Un "progre" francés y la petrolera Total en Birmania

Con noticias sobre el endurecimiento de la represión en Birmania, se ha sabido que una de las principales explotadoras del petróleo birmano es la compañía francesa Total. La cuestión tiene implicaciones políticas de primer orden.


Por ejemplo, el actual ministro francés de Relaciones Exteriores, Bernard Kouchner, es autor de un informe del año 2003, pagado por Total, sobre la explotación del área birmana de Yadana y la instalación de un oleoducto en esa zona. Esto es: el canciller de Francia es uno de los sostenedores y cómplices de la dictadura criminal de Birmania. Socias de Total en esas tareas son la norteamericana Unocal y la tailandesa PTTEP. Además, las inversiones de Total en Birmania están garantizadas por el Estado francés en hasta 6 millones de euros.


“Una cláusula del contrato establecido por Total prevé la protección de la zona y en particular del oleoducto por parte del ejército birmano, que se aprovecha de ello para intensificar la represión contra los karens, cuya guerrilla causa problemas al norte del sitio de Yadana” (El País, 29/9). Ahora, estallada la rebelión popular, hipócritamente el derechista Nicolás Sarkozy ha prohibido a las empresas de su país invertir en Birmania. Llega tarde.


Kouchner es un ex socialista cooptado por Sarkozy y uno de los fundadores de la ONG Médicos sin Fronteras, entidad largamente sospechada de tener vínculos muy fluidos con la CIA.


“El que Total haya decidido durante todo este tiempo seguir en Birmania es, desde luego, un escándalo ético en sí. Y aún lo es más el que esta política haya sido apoyada en diciembre de 2003 por un notable informe acerca de la situación en la sociedad birmana de Bernard Kouchner, el actual ministro francés de Exteriores y ex ministro de Sanidad” (ídem anterior).


La supervivencia del capitalismo en su época imperialista es, en sí, un escándalo ético con el que se debe acabar cuanto antes.