Una política para Hong Kong

Un debate entre centrismo y trotskismo

China


En el 2001, el CMI instruyó a una pequeña sección que estaba en relación fraternal con él a abandonar el trabajo entre la masa de obreros inmigrantes a favor de crear una tendencia revolucionaria y no una organización revolucionaria independiente. Fueron instruidos a abandonar todo trabajo sobre China a favor de un trabajo puramente programático en Hong Kong y a considerar tácticas entristas en las direcciones temporarias del movimiento de masas por la "democracia" de ese momento.


Las recomendaciones del CMI fueron ignoradas, y en la última comunicación de Alan Woods (y otros) al compañero responsable se lee: "Nunca vuelva a ponerse en contacto con nosotros". Una organización de masas fue construida ulteriormente en Hong Kong sin la asistencia de estos politicastros.


"Elecciones libres"


Con relación al reciente movimiento por las "reformas" (Reformasi) han planteado, ignorantes de la realidad objetiva, un programa –desde Londres– semejante al de los centristas chinos. Ellos y el CMI llaman, como lo hicimos nosotros, a la formación de comités en las fábricas, escuelas, oficinas y comunidades. Pero los centristas chinos y el CMI llaman al pueblo a movilizarse en reclamo de elecciones directas para las instituciones parlamentarias burguesas existentes en Hong Kong. Reclaman una reforma política dentro de los marcos del sistema burgués existente, esperando que eso llevará a un salto revolucionario de la conciencia en la medida en que los trabajadores se desilusionen.


Reclaman elecciones generales "libres". Los centristas chinos en Hong Kong formulan su reclamo de la siguiente manera: "Libre nominación; elección general amplia". Los centristas ingleses en Londres la formulan así: "Reclamamos elecciones libres al SAR de Hong Kong y el fin de las imposiciones de Pekín". Probablemente tengan éxito en su reclamo, en la medida en que la burguesía, confiada en que controla la institución de la "democracia parlamentaria", permitirá elecciones directas en Hong Kong como un método de prevenir una revolución obrera y de esta manera entrampar a la clase obrera en la línea de la ficción de democracia conocida como democracia burguesa.


Preguntamos: ¿Por quiénes serán convocadas las elecciones generales?


De los análisis de estos caballeros, parece que serán convocadas por la burocracia capitalista de Hong Kong, bajo las leyes del capitalismo.


Preguntamos: ¿Qué tipo de foro será convocado?


De los análisis de estos caballeros, parece que sería bajo la forma de elecciones con participación de partidos políticos en alguna forma de parlamento, es decir, "democracia parlamentaria" burguesa dentro de los marcos de la estructura existente del Estado capitalista.


Bajo estas circunstancias, hay que preguntarse cómo se espera exactamente que la clase obrera tome el poder bajo las leyes del capital, cuando la burguesía tiene casi el total monopolio de las estructuras de los partidos políticos. En efecto, se llama a la clase (obrera) a desviarse de su tarea por el poder, para probar y gozar de la democracia burguesa y entonces, si a la clase (obrera) no le gusta lo que se supone que va a encontrar, desafiarlo (...).


Estos caballeros, sin embargo, creen que están llamando al proletariado a unirse a las estructuras burguesas de la democracia parlamentaria como una vía para movilizar al pueblo hacia un programa de poder obrero. En realidad, es un llamado a enjaular el pájaro, no en la jaula dorada de las estructuras parlamentarias impuestas por Pekín, sino en la muy ornamentada jaula dorada de las estructuras parlamentarias burguesas de Pekín y Hong Kong.


Irónicamente, sólo el Partido de los Trabajadores de Hong Kong, apoyado solamente por los marxistas de la Proletary Society, tendría en la actualidad la organización política capaz de enfrentar tal elección general "libre", pero ni siquiera levantan esta reivindicación. El PT y nosotros llamamos a una Asamblea Constituyente libre y "soberana" (lo que significa del pueblo) con el objetivo de movilizar a las masas en la dirección de un gobierno obrero para desafiar el poder del capital y sus instituciones parlamentarias. ¡Es el llamado a un doble poder!


Una Asamblea Constituyente es un parlamento separado del pueblo, sin conexiones y divorciado de la existente estructura parlamentaria que entonces podrá decir al gobierno capitalista de Hong Kong: "Ahora nosotros somos el gobierno: váyanse o los echamos". ¡Una posición de doble poder!


El CMI y los centristas chinos ignoran que la actual conciencia subjetiva de la clase todavía está al nivel de la reivindicación de la democracia burguesa e ignoran las oportunidades que surgen del hecho de que esa "democracia" sea actualmente negada al pueblo.


Es por esto que no aceptamos que la burguesía sólo a la retranca nos vaya a dar su versión de democracia; y por eso establecemos el mecanismo transicional para construir nuestra propia versión, es decir, ofrecer a los trabajadores un parlamento alternativo de los oprimidos, un parlamento del pueblo basado en los comités de fábrica, escuelas, oficinas y comunidades.


