Un “reagrupamiento” flojo de papeles

Sobre el documento de la LIS-MST, la L5I y la OTI.

MST de Argentina

La LIS (Liga Internacional Socialista – MST en Argentina) junto a la L5I (Liga por la Quinta Internacional) y la OTI (Oposición Trotskista Internacional – PCL italiano) han emitido un documento común donde plantean que han acordado iniciar un proceso con vistas a una fusión de las tres organizaciones “por un reagrupamiento de los revolucionarios” y avanzar a la “construcción de una fuerte internacional”. Esa convergencia surge – declaran – de “profundos acuerdos sobre la caracterización de la situación mundial” y una coincidencia sobre la necesidad de “una base programática y principista y un método centralista democrático”.

En materia de programa, el documento traza un breve panorama, a vuelo de pájaro de temas en los que coinciden los tres grupos. Entre ellos, la caracterización de la guerra en Ucrania. Importante porque la posición que fijan sobre ella, es suficientemente demostrativa de la orientación de todo el documento. Sostienen que en Ucrania se dan dos procesos combinados: la invasión de una potencia imperialista (Rusia) a un país dominado (Ucrania) que resiste esa agresión y, simultáneamente, “el conflicto interimperialista global” (Otan – Rusia) que se dirime también en ese campo. Para que no queden dudas de que en Ucrania, para estas corrientes, se libra una guerra popular de liberación, aclaran acto seguido: “En la medida que no hay una confrontación directa entre la OTAN y Rusia, identificamos que el proceso predominante es la resistencia del pueblo ucraniano a la invasión del imperialismo ruso. Por lo tanto, la política revolucionaria implica apoyar a la resistencia para que gane y defender el derecho a la autodeterminación del pueblo ucraniano…”

Es un invento. No hay una sola prueba de una resistencia popular ucraniana independiente. Es una guerra convencional abastecida, pertrechada y dirigida militarmente por la Otan y políticamente por el imperialismo norteamericano y los Estados europeos de la Otan, que aportan todo, armamento, tecnología e inteligencia. Y preparan, con Francia a la cabeza, el envío de tropas al escenario de guerra. Zelensky es un títere del imperialismo y el pueblo ucraniano carne de cañón de una guerra ajena a todo interés popular. “Apoyar la resistencia”, como dice el documento, significa hoy combatir en el bando de Zelensky y de la Otan (que apunta a la colonización de Rusia y los países del ex espacio soviético). Esta fórmula de una guerra de “carácter dual”, que la LIS, la L5I y la OTI comparten con un amplio espectro de la izquierda en todo el mundo, es una cobertura vergonzante de la capitulación al campo imperialista, que refleja en algunos casos como el NPA (“campaña por armas a Ucrania”) o el Frente Popular de Mélenchon, pasos firmes hacia la integración al Estado burgués.

Nada más lejos de Lenin, Trotsky y Rosa Luxemburgo -en cuyo legado dicen inspirarse los convergentes del documento. Ellos fueron la vanguardia de la lucha contra la guerra y por el “derrotismo revolucionario”que se corresponde con la situación actual: confraternización de los soldados y trabajadores de Ucrania y Rusia para terminar con los regímenes antiobreros de Zelensky y Putin; gobiernos de trabajadores. El enemigo está dentro de cada país. Guerra a la guerra.

El declarado propósito de reagrupar a los revolucionarios y construir una fuerte internacional tiende a chocar, en los términos que se presenta, con fuertes contradicciones. La escalada de la guerra, su carácter reaccionario en toda la línea, el reagrupamiento de bloques (gobierno de Trump), va a encontrar a estos agrupamientos “convergentes” de izquierda militando en el campo de la Otan. En un párrafo del documento, en cambio, que toca la situación de Medio Oriente, se pronuncia por la derrota del Estado de Israel y a favor de la resistencia de Palestina, el Líbano y todo pueblo atacado por el sionismo. Esto es, contra la Otan.

El texto afirma que las organizaciones vienen de procesos internacionales que no estuvieron “exentos de errores” y que ahora proponen corregirlos. Pero lo que tenemos es el enésimo rejunte de sellos y grupos, sin una base política sólida, y por lo tanto de aparato. El SEP de Turquía, que rompió con el MST y la LIS tras su posicionamiento en la guerra de Ucrania, realizó un balance muy crítico de su funcionamiento interno, cuyas líneas centrales remitimos al lector.

La reconstrucción de la internacional, que para nosotros es la IV Internacional, requiere delimitarse de organizativismos oportunistas.

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