Internacionales
9/5/1992|356
Responsable del asesinato del Che Guevara
Treinta años de traiciones del Partido Comunista a la Revolución Cubana
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En los últimos cinco años, el partido comunista ha hecho todo los posible (y aún lo imposible) para aparecer como el campeón sin rivales de la revolución cubana y como el heredero político, nada menos, que del Che Guevara. La tarea fue tomada con tanto empeño que cualquier observador con un mínimo de sagacidad hubiera podido percibir la maniobra típica de los conversos tardíos (y, por lo tanto, inconsecuentes), de ningún modo una reivindicación de revolucionarios de la primera hora.
Echegaray, y las deshilachadas huestes que aún le quedan, pretende incluso dar lecciones sobre la defensa de Cuba y de la revolución. Para semejante “maestro", la circunstancia de formar un “frente del sur” con partidarios de la liquidación política de la revolución cubana es un detalle que se le pasa muy naturalmente por alto. Precisamente, la figura del Che y la revolución cubana deben servirle para disimular políticas contrarrevolucionarias de este tipo. Partidario de desarrollar “un espacio" común con los defensores acérrimos de la “flexibilidad laboral" (Piccinini, Piccone, De Gennaro), su pretendida defensa de la revolución cubana es simplemente (o mejor, desvergonzadamente) una impostura, porque hasta un niño sabe que el objetivo de cualquier revolución socialista es abolir la explotación del hombre por el hombre y de ninguna manera incrementar los ritmos de trabajo y acrecentar la plusvalía relativa de los capitalistas.
¿Pero tiene títulos el partido comunista, en general, y Patricio Echegaray, en particular, para arrogarse la condición de defensor de la revolución cubana y de albacea testamentario del Che? En un país donde es posible distinguir al charlatán con sólo oírle decir que es necesario “rescatar la memoria histórica”, ¿no sería oportuno hacer un poco de historia para refrescar la memoria a los patricios y. a los que no lo son, y por sobre todo para que la nueva generación se forme y se eduque simplemente en la verdad? Porque la verdad histórica es ésta: el partido comunista ha sido un enemigo histórico de la revolución cubana y su dirección ha sido una de las responsables políticas del asesinato del Che. Echegaray conoce esto de primera mano, sin embargo hasta el día de hoy el partido comunista, en su nuevo envase, no ha hecho la denuncia ni la crítica de sus posiciones pasadas ni de sus dirigentes, por la simple razón de que en esta cuestión, como en todas las otras referidas a su subordinación al stalinismo y a la KGB, tales denuncias y tales críticas pondrían al desnudo el carácter históricamente contrarrevolucionario del partido comunista.
Avanzada contra la “evolución Cubana
La victoria de la revolución cubana tuvo como consecuencia destruir las dos principales tesis del conjunto del stalinismo mundial y del codovillismo en particular: la primera, la que se refería al “tránsito pacífico” o “parlamentarlo” al socialismo; la segunda, la que tenía que ver con el carácter democrático-burgués, no socialista, de la revolución en América Latina. La indisimulable hostilidad hacia la evolución socialista de la revolución cubana se puso de manifiesto, entre otros ejemplos, cuando la juventud universitaria del PC volcó todo su aparato para impedir que el Congreso de la FUA, de fines de 1961-, votara como presidentes honorarios de sus sesiones a la Revolución Cubana y a Fidel Castro.
El PC argentino se asignó la tarea de actuar como "avanzada" latinoamericana de la lucha contra el “aventurerismo castrista”. El intento de los stalinistas cubanos que respondían más directamente a Moscú (quienes no se privaban, como Aníbal Escalante, de calificar al Che como un “aventurero sin patria”—ver “Fidel de Cuba" de Jean Pierre Clerc) de copar el partido unificado que se estaba creando en 1961/62 y luego el acuerdo entre Kennedy y Kruschev, a espaldas del gobierno cubano, en oportunidad de la crisis de los misiles, llevaron a un punto muy alto la ruptura entre los castristas y los partidos comunistas, en especial el argentino. En ese entonces, mientras Fidel denunciaba el acuerdo yanqui- ruso como una violación a la soberanía de Cuba, Victorio Codovilla aplaudía la “enérgica y flexible” posición del PCUS (ver “Tres hechos que definen la situación internacional", en Obras Escogidas).
Apenas un año más tarde, en 1963, Moscú ordenó al PC venezolano ia expulsión de una fracción que había comenzado la lucha guerrillera bajo la dirección de Douglas Bravo, miembro del buró político del PCV. Mientras
Castro y el Che denunciaron sistemáticamente la “traición” del PCV a la guerrilla, el PC argentino se alineó sólidamente con Moscú y el PC venezolano. Los partidarios de Fidel y el Che fueron sistemáticamente expulsados del PC venezolano con el apoyo de Moscú y del partido comunista argentino. ¿Dónde estaba entonces “la patota de Fidel y el Che Guevara” que hoy día dice comandar Echegaray?
La responsabilidad en la muerte del Che
En 1967, pocos días después del asesinato del Che en la selva boliviana, Rodolfo Ghioldi fijó la posición política fundamental del stalinismo ante la guerrilla del Che nada menos que en la Pravda soviética, lo que revela que actuaba a las órdenes de Moscú. Allí, bajo la atenta mirada de los censores del Kremlin, Ghioldi afirmó rotundamente que la política castrista “se confunde con desviaciones maoístas, trotskistas y anarquistas” y “es perjudicial para la política soviética de acercamiento con los gobiernos de América Latina” (Ultima Hora, 27/10/ 67, citado por Guillermo Lora en “Revalorización del método de guerrillas’). ¿Es posible imaginar una acusación más violenta y una declaración de repudio más tajante contra la guerrilla del Che formulada por el aparato stalinista internacional a través de su “agente" argentino?