(...) El reclamo de una Asamblea Constituyente es una alternativa democrática al régimen burgués de Hong Kong, que desafía a la burguesía y que está en línea con la actual conciencia subjetiva de la clase obrera; es decir, se trata de una reivindicación que es posible obtener de manera inmediata. Como opuesta al ingreso a las estructuras burguesas del Estado y su democracia, la Asamblea Constituyente desde el primer momento debe desafiar al sistema burgués, precisamente porque es un gobierno alternativo al de la burguesía. Desde el principio, conquistaremos el poder –no andaremos cien años marcando el paso.


En otras palabras, es el llamado a un mecanismo de transición a partir de la falta de poder de la clase obrera en el plano político directo, el cual, a su vez, obvia el callejón sin salida de la democracia burguesa. Es un mecanismo para desarrollar la base concreta para la formulación de un desafío de poder dual en el plano político –de un desafío de un embrión de consejos (soviets) en la forma de comités y de una Asamblea Popular Constituyente soberana contra el gobierno de las estructuras estatales existentes de la democracia burguesa.


El acierto de nuestro programa es que está en línea con las actuales expectativas del pueblo y que le enseñará a las masas todo lo que necesitan conocer acerca de una real democracia obrera, y es posible lograrlo en el período inmediato.


Huelga general


Además de esto, el CMI y los centristas chinos ignoran completamente la doble faceta de la lucha actual –la del plano político (de la cuestión de la democracia) y la del plano industrial (la cuestión de la lucha económica y la necesidad de preparar una huelga general "industrial" de los trabajadores de Hong Kong y Guangdong)1. Si la huelga general es una posición de poder dual en el plano económico, la Asamblea Constituyente es la posición de poder dual en el plano político, ambas son abandonadas o deberán avanzar a formas socialistas de economía y poder obrero, es decir, la revolución. Estas reivindicaciones educan a nuestra clase y plantean la cuestión de cómo nosotros construimos nuestra revolución.


Nuestro programa avanza en la probabilidad de la revolución en China en el período inmediato, mientras el moribundo cretinismo parlamentario del CMI y de los centristas chinos pone la revolución cien años por delante.


Los centristas chinos, que tienen una posición influyente en la dirección del actual movimiento "Reformasi" (Reformista), han retrocedido en la cuestión de los mecanismos para agitar por el poder obrero a favor de la consigna de "libre nominación y elecciones generales amplias". El CMI simplemente ha confirmado el cretinismo parlamentario de los centristas chinos y les dio otra justificación más a su absurdo de una solución "parlamentaria burguesa" a la presente crisis social en Hong Kong. El CMI sólo ha hecho más difícil nuestra tarea de convencer a los centristas chinos que tienen influencia en el movimiento.


En realidad, uno puede convencerse de cualquier cosa si algún otro está de acuerdo con él y justifica su posición, incluso el asesinato de la revolución china.


"Autodeterminación de Hong Kong"


¡El CMI también reclama el absurdo del derecho a la autodeterminación de Hong Kong! Tienen un reclamo desde Londres para los chinos: "¡Por el derecho a la autodeterminación del pueblo de Hong Kong! ¡Dejen que el pueblo decida por sus propios asuntos!". Un llamado a divorciar efectivamente nuestra lucha de China como un todo, separando el territorio de Hong Kong del " continente", para luego orientar al proletariado de China desde un territorio no chino. Viven en la ilusión de que todavía somos una colonia británica; es que a los "socialistas coloniales" les gustaría dejar establecido su reclamo de propiedad. No hay un solo ciudadano de Hong Kong, fuera de los sectores burgueses pro-Taiwán, que defienda la independencia de Hong Kong. La mayoría de los ciudadanos de Hong Kong son Chinos Han, con familia "del otro lado de la frontera". Los chinos de Hong Kong lucharon durante un siglo y medio contra el imperialismo británico para que el territorio vuelva a su propio país. ¡Ellos son chinos! Y ahora el CMI reclama que vuelvan a sufrir –otra vez– la agonía del desplazamiento económico y social que les infligieron los colonialistas británicos.


Es una reivindicación similar a abogar por el socialismo en una sola ciudad. Es un sinsentido. Guangdong y Hong Kong son un área única desde el punto de vista social, económico y político. Entonces, agradecemos al CMI su oferta de destrucción económica, social y política pero les decimos "no, gracias".


Por sobre todo, lo que es muy revelador es el hecho de que el PO de la Argentina, con quien una fracción de los marxistas chinos está en comunicación, están en un 100% acertados en sus análisis de la situación en Hong Kong. Están un 100% acertados en las condiciones objetivas y en el necesario programa del factor subjetivo. Esto mientras los londinenses están equivocados en un 80%. Toda la formulación del programa se reduce a la cuestión de la Asamblea Constituyente y a la táctica de la huelga general como opuestos al cretinismo parlamentario de los centristas chinos y del CMI. En Hong Kong tenemos un viejo refrán: "Fracasado en Londres, intentá en Hong Kong". ¡Asqueroso!


(Será publicado a la brevedad, por la Proletary Society, un documento completo sobre la necesidad de una consistencia programática en las actuales luchas en Hong Kong, titulado "Hong Kong, nuevamente sobre la necesidad de la reivindicación de una Asamblea Constituyente")