Internacionales
30/5/2022
Un llamamiento pro-OTAN y proguerra
De las corrientes UIT-CI, LIT-CI y CCRI.
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El Llamamiento declara una oposición puramente formal a la Otan
Está circulando un “Llamamiento Internacional” firmado por la Unión Internacional de Trabajadores (UIT-CI) en la que participa Izquierda Socialista (IS) de Argentina, la Liga Internacional de Trabajadores (LIT-CI) que integra el Partido Socialista de los Trabajadores Unificado de Brasil (PSTU) y la Corriente Comunista Revolucionaria Internacional (CCRI) que en la Argentina está representada por Convergencia Socialista.
El mismo llama “a una gran campaña internacional de apoyo y solidaridad con la resistencia ucraniana. ¡Por la derrota de la invasión del ejército ruso! No a la OTAN”.
“Las organizaciones firmantes –afirma el Llamamiento- coincidimos plenamente en definir su origen como la agresión de una nación mucho más fuerte (Rusia, una de las principales potencias militares del mundo) contra otra más débil, con el objetivo de sojuzgarla”.
En definir el “origen” de la guerra está uno de los problemas nodales. Porque los marxistas siempre se han opuesto a caracterizar las guerras partiendo de quién las “originó”. El asesinato de un archiduque, en 1914, en un atentado en Serbia, sirvió como justificativo para iniciar la Primera Guerra Mundial. Cada bando la llevó adelante autojustificándose como atacado. Así fue, también, con la guerra de los EE.UU. -que alegó el hundimiento de un barco en el puerto de La Habana- contra España a fines del siglo XIX, que culminó con la derrota del imperio ibérico y la “independencia” de Cuba.
Las causas de la guerra entre Rusia y Ucrania-OTAN deben ser remontadas a la política expansionista de esta alianza militar, dirigida por el imperialismo yanqui, que viene colonizando los países del este europeo que se han embarcado en la restauración capitalista. Largas negociaciones se desarrollaron para que Ucrania no se integrara plenamente al cerco imperialista de la OTAN. También se impulsó una guerra “civil” contra las poblaciones del este (Donbas), que lleva ya 15 mil muertos. La OTAN y el gobierno pro-OTAN de Zelenski se propusieron incorporar a Ucrania ya, en forma plena, a la alianza contrarrevolucionaria de la OTAN. Esto habilitaría la instauración “legal” de bases militares, incluso con ojivas atómicas apuntando contra Moscú, en las fronteras rusas. Desecharon, durante años de negociación, establecer garantías de neutralidad.
La presencia de la OTAN, en síntesis, se inscribe en la política belicista que viene desarrollando el imperialismo yanqui-europeo en todo el mundo, con el propósito de avanzar en nuevos procesos de colonización (Libia, Irak, Afganistán, etc), con el objetivo central de desenvolverlo sobre Rusia y, muy especialmente, sobre el gigantesco mercado de China. Su propósito es desplazar del manejo de las principales riquezas a las burguesías oligárquicas de Rusia y China, “surgidas” de los procesos de restauración capitalista desarrollados por las burocracias estalinistas.
El “Llamamiento Internacional” caracteriza como prioridad luchar en el campo militar contra Rusia, porque no se estaría “ante una invasión militar de la OTAN contra el territorio ruso, tampoco contra el pueblo ucraniano” y porque “no hay soldados de la OTAN combatiendo a las tropas rusas en Ucrania”. “Por otro lado –afirman- rechazamos toda injerencia imperialista en Ucrania”.
Pero la injerencia imperialista de la OTAN es total. Los EE.UU. han armado un poderoso ejército ucraniano dirigido a desarrollar la guerra contra Rusia, invirtiendo durante casi dos décadas, miles de millones de dólares en armas y hombres a tal fin. Y ahora se ha sumado activamente el desarrollo armamentístico de los Estados imperialistas europeos (Alemania ha resuelto aumentar sus gastos militares en 100 mil millones de euros) y la participación directa de estos en el aprovisionamiento de las armas más poderosas y sofisticadas al ejército ucraniano contra Rusia.
“Sin esta ayuda militar en armas, Ucrania difícilmente podría haber seguido resistiendo”, declaró Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea para la política exterior y de seguridad común.