El PC argentino —consecuente hasta el final en su ataque a la revolución cubana— se negó a participar en las Organización de Solidaridad Latinoamericana (OLAS), formada por Castro para extender la lucha armada en América Latina.
A la luz de etas declaraciones de Ghioldi (que coincidían plenamente con las de otros connotados stalinistas, principalmente con las del chileno Luis Corvalán, también publicadas por Pravda)y con denuncias de los sobrevivientes de la guerrilla, está perfectamente claro porqué Fidel Castro denunció públicamente la traición de varios partidos comunistas al Che y la complicidad en su asesinato, una acusación de la que Fidel Castro no se ha retractado en un cuarto de siglo.Es evidente que Castro se refería a esos hombres —Ghildi, Corvalán— al hablar de “traición”. Cualquiera puede leer esta denuncia en el prólogo de Fidel Castro al “Diario del Che en Bolivia” imposible de conseguir en Liberarte.
La traición de los partidos comunistas al Che y su complicidad política y física en el asesinato ha sido abundantemente probada por los sobrevivientes de la guerrilla boliviana y por historiadores de las más distintas tendencias políticas (ver el diario del Inti Peredo, las declaraciones de los sobrevivientes publicadas por la prensa chilena, “La guerrilla del Che" de Regis Debray, “El Che" de Hugo Gambini, “El Che y Latinoamérica" de Juan Maestre Alfonso, “Mi amigo el Che" de Ricardo Rojo y, sobretodo “El diario del Che en Bolivia” y el prólogo de Fidel Castro).
Para justificar el boicot y el aislamiento de la guerrilla del Che —dictado por la política de Moscú, tan claramente delineada por Ghioldi en Pravda— el dirigente del PC boliviano Mario Mongó le exigió al Che que se subordinara a su dirección. Cuando Guevara rechazó este ultimátum inaceptable, el PC rompió relaciones con la guerrilla, le negó la colaboración y el apoyo material prometidos, interceptó militantes que se dirigían a la selva a unirse a la guerrilla y realizó propaganda antiguerrillera entre su militancia.
La traición del stalinismo —en quien el Che había delegado funciones de apoyo logístico— agravó decisivamente el aislamiento de la guerrilla y facilitó su liquidación por los esbirros del imperialismo.
Estos son los hechos que Echegaray conoce de sobra. Esta es la verdad que, como siempre, es revolucionaria. Los que hoy se autoproclaman “albaceas testamentarios” del Che y “delegados personales” de Castro en Argentina no han expulsado —aun póstumamente— y ni siquiera han denunciado los crímenes de sus mayores contra la revolución cubana y el Che. Al contrario, no hace mucho tiempo, los “guevaristas" del partido comunista —ya renovado” y "cubanizado, con Echegaray a la cabeza, rindieron un homenaje póstumo al contrarrevolucionario Rodolfo Ghioldi organizando su sepelio con gran pompa y circunstancia.
El stalinismo ha sido un enemigo histórico de la revolución cubana, de su carácter socialista, de su extensión a América Latina. Esto no ha cambiado un ápice. Hoy sus aliados son los partidarios de liquidar políticamente la revolución cubana, de la misma manera que defendieron la política que llevó al colapso de la revolución nicaragüense.
Frente Sandinista: Una “vanguardia heroica” pide el ingreso a la internacional socialdemócrata
Al mismo tiempo que "se ha abierto una agria disputa por el futuro del Frente Sandinista de Liberación Nacional y (que) altos dirigentes partidarios y periodistas se dividen en torno a las políticas editoriales del periódico prosandinista Barricada” (El Mercurio, 15/3), “la Asamblea Sandinista decidió respaldar la solicitud de ingreso como miembro pleno de la Internacional Socialista” (Brecha, 29/4).
El semanario montevideano Brecha informa que esta resolución fue adoptada por 81 votos contra 10, una “muy cómoda" mayoría. La integración de los ex "partidos marxistas-leninistas”, es decir, de los aparatos stalinistas, a la pro-imperialista Internacional Socialista está a la orden del día: el semanario montevideano reseña que son 80 los partidos del ex "bloque comunista” que han pedido su ingreso a la Internacional Socialista. También los sindicatos—estatizados— del ex “bloque comunista” están entrando en masa a la CIOSL—el gran aparato de burocracia sindical europea. La central sindical rumana, incluso, tiene un puesto en el Comité Ejecutivo de la CIOSL (La República, 26/3).
La evolución ha confirmado todas nuestras caracterizaciones y pronósticos acerca de esta organización pequeño burguesa. Pero los izquierdistas argentinos no se dan por aludidos, ni siquiera cuando uno de ellos, el uruguayo Eduardo Galeano, constata que “esos dirigentes sandinistas... que habían sido capaces de perder la vida en la guerra y en la paz no han sido capaces de perder las cosas... y se han quedado con los autos, las casas y otros bienes públicos” (Página 12, 12/4) mientras la desocupación golpea al 56% de la población.
Echegaray, mientras tanto, continúa engañando a los sufridos lectores de “Propuesta” con la cantinela de que el FSLN es "la vanguardia heroica del pueblo nicaragüense".