Túnez: convocan a la Asamblea Constituyente

Revolución por etapas o revolución permanente

El presidente interino de Túnez, Fued Mebaza, ha convocado a elecciones para elegir una Asamblea Constituyente el 24 de julio, luego del fracaso de dos gobiernos interinos que buscaron pilotear la transición tras la caída de Ben Alí hace ya varios meses. Los desmoronamientos sucesivos de gobiernos y ministros frente a la presión de la movilización popular, obligaron a Mebaza -ex titular del Parlamento (ahora disuelto) del régimen de Ben Alí- a convocar a una Asamblea, a la cual siempre opuso la convocatoria a elecciones presidenciales y legislativas en dos meses, bajo una nueva ley electoral. Sin embargo, el andamiaje siquiera formal para llevar adelante este proceso -mantener las estructuras del viejo régimen intactas- resultó inviable en un cuadro de ascenso del movimiento popular.

Mebaza debió hacer grandes concesiones durante este poco tiempo para detener las protestas crecientes; el RCD, el partido de Ben Alí, fue disuelto, mientras que sus ex ministros y funcionarios fueron arrestados y la policía política también fue disuelta.

La Alta Instancia

En este marco, los requisitos para las elecciones serán determinados por un organismo llamado “Alta Instancia para la realización de los objetivos de la revolución” (una suerte de multisectorial formada desde el gobierno, que agrupa a doce representantes de partidos políticos, a 17 de organizaciones y asociaciones de la sociedad civil y a 42 personalidades). La Alta Instancia fue rechazada por diversas organizaciones, entre ellas el Partido Comunista Obrero de Túnez (PCOT), que denunció que fueron excluidos “representantes de algunos partidos y asociaciones”, así como “representantes de las regiones, de la juventud y sus organizaciones”. La Alta Instancia se opone, formal y políticamente, al Consejo de Protección de la Revolución, donde el peso fundamental lo tiene la UGTT, la central obrera del país. El problema no es menor: los comités de base y las seccionales de la central han sido la columna vertebral del proceso revolucionario en Túnez. Justamente, el gobierno busca cooptar, mediante la formación de la Alta Instancia, a los movimientos populares que exigían la convocatoria a una Constituyente.

Una de las grandes “conquistas del consenso” para el gobierno fue la integración del grupo islamista En Nahda a la Alta Instancia, incluso aceptando un aumento de la participación electoral de las mujeres. Se prohibió, asimismo, la participación de funcionarios que hayan integrado el régimen de Ben Alí en los últimos 23 años. Sin embargo, se desconocen los alcances de la Constituyente. El mandatario no aclaró si la Constituyente elegiría a un gobierno provisional, o si seguiría el actual hasta que sean convocadas elecciones luego de la Constituyente o simultáneamente con ella. Túnez va a un conflicto de poderes.

El Consejo de Protección de la Revolución y el Frente 14 de enero (que agrupa al PCOT y otras corrientes) mantienen, sin embargo, una posición ambigua; no han rechazado a la Alta Instancia y le han permitido que ganara terreno, y no han convocado ni peleado por la convocatoria a un Congreso de Bases o comités que delibere y elabore una salida, es decir, que se constituya como una alternativa de poder frente al gobierno provisional. Los planteamientos del PCOT -el ala “izquierda”- sobre la necesidad de “postergar” la convocatoria a la Constituyente para “llegar en mejores condiciones” (o que Mebaza “reconozca” al Consejo de Protección de la Revolución) constituyen tan sólo una de las evidencias de las contradicciones que enfrentan las organizaciones que juegan un papel en la revolución. El PCOT caracteriza la etapa de la revolución en Túnez como “nacional, democrática y popular”, es decir, que su empeño no es inaugurar una transición regida por un gobierno obrero y campesino, sino congelar el proceso en los marcos políticos presentes. El llamado ‘etapismo’ ni siquiera tiene en cuenta que la revolución árabe es también una revolución mediterránea, que se manifiesta en la lucha de clases aguda que se desenvuelve en Grecia y Portugal, y sólo en menor medida en Italia y Francia.