Ucrania: la LIT-CI llama a profundizar la matanza interimperialista

Ala derecha del guerrerismo de la Otan.

Imágenes de la guerra

Nos estamos acercando al tercer año de la guerra que libran los Estados Unidos y la Otan contra Rusia en Ucrania. A principios de junio del 2023 se lanzó una promocionada “ofensiva” del ejército ucraniano, organizada, financiada y armada hasta los dientes directamente por el imperialismo, con objetivos ambiciosos (recuperación de Crimea, etc.) que darían un vuelco decisivo al curso de la guerra en contra de Rusia.

Pero… luego de largos meses de fuertes combates, esta “ofensiva” ha fracasado por completo. El New York Times informó que hasta fines de septiembre del 2023, Ucrania había ganado 370 km2. Un poco más que los casi 300 km2 que abarca Buenos Aires (CABA), la ciudad capital de Argentina. Según el mismo diario norteamericano, Rusia habría conquistado solo 860 km2. Estamos ante un empantanamiento de la guerra, no de las acciones militares. Tiende a transformarse en una guerra de trincheras.

Los analistas, en su casi totalidad, coinciden que el régimen ucraniano está agotado y a la defensiva y que la iniciativa (limitada) pareciera estar del lado ruso.

El agotamiento no solo es de las sufridas masas ucranianas, sino de las finanzas de sus mandantes imperialistas. En el parlamento norteamericano, la bancada republicana de Trump ha bloqueado fondos presupuestados por 60 mil millones de dólares para seguir sosteniendo y armando la guerra en Ucrania. Y la Unión Europea también tiene parados (por disidencias internas) presupuestos por 50 mil millones de euros para Ucrania.

Se viene abriendo en los círculos imperialistas y burgueses, incluso dentro del gobierno de Zelensky, de que se está en un momento de “defensiva” y que habría que explorar, si no abrir negociaciones para un “alto el fuego” y una “paz” con Rusia, que contemple, incluso, la cesión (bajo protesta) de territorios conquistados (en el Donbas, etc.).

Pero hay una corriente política minoritaria que se reclama trotskista: nos referimos a los compañeros de la Liga Internacional de Trabajadores-Cuarta Internacional (LIT-CI), que tiene como partido más importante al PSTU de Brasil, que plantea que hay que persistir, que hay que pasar “a una verdadera contraofensiva”. Para ello –en una nota publicada el 12 de diciembre último- ensalza el avance de los ejércitos ucranianos: “hemos recibido en las recientes semanas noticias muy alentadoras desde el frente Sur en la región de Jersón. Las fuerzas armadas de Ucrania lograron establecer una pequeña pero sólida cabecera de playa en la margen izquierda del río Dnieper”, afirman. Aunque aclaran que “no debemos exagerar la magnitud de ese avance”, señalan también que habrían hostigado navíos rusos en la base de Crimea.

Señalan, sin embargo, que este curso positivo de las acciones militares se vería contrarrestado por la negativa del Congreso norteamericano a otorgar los 60 mil millones de dólares, con lo cual estarían frenando la contraofensiva, impidiendo que se vuelva victoriosa.

La LIT-CI se ha colocado por completo en el campo de Zelensky y la Otan. Estamos frente a una guerra interimperialista entre el imperialismo mundial, acaudillado por Estados Unidos y la Otan, y Rusia, que se libra en el suelo de Ucrania. No importa dilucidar quién tiro el primer tiro, sino los intereses de clase manifiestos y la historia que se ha ido construyendo en torno de ellos. La guerra de Ucrania contra Rusia, viene siendo preparada meticulosamente por el imperialismo desde hace una década. La Otan no interviene para defender la autodeterminación nacional de Ucrania, sino para someterla y para avanzar en el cercamiento de Rusia, con vistas a lograr quebrar al régimen de Putin y avanzar en una colonización integral del exestado obrero. (Putin tiene sus propios intereses imperialistas, por eso no lo apoyamos y lo combatimos, pero no es el objetivo del análisis de esta nota.)

El gobierno de Zelenzky se ha transformado por completo en una base militar semicolonial títere, dependiente casi por completo del imperialismo: económica, política y militarmente. Sin el apoyo del imperialismo no habría podido sostenerse estos dos años.

La vida económica en Ucrania se sostiene por la constante transfusión de fondos imperialistas, con el propósito de sostener el esfuerzo de guerra. El imperialismo yanqui lleva transferidos unos 75 mil millones de dólares en ayudas y armamentos de todo tipo.

Con las armas imperialistas se ha usado al pueblo ucraniano como “carne de cañón” en la aventura imperialista. Zelensky plantea la independencia de Rusia, para pasarse a la total y criminal dependencia de los Estados Unidos y la Otan.

Si al principio de la guerra, en febrero 2022, podía asomarse alguna duda, en alguna corriente de izquierda de que en la guerra de Ucrania se luchaba por su independencia, los casi dos años transcurridos han demostrado que eso es una falacia.

