Turquía: un nuevo crimen de Estado contra el pueblo kurdo


El régimen de Recep Tayyip Erdogan se ha cobrado una nueva víctima: Tahir Elçi, presidente del Colegio de Abogados de la ciudad de Diyarbakir (ciudad de mayoría kurda), fue asesinado en medio de una conferencia de prensa.


 


Mientras el gobierno turco argumenta que se trató de un enfrentamiento, porque el hecho se produjo en medio de un confuso tiroteo, el Consejo Ejecutivo del Congreso Nacional de Kurdistán (KNK) denunció en un comunicado que Elçi “fue selectivamente alcanzado con un disparo en su cabeza” (28/11). El Colegio de Abogados no vaciló en calificar lo ocurrido como un asesinato premeditado, en sintonía con varios testimonios.


 


Elçi era hostigado por el régimen turco por su compromiso con los derechos del pueblo kurdo y su lucha por la autodeterminación. Actualmente, era víctima de una persecución estatal que pretendía llevarlo a la cárcel por declarar que el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) no es una organización terrorista.


 


La impunidad con la que han operado los asesinos, a plena luz del día y frente a las cámaras de televisión, demuestra el rol estatal en los crímenes políticos y masacres contra el pueblo kurdo, para lo que se vale de oscuras bandas paraestatales e incluso del Estado Islámico. Durante las últimas campañas electorales se produjeron atentados criminales en Suruc y en Ankara con el propósito de quebrar el principio de unidad entre la clase obrera turca y el movimiento nacional kurdo. Miles de luchadores kurdos, a su vez, se encuentran encarcelados.


El crimen contra Tahir Elçi es un crimen contra todo el pueblo kurdo y el movimiento democrático turco. Las movilizaciones contra el asesinato (en las ciudades de mayoría kurda, pero también en Ankara y Estambul) fueron reprimidas y en Diyarbakir se dictó el toque de queda.


 


Abajo el régimen reaccionario de Erdogan.