Un balance de las elecciones en Turquía

Texto del SEP

Erdogan se impuso en la primera vuelta

A continuación, compartimos un balance de las elecciones presidenciales elaborado por el SEP de Turquía.

Desafortunadamente, en esta elección también, los valores culturales e identitarios han pesado más por sobre los valores de clase. Los trabajadores votaron de acuerdo a valores culturales como la religión, las sectas y el nacionalismo y las contradicciones en torno a éstas. Erdogan, incitando la polarización identitaria y cultural, ganó y la izquierda, que no pudo poner sobre la agenda la lucha de clases, perdió. Como resultado, a pesar del aumento del costo de vida y el incremento de la pobreza, Erdoğan perdió sólo tres puntos en votos comparados con 2018.

Mientras avanzó el 2022, ocurrieron dos novedades. La primera fue que las calles se mantuvieron calmas a pesar del costo de vida disparado sin control. No hubo protestas espontáneas, excepto por algunos pequeños movimientos y no hubo un trabajo significativo por parte de las organizaciones laborales como KESK y DISK y del socialismo de izquierda contra la crisis económica. En la victoria electoral de Erdoğan, los tan llamados socialistas, quienes lideran tales organizaciones, jugaron un rol tan importante como el carácter burgués de la Nation Alliance.

Los “líderes de opinión” y los columnistas de mente estrecha en las redes sociales denunciaron las protestas callejeras, diciendo que benefician a la AKP (nota de Redacción: el partido de Erdogan) y que las masas estaban asustadas. Finalmente, las calles estuvieron vacías. El silencio que se experimentó cuando la inflación superó el 100%, no fue buen indicio. Porque la izquierda no puede crecer sin acción, unión y organización. Los pobres de las ciudades desoranizados, bajo la influencia del nacionalismo y el sectarismo, aprenden solo de las acciones de clase: la escuela de los trabajadores es la lucha. Es como la conciencia de clase emerge. No organizar acción de clase alguna significa que las calles se dejan libres a la derecha. De hecho, las calles fueron dejadas libres para Erdogan. El también supo cómo engañar a los pobres de las ciudades al potenciar las polarizaciones culturales e identitarias con el discurso de odio que ha estado usando por mucho tiempo mientras se aceleraba la carrera electoral. El frente de la Nation Alliance, que ha estado tratando de prevenir las protestas anti-AKP desde 2018, ahora abraza desesperadamente la retorica de ultra derecha para ganar los votos de los aprendices de fascistas del Partido Zafer.

Otra novedad que hizo posible la victoria de Erdogan, fue que él previno un colapso total de la economía con el auxilio financiero que recibió de “poderes extranjeros”. Con la ayuda económica que recibió de Rusia, Qatar, la UAE (ndR: Emiratos Arabes) y Arabia Saudita se dió el intercambio que previno un colapso repentino. Se ha dicho que “el cliché de que ‘olla vacía derrota gobierno’ fue burlada en esta elección”, pero esta afirmación es un claro error de análisis. Porque no experimentamos una ola de bancarrota comercial, una extendida bancarrota bancaria y un desempleo masivo. Si esto hubiera pasado, Erdogan no habría podido ser ni candidato en las elecciones. Sabiendo esto, Erdogan y su equipo tomaron todos los recursos aprendidos del 2022 y mantuvieron la rueda girando con los dólares del extranjero a través de concesiones y lograron desacelerar el aumento de la moneda. La gran ruina económica que podría ocurrir luego de la elección nunca fue importante para la AKP.

De esta manera, Erdogan se mantuvo vivo durante las elecciones y fue capaz de recoger los votos de la derecha de ahora en más. Recursos anti kurdos, anti alevis y anti derechos LGBTI+ fueron explotados al máximo. La familia, los símbolos islámicos, la bandera, la tierra, las armas UAV-UCAV turcas, la imagen de la fuerza turca y sus enemigos, el terror, etc. han sido pisoteados. Por esto, Erdogan armó un video falso que afirmaba mostrar a militantes kurdos declarando su apoyo a Kılıçdaroğlu (ndR: el principal rival electoral de Erdogan) en la carrera pre electoral. Turquía casi no votó contra las condiciones del país y la situación de la gente, contra el terremoto mortal económico sino por las cuestiones culturales, las divisiones de identidad o de los estilos de vida. “Traidores tomando champaña y comiendo cerdo” por un lado y “patriotas fervientes” por el otro. Gracias a esto, gran parte del descontento fue persuadido por Erdogan para votar contra “los otros”. Insatisfechos con su situación, castigaron a la AKP y dieron su voto a la extrema derecha y los partidos fascistas como el MHP e YRP en las elecciones parlamentarias. Es decir, no fue hacia los “otros” en frente.

Conclusión

El período que viene será uno difìcil en el cual se incrementará la pobreza de la gente. Debemos estar preparados para importantes luchas. Debemos aumentar la organización de las luchas. No hay lugar para la desesperación. No olvidemos que las leyes de la lucha de clases son más grandes que Erdogan.
La libertad necesita dedicación. La idea de que podemos deshacernos de la AKP solamente a través del voto sin hacer esfuerzos, tomar riesgos o estar organizados se ha echado por tierra. Quejarse nunca ayuda. O nos organizamos y contraatacamos o esperamos como ovejas a nuestro verdugo. No habrá vida humana sin organización, esfuerzo y sin elevar la lucha de clases.
Lo que es decisivo es la lucha de clases. No podemos vencer al sectarismo, al nacionalismo y a la misógina extrema derecha sin ganar a los pobres de las ciudades. Por eso el radicalismo de los trabajadores es nuestro lema. La identidad y las políticas culturales de la izquierda está colapsada y esencialmente al servicio de la derecha.

Traducido por Lucía Rigalli