El domingo 27 de octubre se realizarán en Uruguay las elecciones para elegir al presidente y diputados y senadores para el Poder Legislativo.

Las encuestas dan una cierta ventaja a la coalición centroizquierdista Frente Amplio (FA), que lleva como candidato presidencial a Yamandú Orsi. En segundo lugar está el candidato del Partido Nacional (PN), Alvaro Delgado (del actual presidente Luis Lacalle Pou). No se espera, sin embargo, que el candidato del Frente Amplio supere el 50 por ciento de los votos, razón por la cual se deberá ir a una segunda vuelta, un mes más tarde, oportunidad en que la derecha se uniría detrás de la candidatura de Delgado y tendría chance para imponerse. Eso fue lo que sucedió en las anteriores elecciones del 2019, donde el Frente Amplio se impuso en primera vuelta (949.376 votos contra 696.452) por más de 250.000 votos, para perder en segunda vuelta ante el frente de toda la derecha que apoyó al Partido Nacional, por solo 37.000 votos.

Pero lo que se ha colocado en el centro de la compulsa electoral del próximo domingo es el plebiscito donde el pueblo deberá pronunciarse acerca de la derogación de la reforma previsional, reaccionaria y antiobrera, impuesta en sus inicios por el gobierno del presidente Lacalle Pou. Entonces se aprobó la LUC, una ley ómnibus de la especie de las que promovió más tarde Milei en la Argentina, que habilitaba todo tipo de reformas reaccionarias, entre las que se encontraban los ataques a la previsión social y los jubilados. 

La Boleta por el SI a la derogación del capítulo previsional plantea en sus puntos centrales: a) elevar las jubilaciones mínimas al salario mínimo nacional; b) eliminar las AFAP (Administradoras de Fondos Previsionales): son los bancos y aseguradoras que parasitariamente hacen negocios con los “ahorros” compulsivos descontados a los trabajadores; c) retrotraer la edad de retiro jubilatorio de los 65 años impuestos por Lacalle Pou y la LUC, a los 60 años.

La campaña por el plebiscito por la derogación de la reforma previsional antiobrera fue votada por mayoría de un congreso de la central obrera (PIT-CNT). Se necesitaban más de 300 firmas de votantes registrados para que fuera habilitada. A pesar del boicot de la centroizquierda y de varias burocracias sindicales, esto se logró holgadamente gracias a la movilización de un impresionante activismo obrero y de izquierda.

Las encuestas también indican que el SI a la derogación de la reforma previsional antiobrera estaría a las puertas de triunfar.

Contra esta tendencia popular se ha lanzado una fortísima campaña de terrorismo político y mediático “de Estado”. El presidente Lacalle Pou, en sus actos de gobierno y de campaña, se ha concentrado en el rechazo al SI: “No voten el plebiscito porque seguramente la haga un daño irreparable a nuestro país”; “piensen que hay un Uruguay antes de ese plebiscito y hay un Uruguay después de ese plebiscito”, etc., pronosticando la caída total de la economía uruguaya.

Pero más significativa es la posición tomada por el centroizquierdista Frente Amplio, quien viene girando constantemente hacia la derecha. El ex presidente José “Pepe” Mujica, promotor del candidato presidencial Orsi y referente conservador/derechista del Frente Amplio, se sumó a la campaña de la burguesía, planteando que la aprobación del plebiscito crearía “un caos”. ¡Pagarle más a los jubilados es para la burguesía “caótico”! 

Orsi también se pronunció por el rechazo al SI planteando que “no es la situación más conveniente y va a generar dificultades… Para mí, es altamente inconveniente” (Clarín, 19/10). La candidata a vice, Carolina Cosse, promovida por el ala que encabeza el Partido Comunista, también lo rechaza.

El resultado del plebiscito uruguayo preocupa a la burguesía de la región. Y, en particular, a la argentina y la brasileña. Muchos capitalistas tienen “inversiones” en el país hermano y se aprovechan de estas reformas antiobreras. Es más: sueñan con reintroducir la “jubilación privada” de nuevo en la Argentina. 

