En poco más de veinte días concluye el plazo en Uruguay para presentar las 270 mil firmas (10% del padrón) necesarias para incorporar un plebiscito sobre la reforma jubilatoria como urna especial durante la elección presidencial de este año.

El plebiscito busca modificar el artículo 67 de la Constitución uruguaya, referido a la “seguridad social” en forma integral, dando marcha atrás con medidas muy regresivas para los trabajadores.

Entre otros aspectos, se establece la prohibición de las cajas de jubilación privada (AFAP) sin indemnización para las administradoras –una bandera histórica de los movimientos de lucha- y la universalización de las prestaciones, se retrotrae la edad jubilatoria a los 60 años y 30 de aportes contra la reciente reforma del presidente Luis Lacalle Pou, e iguala el piso del haber jubilatorio con el salario mínimo (con incrementos atados a la media salarial).Todas reivindicaciones muy sentidas por los trabajadores.

La campaña

Igual de importante que la plataforma del plebiscito es la inmensa campaña desde abajo que se está desarrollando por la recolección de firmas.

En todas las ciudades y pueblos se respira una adhesión popular en los puestos, mesas, recorridas y centros de los movimientos, agrupaciones, sindicatos y partidos que se pusieron al hombro la campaña, junto a una nutrida colaboración de activistas independientes.

En Montevideo, las firmas se juntan masivamente en las agitaciones públicas en plaza Libertad y en las recorridas por los barrios más carenciados. En Canelones, el segundo departamento más poblado, se registran más de 30 puestos fijos, muchos en ferias y comedores populares. La recolección de firmas ha coincidido, en muchas oportunidades, con puestos montados en las acciones en solidaridad con Palestina y por otras causas populares.

Esta simpatía popular contrasta con la línea adoptada por una parte de la dirección de la central sindical PIT-CNT, a cargo “en los papeles” de la campaña. Hasta el momento han retaceado el involucramiento de los principales gremios, como el de la construcción (Sunca), algunos de los cuales no distribuyeron ni siquiera las planillas para firmar.

Crisis política

La actitud del Partido Comunista y la dirección PIT-CNT responde a su juego en la interna del Frente Amplio (FA) hacia las elecciones nacionales. Su compromiso de apoyo a la campaña por el plebiscito es a regañadientes, y la iniciativa tampoco es del todo propia. La redacción final de la plataforma fue impuesta, en el congreso de la central, por el ala izquierda de la central en una ajustada votación, irrumpiendo en la crisis entre el sector ligado al PC y la derecha sindical (Articulación), a fines del año pasado.

La idea de amagar con una movilización popular, manteniendo la regimentación sobre sus aspectos centrales, es la forma del PC para cotizarse contra el sector mayoritario del FA, liderado por José Mujica (MPP) y su delfín Yamandú Orsi, ex intendente de Canelones.

Pero debe notarse que el Frente Amplio como un todo no interviene en la campaña y una parte de su dirección se ha pronunciado contra el plebiscito y contra la recolección de firmas, desalentando la participación de los afiliados al FA en la campaña. Solo la existencia de un movimiento genuino por abajo garantizó su puesta en marcha y, en caso de lograrlo, será su mérito la consecución de las firmas.

El rechazo por parte del FA al plebiscito es el tema central de la gira mediática de Mujica, que lo ataca llamando a “esperar” a las elecciones y no introducir condicionantes “por izquierda” a un posible retorno de su partido al Ejecutivo. Mientras tanto, en la base corre la disidencia. Existen registros de muchos militantes del FA que desconocen la orden y abren los comités barriales para recolectar firmas.

La política del FA es de sostenimiento de las jubilaciones privadas. Durante sus 15 años de gobierno mantuvieron el sistema de las AFAP, además de reducir a la mitad el aporte patronal y brindar todo tipo de excepciones fiscales, a la vez que mantenían los aportes del lado obrero. Como “oposición” permitió en general (se opuso formalmente y de manera parcial) la ley ómnibus del presidente derechista Lacalle Pou.

La intensa campaña por el plebiscito, asimismo, no debe tapar que sectores burocráticos de la dirección del PIT-CNT buscan usar esta agitación para bloquear el lanzamiento de un plan de lucha. A pesar del brutal ajuste (virtual congelamiento salarial, entre otros), las luchas han sido deliberadamente aisladas, dejando correr las medidas del gobierno Lacalle Pou.

Al contrario de quienes identifican la recolección de firmas con el caer en la trampa de colocar expectativa en la democracia formal, la campaña está sirviendo para un aprendizaje acelerado del carácter de clase del Estado burgués. Además, posibilita el reagrupamiento de la vanguardia obrera y la izquierda consecuente.

De momento, ha mostrado la verdadera naturaleza de la totalidad de los partidos de la burguesía, incluyendo al FA, en la defensa de los negociados patronales con la jubilación privada y de la política fondomonetarista. En la vereda de enfrente, emerge como novedad política el frente del Partido de los Trabajadores (PT) con Unidad Popular (UP) y el Frente de Trabajadores en Lucha (FTdL), que han conformado la alianza Unidad Popular- Frente de Trabajadores (UP-FdT) que ha tomado con energía la campaña por el plebiscito contra la reforma jubilatoria. Mientras tanto, crece una vanguardia sindical y popular contraria a las componendas de la burocracia.

Con la perspectiva de que sea un jalón para recuperar los sindicatos para los sectores combativos, y para golpear las políticas de ajuste fondomonetarista que llevan adelante los gobiernos burgueses, el Partido Obrero de Argentina apoya y lleva adelante la campaña por el plebiscito.

Si sos uruguayo y vivís en Argentina, ponete en contacto para firmar por el plebiscito enviando un mail a [email protected]

https://www.prensaobrera.com/internacionales/brasil-lula-concilia-con-los-militares-fascistoides