hablaremos. Fuera las manos de ZIM”.
En cada uno de los días de los dos meses siguientes, los trabajadores volvieron a bloquear la avenida. Además, expulsaron de la planta al director y su camarilla, los que ahora se encuentran sometidos a juicio por desfalco. Para obstruir la investigación, la mafia quemó la administración de la planta. La policía arrestó en dos oportunidades a los dirigentes del Comité de Huelga, los cuales fueron liberados por la presión de los trabajadores, que tomaron como rehenes al vice-director y al burócrata del sindicato amarillo oficial. En la actualidad, los trabajadores de la ZIM están organizando una asamblea de toda la ciudad para derrocar al gobernador.
A continuación, presentamos a nuestros lectores la proclama que redactaron, en común, el Comité de Huelga de ZIM y el Comité de Huelga de Samara, ambos animados por dos antiguos militantes obreros y marxistas, arrestados en la época de Brezhnev por organizar una huelga.
“El régimen criminal ha llevado a Rusia a una vergüenza y una humillación inauditas y ha lanzado a su pueblo a la pobreza y la miseria. Este régimen debe ser derrocado.
“Durante largas décadas, vivimos como siervos del feudal PCUS. Ahora, nuevos explotadores –los demócratas– nos han arrojado a una nueva esclavitud, burguesa. Fue la mafia de comunistas y demócratas la que ha llevado a Rusia al borde de la catástrofe. Esta puede ser evitada sólo por la clase obrera revolucionaria organizada. No hay otra fuerza social que pueda hacerlo.
“Esta es la razón por la cual nosotros, trabajadores, estamos hoy tomando todo el poder y la responsabilidad por el destino de nuestra sociedad. El gobierno mafioso y putrefacto de Yeltsin debe ser disuelto en forma inmediata e incondicional. Todo el poder debe ser transferido a las manos de los comités de huelga revolucionarios, que serán plenamente responsables ante las asambleas obreras. Estas deben convertirse en la principal ley de la vida.
“Cualquier poder –a menos que sea controlado estrictamente por las masas organizadas– degenera instantáneamente y produce explotadores despreciables, no importa cuan bellamente se enmascaren.
- “Todos a la Plaza de la Gloria.
- “Abajo los comunistas y los demócratas.
- “Abajo con los parlamentos y los presidentes.
- “Viva el Poder Obrero.
- “Viva la revolución.”