Los candidatos a presidente Orsi (FA) y Delgado (PN) fueron invitados a “rendir examen” ante el “círculo rojo” de Argentina. En una comida organizada en el Hotel Sheraton (5 estrellas), los grandes empresarios argentinos organizados en el Consejo Interamericano del Comercio y la Producción (Cicyp) “agasajaron” a los dos candidatos presidenciales. Orsi les dejó en claro que se opone al SI, y que la dirigencia del FA “le estaría restando adhesión” a la aprobación del plebiscito (Clarín, 9/10). Delgado fue más enfático, según consigna el mismo diario argentino: “‘En Uruguay se debaten dos modelos de país’ (…) se refirió al plebiscito que se viene en el país a instancias de su CGT que propone una reforma del sistema de seguridad social que ataca a la jubilación privada. ‘Ahí están nuestros ahorros’”, dijo, confundiendo los ahorros descontados a los trabajadores con su utilización por los patrones, a costa del aumento en la edad de retiro jubilatorio y haberes de miseria.

El Frente Amplio uruguayo (al igual que el Frente Amplio de Lula y Alckmin en Brasil, el kirchnerismo en Argentina, la coalición frente amplista de Boric en Chile, etc.) abandona incluso las formalidades progresistas que solía discursear y trata de mostrarse como más potable para imponer los ajustes fondomonetaristas a sus pueblos.

El FA uruguayo apoya la agresión sionista contra el pueblo palestino: concurre a los actos sionistas, etc. Para aventar cualquier duda, el candidato Orsi se ha apurado a nominar a Gabriel Oddone como próximo ministro de Economía de un eventual gobierno frenteamplista. Oddone apoyó la reforma previsional antiobrera que impuso Lacalle Pou y viajó ahora a Estados Unidos para entrevistarse con el Banco Mundial, el FMI y los “fondos inversores” para darles “garantías” a los financistas de que sus intereses serán defendidos.

Las organizaciones de jubilados que luchan en la Argentina contra la ofensiva antiobrera del gobierno Milei sobre sus jubilaciones, también han tomado nota de la importancia de la movilización de jubilados y trabajadores del Uruguay a favor del plebiscito y han enviado su apoyo a la campaña por el SI. En cambio, la CGT argentina y las corrientes kirchneristas han hecho mutis por el foro.

Un triunfo del SI en el plebiscito será un revulsivo terrible para los planes fondomonetaristas que el FA y el PN vienen desarrollando contra el pueblo trabajador, fortalecerá sus luchas y planteará las posibilidades de un nuevo reagrupamiento clasista en la república hermana.

También será un aliciente para la lucha en Argentina y en toda América Latina para derogar las reformas previsionales antiobreras y reaccionarias impuestas por los Bolsonaro y mantenidas por los Lula.

El Partido Obrero de Argentina apoya el voto al SI en el plebiscito previsional y llama también a votar por los candidatos del frente constituido entre la Unidad Popular, el Partido de los Trabajadores y el Frente de los Trabajadores en Lucha, que lleva a Gonzalo Martínez como candidato a presidente y a Andrea Revuelta como candidata a vice. Es la única formación política de las que se presentan a elecciones que se ha puesto desde la primera hora sobre sus hombros, la mochila de la lucha por la derogación de la reforma previsional antiobrera. Y lleva como candidatos a luchadores reconocidos de los trabajadores y explotados. Es deber de toda organización socialista revolucionaria apoyar las candidaturas que canalizan en forma independiente la oposición obrera a los candidatos y programas burgueses.

El Partido Obrero hace meses que ha venido desarrollando una campaña de apoyo público al SI por la derogación de la reforma previsional antiobrera. Un triunfo del SI no anulará automáticamente dicha reforma,  a la que se opone la totalidad de la clase patronal uruguaya, argentina e internacional. Pero creará mejores condiciones para abrir el camino a la movilización obrera y popular tras esta bandera.

Apoyo a los jubilados de Uruguay

En vísperas del plebiscito contra la reforma provisional reaccionaria. –

prensaobrera.com