UPS: Estados Unidos: ¿En vísperas de otra gran huelga?


La dirección del sindicato de pilotos de la UPS, el pulpo mundial de entrega de cargas, convocó a sus afiliados a votar por la huelga para la renovación del contrato colectivo. Después de dos años de negociaciones –y de ocho meses de “asistencia” de la Junta Nacional de Mediación Laboral–, la patronal apenas ha movido su “oferta” inicial. Las principales cuestiones en disputa son los salarios, las pensiones y beneficios de salud y las condiciones de trabajo.


 


La huelga, sin embargo, no es inminente. La votación llevará un mes. Aunque los pilotos voten por la huelga, no podrán parar inmediatamente. Para llegar a la huelga, la Junta Nacional de Mediaciones debe retirarse de las negociaciones y fijar un laudo arbitral. Sólo treinta días después de que rechace ese laudo, el sindicato estaría legalmente habilitado para declarar la huelga. Aun así, el gobierno podría aplicarle la ley Taaft-Harley (contra las huelgas), o las variadas leyes antisindicales y antihuelgas aprobadas recientemente con la excusa de la “seguridad nacional” y la “lucha contra el terrorismo”. Finalmente, el último recurso es que el propio Bush prohíba la huelga por decreto. Todo esto muestra la pesada regimentación de los sindicatos que ha sabido montar la burguesía norteamericana.


 


Pero, para The Wall Street Journal (25/3), “la decisión unánime del Ejecutivo del sindicato de proceder con la votación es una movida nefasta”. Es que no puede olvidar la enorme huelga de los camioneros de la UPS en 1997. En aquella oportunidad, durante 15 días, a puro piquete, los camioneros paralizaron la empresa y le impusieron una derrota que hizo historia.


 


¿Estamos, otra vez, en las vísperas de una huelga histórica de los trabajadores de la UPS? Es lo que, a pesar de todo el arsenal represivo y regimentador, teme la burguesía norteamericana.