La siguiente resolución fue aprobada por unanimidad en el plenario del PO en el Microestadio de Lanús, el sábado 11.

El plenario nacional del Partido Obrero convocado para impulsar la realización de un Congreso Nacional del FIT U, expresa toda su solidaridad con el pueblo peruano en su lucha contra el golpe de Estado.

En diciembre pasado, el reaccionario Congreso de Perú destituyó al presidente Pedro Castillo, como parte de un golpe de Estado apoyado por el imperialismo y las fuerzas armadas que colocó en el poder a la vice Dina Boluarte. El fujimorismo, derrotado en el último ballotage presidencial, intentó desconocer esos resultados electorales y llevaba meses practicando maniobras golpistas que tuvieron su coronación en la “vacancia” votada por el parlamento.

El pueblo peruano se ha sublevado contra el régimen golpista. El sur del país se insurreccionó y está paralizado por los cortes de ruta y las acciones de las organizaciones campesinas e indígenas.

El 19 de enero, una marcha desde todos los puntos del país arribó a Lima e instaló la lucha en el centro del poder político. El movimiento estudiantil se plegó a la pelea y ofreció las instalaciones de las universidades para alojar a los manifestantes del interior.

La represión del Ejército y la policía ya ha dejado más de 70 muertos. Las fuerzas de seguridad desalojaron la Universidad San Marcos y detuvieron a cientos de personas.

El régimen golpista es garante de los intereses de la élite oligárquica y racista dominante y del imperialismo en la región. Recientemente, Laura Richardson, jefa del Comando Sur, blanqueó el interés de los Estados Unidos por el litio, el petróleo y el agua dulce del subcontinente. Perú es rico en minerales que explotan grandes compañías multinacionales, mientras las grandes masas permanecen en la pobreza.

Los gobiernos latinoamericanos, tanto derechistas como “nacionales y populares”, son cómplices de Boluarte. Fernández de Argentina, Lula de Brasil y Boric de Chile han reconocido al gobierno masacrador del pueblo. Lula está enviando pertrechos militares para sostener la acción represiva. Esto se vio en forma patente en la última reunión de presidentes de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe) que se llevó a cabo en Buenos Aires, cónclave en el que participó la canciller del gobierno golpista.

Frente al levantamiento popular de las masas peruanas, Boluarte, que inicialmente había manifestado su intención de quedarse en el cargo hasta 2026, abrió el juego a un posible adelantamiento electoral. Advertimos que se trata de una maniobra para desactivar la rebelión y dejar en pie todo el régimen podrido cuestionado en las calles. Si, por el momento, esa maniobra no se ha concretado, se debe a las propias peleas de camarillas que caracterizan a la derecha política peruana.

Frente al gobierno de Boluarte y las distintas maniobras de preservación del régimen, lo que está planteado en Perú es extender la lucha y redoblar la intervención de la clase obrera. Se han realizado dos paros generales impulsados por organizaciones regionales campesinas y populares y la CGTP, la central obrera. Es imperioso organizar la huelga general.

Planteamos la necesidad de acabar con este régimen capitalista podrido y explotador y convocar a una Asamblea Constituyente libre y soberana, convocada por un gobierno provisional de las organizaciones en lucha, para reorganizar el país sobre nuevas bases sociales. La reciente experiencia del desarrollo del levantamiento de masas en Chile ha puesto en evidencia que no habrá Constituyente soberana y revolucionaria si no se acaba previamente con el gobierno de las reaccionarias clases explotadoras.

Promovemos la movilización solidaria e internacionalista de los pueblos latinoamericanos en apoyo a las masas peruanas. Por la Unidad antiimperialista y socialista de América Latina.

 

Fuera Boluarte y todo el régimen fujimorista.

Juicio y condena de los responsables materiales y políticos de la represión.

Libertad a Pedro Castillo y todos los presos políticos.

Asamblea constituyente libre y soberana.

Ruptura de relaciones con el sangriento régimen represor.