Victoria de la rebelión

Fuera las tropas de ocupación


La pueblada haitiana quebró el fraude. La ONU, los gobiernos latinoamericanos y los yanquis debieron rendirse ante la rebelión popular. Los ocupantes temieron su propio linchamiento.


 


Para evitar esta catástrofe, la “diplomacia internacional” (en especial Francia y Estados Unidos) se vio obligada a imponer a la oligarquía la aceptación de la victoria de Préval. Hasta el final, la oligarquía se había negado obstinadamente. Según el enviado especial de Clarín (18/2), las discusiones entre “los empresarios y el establishment” fueron “salvajes”, incluidas las amenazas de muerte.


 


Pero ni el imperialismo ni la oligarquía se han resignado. Juan Valdez, jefe de la misión de la ONU, advirtió que “Préval recibió un importante apoyo de sectores muy poderosos de este país, de la burguesía nacional, que lo hizo de manera muy discreta” (Clarín, 19/2).


 


Por sobre todo, el imperialismo se valdrá de la continuidad de la presencia de las tropas de ocupación, cuyo mandato ha sido extendido por seis meses, pero podría extenderse aún más. John Maito, embajador norteamericano en la OEA, declaró que “el compromiso de la comunidad internacional deberá durar años” (La Nación, 19/2).


 


Más que nunca, ¡fuera las tropas de ocupación de Haití!