Uruguay: crece la rebelión estudiantil-docente

Los estudiantes secundarios de los li­ceos y colegios técnicos hicieron punta con las ocupaciones, que comenzaron ha­ce veinte días. Las ocupaciones se man­tienen y han comenzado a extenderse al interior del país, a pesar de las amenazas represivas del ministro de Educación, que llamó a la policía a “reaccionar ante los desmadres de los estudiantes” (La Re­pública, 23/10). Ni lerdo ni perezoso» el jefe de la Policía “denunció” que los se­cundarios eran “asesorados por la guerrilla zapatista”… El hombre ha perdido el sentido del ridículo.


Los secundarios reclaman el aumento del presupuesto y la derogación de las normas represivas que regimentan la formación y el funcionamiento de los cen­tros de estudiantes. La organización de las ocupaciones se basa en los centros y en las asambleas estudiantiles» que tie­nen “todo el poder” (Brecha, 6/10); los re­presentantes estudiantiles, incluso, son renovados sistemáticamente, tanto para impedir las represalias de las autorida­des como para, también, impedir su burocratización. Los propios estudiantes se encargan de mantener una disciplina combativa en los colegios ocupados, nece­saria para enfrentar las amenazas poli­ciales de desalojo y las provocaciones (las asambleas son filmadas por los servicios de seguridad). “Al que arma bardo, le pe­dimos que se vaya”, declara una estu­diante (Brecha, 20/10). En los colegios que no han sido ocupados (para impedir- lo, las autoridades han cerrado varios) los estudiantes se movilizan y cortan de calles.


En esto lucha, los secundarios han obtenido una primera victoria. Los estu­diantes del Instituto de Enseñanza de la Construcción (IEC), que mantienen ocu­pada la escuela, “lograron que el Consejo de Educación Técnica Profesional elabo­rara un programa de estudios en base a su plataforma de reivindicaciones, que será aplicado en todos los institutos del país* (La República, 24/10). Los estu­diantes, en su mayoría obreros y apren­dices de la construcción, reclamaban la oficialización de los títulos y la especifi­cación de sus perfiles.


Las universidades han entrado en huelga, en reclamo de un mayor presu­puesto. Diecinueve de las veintiún casas de estudio están en huelga y cinco han si­do ocupadas, lo que ha llevado a la Federación Universitaria a votar la huelga general. En doce universidades, también los docentes están en huelga. La lucha universitaria se apoya en masivas asam­bleas, como la de Medicina, donde el lan­zamiento de la huelga fue ovacionado por 2.500 estudiantes.


El fenómeno de las asambleas masi­vas se repitió en el Hospital de Clínicas, donde 2.000 trabajadores votaron la huelga por tiempo indeterminado. Los docentes de primaria, mientras tanto, han comenzado a realizar marchas en el interior del país (San José) y paros zona­les.


Es toda una rebelión estudiantil y docente que está en marcha, que se expre­só en una “multitudinaria movilización conjunta” (La República, 20/10) de se­cundarios, universitarios y docentes al Congreso, en repudio a la política de des­trucción de la educación pública del gobierno fondomonetarista de Batlle (“cero en inversión educativa; cero en salarios docentes’’).


Esta política fondomonetarista ha lle­vado a Uruguay a una crisis económica descomunal (recesión, aumento del de­sempleo, caída de los salarios). Los estu­diantes y los docentes son el primer destacamento de una lucha que pronto libra­rá todo el movimiento obrero y popular uruguayo.