Un extraordinario acto internacionalista

1500 compañeros en el acto en Sociales

Más de 1500 compañeros participaron del acto internacionalista desarrollado en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y otros miles lo siguieron por las redes sociales. Hablaron representantes de las organizaciones internacionales que participaron de la Conferencia Internacional y de las deliberaciones del XXV Congreso del Partido Obrero. Y dirigieron saludos al acto organizaciones de Palestina, Finlandia, Bolivia, Chile, España, Ucrania, Azerbaiyán, Venezuela y Rusia.


En el comienzo del acto hicieron uso de la palabra los trabajadores de Oropel, una plástica recuperada de la Boca.


 



Oradores


Rafael Fernández, del Partido de los Trabajadores de Uruguay, repudió la detención de Lula y señaló que “vamos a enfrentar todos los golpes destinados a profundizar la guerra contra los trabajadores pero sin depositar ninguna confianza política en los gobiernos 'nacionales y populares' que atacaron ellos  también a los trabajadores”. En ese sentido, explicó que “Lula gobernó con los grandes capitalistas y el conjunto de los explotadores, arrancando con un ataque a los derechos previsionales” y recordó el envío de tropas a Haití bajo su gestión. 


“A los golpes debemos enfrentarlos con los métodos de lucha de los trabajadores”, concluyó, y denunció que el gobierno frenteamplista ha dicho que no se pronunciará sobre la detención de Lula bajo el argumento de que se trata de un asunto judicial. También mencionó que el mandato del capital financiero al gobierno uruguayo es una mayor flexibilización de las relaciones laborales y una reforma jubilatoria.

 



Habló luego un simpatizante de la CRCI de Italia, que recalcó que un programa político es sobre todo la comprensión de una etapa histórica.

César Zelada, del Grupo Vilcapaza de Perú, indicó que la reciente caída del presidente Pedro Pablo Kucsinzki tiene como trasfondo las movilizaciones de masas en el país. De los maestros, de los campesinos del arroz y la papa que bloquearon las carreteras, de las mujeres trabajadoras y las capas medias contra la violencia hacia la mujer, y de los estudiantes que derrotaron la ley Pulpín que atentaba contra los derechos laborales de los trabajadores jóvenes. Señaló el enorme rechazo popular al Congreso y la instalación de la consigna “que se vayan todos”, la misma que se popularizó en Argentina en 2001/2002. Llamó a repudiar la Cumbre de las Américas de mediados de este mes como una cumbre del imperialismo y denunció las tentativas de intervención sobre Venezuela.




Darya Mitina, del Partido Comunista Unificado de Rusia, destacó la necesidad de “coordinar los esfuerzos de la lucha de clases en los diferentes países” y analizó la situación política rusa con críticas al gobierno de Putin.

 



Por el grupo francés Renacimiento Obrero Revolucionario habló Burak Sayim. Subrayó la lucha de los ferroviarios contra la política privatista y antiobrera de Emmanuel Macron, a la que se han sumado otros sectores como los estatales, pilotos de Air France, y obreros del sector energético. Denunció la represión del gobierno y el accionar de los grupos derechistas. “El marxismo revolucionario es la única esperanza para la victoria de la clase obrera”, analizó. 



A lo largo del acto se fueron leyendo los numerosos saludos enviados al acto y se homenajeó también a los dirigentes fallecidos del PO Luis Oviedo, destacado constructor de la CRCI, y Pablo Rieznik, que dio una gran lucha en el Foro de San Pablo. El acto envió un saludo también al dirigente del PO Christian Rath, que se encuentra internado y dando una gran pelea por su recuperación.


Sungur Savran, del Partido Revolucionario de los Trabajadores de Turquía, comenzó su intervención condenado la nueva masacre de las fuerzas sionistas contra una movilización palestina, que dejó un saldo de nueve muertos. “Atravesamos un gran período de crisis del capitalismo desde 2008”, dijo, que ha alumbrado regímenes reaccionarios de un lado y grandes movimientos populares y rebeliones del otro. Entre estos últimos mencionó las revueltas en Grecia y la Primavera Arabe, y dijo que “esos movimientos no triunfaron porque les faltaban partidos revolucionarios”. También precisó que “el revés no implica el fin de la hora de esos movimientos”. Y señaló que su organización enfrenta en su país el despotismo de Erdogan.



Lula


Toninho Giordano, de Tribuna Classista de Brasil, denunció la militarización de Río de Janeiro y el asesinato de la concejal del Psol de Río de Janeiro, Marielle Franco, que luchaba abiertamente contra esa intervención y los abusos policiales contra la población pobre. Con respecto a la detención de Lula, que repudió, denunció que el juez Sergio Moro “sigue las instrucciones del Departamento de Justicia [yanqui] que montó la operación Lava-Jato para quebrar el monopolio de las constructoras brasileñas y Petrobras que compiten con las compañías norteamericanas”. Pero cuestionó igualmente la corrupción de la administración petista y planteó la necesidad de la huelga general inmediata para derrotar el plan de guerra contra los trabajadores.

 




Por el Partido Revolucionario de los Trabajadores de Grecia (EEK) habló Savas Matsas,  quien dijo que “esta es la peor crisis capitalista de la historia” y que 10 años después de la caída de Lehman Brothers el capitalismo no ha logrado resolver su crisis. Llamó a desarrollar el internacionalismo proletario frente a la perspectiva de barbarie y guerras que ofrece un capitalismo en descomposición. 

 



Cierre


Jorge Altamira, dirigente del PO, cerró el acto planteando que el método para superar la crisis de dirección es la reconstrucción de la Cuarta Internacional en un debate franco con todas las organizaciones que en el mundo se esfuerzan por poner en pie al proletariado. 


“Las guerras son la manifestación del carácter insoluble de los antagonismos capitalistas” y “la guerra y la revolución son dos extremos del estallido de la sociedad capitalista”, dijo. El escenario de guerra es resultado de la crisis mundial, que abrió un período de crisis de regímenes políticos y un período más agudo de guerras internacionales. El imperialismo ha dado un ultimátum económico a China de que si no abre más su mercado y territorio entrará en conflicto con Estados Unidos.


Sin embargo, Putin y Xi Jinping no son la contrapartida de Trump sino el intento de llevar a cabo ellos mismos la restauración capitalista en sus propios países.


Señaló que las revoluciones fracasan porque no tienen una dirección pero por sobre todo porque el proletariado mundial no tiene él como clase internacional una política internacional y dijo que “el PO desde su fundación se ha apoyado en el internacionalismo proletario”.


América Latina no es ajena al convulsivo cuadro internacional. Las crisis en la región son la expresión de la presión imperialista para terminar con experiencias limitadas y un reclamo de apoyo incondicional en las guerras que se van a emprender. Y que existe un temor a que las movilizaciones en América Latina planteen en las barbas de la metrópoli una confrontación contra el imperialismo. 


Sobre Brasil, dijo que Lula es el responsable de la mayor desmoralización política que se haya producido en una clase obrera. Gobernó para el imperialismo y fue agente comercial de Odebrecht en todos lados. Evitó declarar una huelga contra el golpe a Rousseff e inclusive en defensa de sí mismo para no indisponerse con el régimen político. Pero Altamira expresó su rechazo a un golpe cuyo propósito es perjudicar aún más a los trabajadores y las libertades democráticas.


En el  caso argentino, destacó la importancia política de primer orden que tienen la lucha contra la reforma laboral y por el derecho al aborto. 


El acto finalizó cantando La Internacional, himno de los trabajadores.


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