Un régimen de oligarcas burgueses, surgido de las privatizaciones producto de la restauración capitalista del exestado obrero soviético, se ha sometido a una alianza semicolonial con el imperialismo mundial.

La propia LIT-CI reconoce en su nota que “el sector de la población que apenas puede comprar alimentos se ha duplicado”, que el país ha sido sometido “a los dictados de los usureros del capital imperialista, como el FMI, que ya ha endeudado a Ucrania por varias generaciones”. Que los millones que entran de “ayuda” imperialista, desaparecen en gran parte por la gran corrupción existente en el gobierno y las Fuerzas Armadas (algo típico en las guerras dirigidas por la burguesía dominante). Que “el parlamento de la Rada es una guarida de bandidos” donde dominan los agentes legislativos de las corporaciones transnacionales y los oligarcas que votan a favor de leyes contra los sindicatos, los estudiantes y la gente común”.

Ucrania ya es un protectorado de la Otan. Se ha transformado, al igual que Israel en el Medio Oriente, en una base militar imperialista, fuertemente armada, para intervenir en los procesos conflictivos en el centro de Europa, con vistas al desarrollo de una guerra mundial. No casualmente, Zelensky viajó a apoyar la masacre genocida sionista contra Gaza y vino a la Argentina a apoyar a Milei contra el pueblo trabajador.

La visión de la LIT-CI es engañosamente provincialista, no logra caracterizar las tendencias en marcha en la crisis capitalista mundial.

Este llamado de la LIT-CI a organizar una “verdadera contraofensiva” se parece a las locuras de los imperialistas en la guerra de trincheras de la primera contienda mundial, cuando en julio de 1916 se lanzó la aventura criminal de la batalla del Somme, que costó la vida de medio millón de soldados entre los dos bandos.

En lugar de convocar a movilizarse para poner fin a la guerra imperialista entre los pueblos, la LIT-CI echa leña al fuego. Hace unos meses, protestaba porque se mataban pocos rusos y reclamaba al imperialismo el envió de 100 aviones y misiles de larga distancia para atacar el suelo ruso. En un artículo que llevaba como título: “¿Deberíamos conmovernos por las bajas militares rusas durante la contraofensiva ucraniana? “ (22/8/23).

En el mismo protesta porque un funcionario norteamericano habría recomendado “que los ucranianos abandonaran la ciudad porque no veía ningún valor estratégico en retomarla. En ese momento, las bajas rusas fueron de 3 a 5 veces mayores que las bajas ucranianas. La preocupación de las autoridades estadounidenses por las “vidas humanas”, de hecho, son las vidas de los soldados y mercenarios de Putin. Para proteger el poder de Putin, las potencias occidentales recomiendan que los ucranianos entreguen su territorio”.

¡Que socialista/internacionalista que es la posición militar del PSTU!

La LIT-CI se ha transformado en el ala más belicista de la guerra de Ucrania, a la derecha de Biden y la Otan.

¿Cuál es la salida a esta carnicería imperialista? El llamado a luchar contra la guerra imperialista, enfrentando en primer y fundamental lugar a los explotadores guerreristas de cada país. Los ucranianos a Zelensky y los rusos a Putin, por el derrocamiento de los gobiernos antiobreros de la guerra para imponer gobiernos de trabajadores. El llamado a confraternizar entre las tropas y pueblos de Ucrania y Rusia. Eso la LIT-CI lo tiene totalmente borrado: para ella el objetivo central debe ser la derrota de Rusia y en esa lucha formar un frente con el ejército de Zelensky, la Otan y el imperialismo mundial.

Mujeres, madres o esposas de soldados ucranianos han realizado manifestaciones exigiendo que se traiga de nuevo a los muchachos que ya han pasado más de 18 meses continuos en el frente y que estarían sufriendo física y psicológicamente.

Según informes del Pentágono norteamericano, las bajas totales de soldados de ambos bandos entre muertos y heridos, superan el medio millón (a los que hay que sumar las civiles). De las cuales, el 60% son rusas contra un 40% de ucranianas. Pero los informes también indican quem a raíz del rechazo de la contraofensiva de Zelensky, se están acelerando las bajas ucranianas.

El comandante en jefe del ejército ucraniano, el general Zaluzhny, ha declarado públicamente que la guerra se encuentra en un “impasse”, posición que fue retrucada por el presidente Zelensky. El mando militar ucraniano ha pedido una leva masiva que enrole para la batalla a medio millón más de ucranianos, lo que ha caído en forma antipopular.

Se nota un creciente cansancio en la población ucraniana, producto del sufrimiento social que potencia la guerra. Más de 6 millones de personas han huido de Ucrania y la desocupación ronda el 20%. El gobierno de Zelensky persigue la actividad sindical.

Es evidente que una “paz negociada” no cerrara la crisis militar. Establecerá nuevos acuerdos entre explotadores contra los pueblos y será solo un interregno para el estallido de nuevas guerras. El trasfondo es terminar con el imperialismo capitalista que es la reacción en toda la línea.

https://prensaobrera.com/internacionales/declaracion-conjunta-de-los-lideres-de-la-resistencia-palestina