El parlamento norteamericano acaba de votar un presupuesto de 33 mil millones de dólares para el gobierno derechista de Zelenski y abrió una cuenta de 40 mil millones de dólares más, para la venta de armamento, a devolver en cuotas cuando termine la guerra. No estamos, por lo tanto, en presencia de una “guerra de liberación nacional” por parte de Ucrania. Zelenski y su gobierno ofician como una correa de transmisión de los intereses imperialistas y son un brazo de la OTAN. En este marco, no se privan de utilizar los sentimientos de defensa nacional que anidan en el pueblo ucraniano para arrastrarlo al campo imperialista.
¿Se oponen los firmantes del Llamamiento –en el marco de su posición contra toda injerencia imperialista en Ucrania- a esta acción de la OTAN? El pueblo ucraniano está siendo usado (igual que los soldados rusos) como carne de cañón de los planes guerreristas del imperialismo y la OTAN.
A las cifras arriba señaladas del apoyo militar al ejército ucraniano, se estarían sumando las “colectas” que los firmantes del “Llamamiento” afirman que vienen realizando en sus países. No se trata solo que del ridículo sea difícil volver, sino que esto indica cómo un sector de la izquierda que se reclama internacionalista se alinea bajo la presión del imperialismo que se disfraza de “democrático” y defensor de la “autodeterminación nacional”.
El Llamamiento declara una oposición puramente formal a la OTAN, es un saludo a la bandera.
En sus propuestas de acción, el Llamamiento plantea organizar “movilizaciones para manifestar públicamente”, bajo las consignas: “Fuera las tropas de Putin de Ucrania, apoyo a la resistencia ucraniana, No a la OTAN, como viene sucediendo en Europa y en otras partes del mundo”.
Con esta propuesta, renuncian a uno de los principios centrales del socialismo revolucionario frente a la guerra imperialista, que es colocar al enemigo de los trabajadores dentro de las clases dominantes de su propio país; “el enemigo está dentro de nuestras propias fronteras”. El Llamamiento se coloca en la misma longitud de onda de las manifestaciones contra Rusia que se vienen desarrollando en Europa, que no atacan el apoyo militar que las potencias imperialistas están dando en cada país (Alemania, Francia, Italia, España, Suecia, etc) al gobierno pro-OTAN de Zelenski. Objetivamente, hacen una “unión nacional” con las burguesías imperialistas en cada país contra Rusia.
El Llamamiento, incluso, va más lejos. Propugna “¡Por la ruptura de relaciones diplomáticas con Rusia de todos los gobiernos!”. Está incitando a estos países imperialistas a ir a la guerra abierta contra Rusia.
Desde ya que la invasión de Putin a Ucrania y las masacres que ha venido desarrollando contra el pueblo ucraniano deben ser repudiadas y es necesario movilizarse también por el retiro de esas tropas. Putin no está desarrollando una política antiimperialista, sino defendiendo los intereses de las burguesías oligárquicas de Rusia y Ucrania asociadas a su régimen. Se trata de un gobierno reaccionario, restaurador del capitalismo, que pretende extender su dominio sobre sus vecinos.
No estamos frente a una guerra por la autodeterminación nacional, sino a una guerra interimperialista por el reparto de Ucrania, en la que los pueblos simplemente son carne de cañón. No hay que descartar que la guerra culmine con un arreglo que implique un desguace del territorio ucraniano. Para ambas partes, Ucrania es simplemente una prenda de negociación en función de apetitos y ambiciones que no tienen nada que ver con los intereses del pueblo ucraniano y de un modo general, con el interés de los explotados. Es necesario enfrentar esta guerra con una política de internacionalismo proletario.
Ni un arma, ni un hombre, para alimentar la guerra de Ucrania
¡Guerra a la guerra! Fuera la OTAN y el FMI. Abajo la burocracia restauracionista de Putin. Cese de los bombardeos y de la incursión militar de Moscú. Por la unidad de los pueblos de Rusia y Ucrania. El enemigo está en nuestros propios países. En oposición a la política de sometimiento de la OTAN y el imperialismo, por un lado, y al Kremlin, por el otro, planteamos la unión de los explotados del este y del oeste en una Ucrania independiente, unida y socialista. Por la unidad socialista de Europa incluyendo a Rusia. En una guerra imperialista hay que apoyar la lucha para frenar dicha guerra, volteando a los gobiernos responsables de esta barbarie y estableciendo gobiernos de trabajadores
Es necesaria una acción socialista internacionalista frente a la guerra imperialista.