Juventud

6/7/2019

Ante el frío, la lucha estudiantil en Morón se intensifica

Conservatorio, EES 45

Los estudiantes de Morón (como en el conjunto de la Provincia de Buenos Aires) cursan en condiciones insalubres. En la técnica n°6 (“El Chacabuco”) dos compañeros fueron atendidos por hipotermia y una compañera se desmayó mientras arreglaban una estufa con el gas prendido. En la Media 8 funcionan solo tres estufas para veintitrés aulas. Y así se pueden seguir enumerando a cada una de las decenas de escuelas del distrito que funcionan sin conexión de gas o calefacción y que padecen el frío año tras año. Esto sin nombrar los reclamos que se vienen impulsando por los cupos del servicio alimentario escolar -cuando en el conurbano más de la mitad de los jóvenes son pobres-, y por infraestructura, instalación de agua y electricidad.


Por eso estudiantes de varias escuelas, entre ellas las Media 8, 21, 9, 52, 2, 17, 11, 45, El Chacabuco, y el Conservatorio protagonizaron en la misma semana cuatro jornadas seguidas de lucha frente a la falta de condiciones elementales para seguir estudiando. La situación se venía preparando con sentadas, como la que se hizo en la 21 de Castelar, o este miércoles en la media 8. Los secundarios han marcado el camino.


Los consejeros escolares rechazaron el reclamo para que baje un funcionario de provincia para no admitir el ajuste presupuestario, y se comprometieron a una agenda de recorridas. ¡Pero la situación no puede esperar! Frente a las repetidas promesas incumplidas de los funcionarios, los secundarios fueron contundentes al movilizarse, tomar el Consejo Escolar y obtener de la inspectora distrital el compromiso de suspensión de clases como se viene llevando adelante en la media 8. María Traverso, titular del Consejo Escolar, elevó una denuncia penal contra padres y docentes por supuestas amenazas de muerte, como forma de amedrentar al movimiento de lucha.


Los garantes del FMI contra la educación pública


Esta realidad es un botón de muestra del derrumbe educativo en la provincia, cuya expresión más brutal fue la masacre de Moreno que se llevó la vida de Sandra y Rubén el año pasado. El gobierno de María Eugenia Vidal, responsable político de este crimen social, ha profundizado el vaciamiento de las áreas de infraestructura.



Nada de esto sería posible sin la colaboración consciente de la burocracia kirchnerista que dirige la gremial docente Suteba. Recientemente, firmó una paritaria a la baja justamente con el pretexto de que se garantizarían los 12 puntos de habitabilidad de los establecimientos educativos, para luego mantenerse en la pasividad ante el incumplimiento flagrante de los mismos.


La línea del sabatellismo y el kirchnerismo es que el movimiento estudiantil se coloque como furgón de cola de su proyecto de aplicación en Morón de la emergencia edilicia trucha que se aprobó el año pasado en la provincia y que lejos estuvo de resolver los problemas de infraestructura en Moreno, ni en ningún otro distrito. Bajo esa perspectiva, atacan la presencia de la izquierda en las movilizaciones.


El derrumbe educativo tiene como marco los presupuestos de ajuste 2019, votados en el Congreso Nacional y en la Legislatura provincial por macristas y pejotistas, que se disputan ahora los gobiernos nacional y bonaerense para continuar con la hoja de ruta del FMI.


Por un plan de obras controlado por la comunidad


¡No se puede seguir cursando así! Arranquemos un plan integral de obras edilicias discutido y controlado por estudiantes, docentes y padres. Sin este aspecto elemental y sin el aumento de las partidas, cualquier emergencia edilicia quedaría vaciada desde el vamos.


Desarrollemos la organización independiente en cada lugar de estudio, votando asamblea por asamblea un plan de lucha y la paralización de las clases hasta que arreglen las escuelas en unidad con los docentes.


¡Basta de persecución política, inmediato desprocesamiento de referentes de la comunidad educativa!


¡Por un estudiantazo en toda la provincia hasta ganar!


¡Plata para educación pública, no para la deuda!


¡Fuera el FMI!