Un agitador fascista coopta a los gobiernos de Gran Bretaña

Los medios de comunicación, instrumentos de la reacción política

La muerte, en circunstancias desconocidas, del periodista Sean Hoar -el primero en denunciar los casos de “pinchaduras” telefónicas por parte del tabloide amarillista News of the World (NOW)- produjo un considerable agravamiento de la crisis política en Gran Bretaña, creada por las pruebas de los lazos del pulpo mediático de Rudolph Murdoch (News Internacional -Fox News, The Sun, etc.) con el gobierno conservador. La muerte de Hoar tuvo lugar poco después de que renunciara la plana mayor de Scotland Yard por su implicación con ese mismo pulpo. La ministra del Interior, al igual que Murdoch, han sido citados a declarar en el Parlamento. El escándalo golpea de lleno al primer ministro, David Cameron, por su relación con Andy Coulson, ex asesor de comunicación del gobierno y antiguo editor en jefe del NOW entre 2003 y 2007 -aún sabiendo que éste se encontraba en juicio por escuchas desde 2003.

Desde 2002, el NOW, a través de la contratación de espías privados o simplemente sobornando a agentes de la policía británica, “pinchó” más de 4.000 teléfonos, para obtener primicias, desde las vinculadas con la corona inglesa y las víctimas de los atentados de 2005, hasta las familias de los caídos en Irak y Afganistán. El “estilo” de NOW tocó fondo cuando se supo que habían pinchado el teléfono de Millie Dowler, una joven desaparecida de 12 años, quien luego fue hallada muerta. El NOW borró mensajes del celular de la adolescente para desviar el curso de la investigación y hacerle creer a la familia que la joven seguía viva.

El imperio Murdoch

Murdoch cuenta con otros dos diarios en Inglaterra de gran difusión: The Sun y The Times, además de controlar el 40% de los medios gráficos. Asimismo, controla un porcentaje de The Economist, Financial Times y Reuters. Entre el centenar de medios que posee en el resto del mundo, se encuentran el canal Fox y los diarios New York Post y The Wall Street Journal, así como la cadena de cable por satélite Sky. De esta última, posee el 39% de la firma en Inglaterra y hasta hace una semana se encaminaba a comprar el 61%. El escándalo le ha costado varios juicios y un posible desembolso de casi 130 millones de libras en compensación a las víctimas, así como el congelamiento de la compra de Sky.

A lo largo de los años, Murdoch ha construido un imperio mediático con fuerte ligazón con el régimen político. Murdoch ha sido aliado de Thatcher, Major, Blair, Brown y ahora de Cameron. Rebekah Brooks, la representante de News Internacional y directora de NOW era “amiga íntima” de los últimos tres primeros ministros que tuvo Gran Bretaña.

Murdoch es un capitalista fascistoide. Fox News no ha dudado en caracterizar al gobierno de Obama de “comunista”, “pro-musulmán”, etc. Ha convocado (o vehiculizado) las convocatorias del Tea Party contra la reforma del sistema de salud o contra la lucha de los trabajadores estatales de Wisconsin. El “estilo” periodístico de Murdoch -el “amarillismo”- lo convierte en instrumento para manipular a las masas desclasadas de la pequeña burguesía y a las más empobrecidas y explotadas -aquellas que no compran los diarios “ilustrados”. Tenía cooptados a los jefes de la policía y los servicios de seguridad. Una parte del Estado británico funcionaba como una sucursal de un agitador fascista.

¿Y ahora?

El vínculo conspirativo entre los servicios y las fuerzas de seguridad con los grandes pulpos mediáticos es una pieza fundamental del régimen político. Es un instrumento de fomento del chovinismo y de las guerras, y de la cruzada contra la población inmigrante. Murdoch ha puesto las bases de una agitación potencialmente fascista. Esto es lo que la prensa internacional no dice del cierre de uno de sus principales competidores.