La historia está plagada de imágenes simbólicas que retratan procesos que se han venido gestando a lo largo de los años, y que un día asumen la forma de rebeliones transformadoras. Es lo que ocurre actualmente en Chile, donde la juventud y el pueblo trabajador se mantienen en pie de guerra contra el gobierno de Sebastián Piñera y contra más de 30 años de legado pinochetista, protagonizando este martes la tercera jornada de paro general.

Recientemente ha trascendido un video donde los manifestantes chilenos derriban el cartel de la Carretera Austral “Augusto Pinochet”. Se trata de un hecho profundamente simbólico, que da cuenta del deseo del pueblo chileno de derrumbar los cimientos de una sociedad montada sobre las bases de una profunda desigualdad social y una fuerte presencia de las fuerzas armadas en la economía y la sociedad del país.

Actos como este se replicaron en otros lados, como la remoción de la placa de Pinochet del Teatro Municipal de Antofagasta.

Está claro que la rebelión chilena ha llegado para reescribir la historia de su pueblo, desechando a lo más nefasto de su sociedad al lugar donde corresponde: al basurero de la historia.