El viernes 30 de marzo, el gobierno y sus burócratas afines pretendieron cancelar la paritaria de los docentes universitarios con un mísero “ajuste” salarial en cuotas que, anualizado (enero a enero), no representa más de un 11 a un 13%. El aumento del 26% anunciado por los medios sólo lo cobrará alguna categoría en noviembre.

El “aumento” fue rechazado por la Conadu Histórica. Sí lo aceptaron la conducción de Conadu y el sindicalismo oficial y trucho. Para ello, el Ministerio de Educación había convocado “de urgencia” a una parodia de Mesa de Negociación. Mientras tanto, se desarrollaban los paros y el rechazo de las asambleas de la inmensa mayoría de las universidades del país (las 21 asociaciones de Conadu Histórica, cuatro de las principales de la otra Conadu; varias seccionales de la tecnológica; Villa María).

La trampa que el gobierno promueve, junto a los rectores desde 2006, reside en convocar a la firma a todo tipo de sellos y burócratas sin representación alguna (UDA, Ctera, con menos de 100 afiliados en el país; Fedun-Aduba, un sello del moyanista Ricci), debidamente untados con la “cuota de solidaridad sindical”.

Pero el papel principal en ayuda de las maniobras del Gobierno lo cumple la conducción de Conadu (surgida en un Congreso divisionista organizado por el ministro Flamarique), que reúne a diez asociaciones e integra el oficialismo de la CTA. Sus dirigentes (De Feo, Sanllorenti) amañaron un plenario para imponer el “acuerdo”. Aun así, debieron prometer un referéndum de un Congreso.

Cuatro de las principales a Asociaciones de esa Conadu (Rosario, Córdoba, Río IV, San Luis), junto a Villa María, han repudiado el acuerdo, denunciando a la burocracia de De Feo y promoviendo “un encuentro de Asociaciones de las Federaciones para decidir la aceptación o el rechazo y el plan de acción”.

El movimiento docente es desigual, algunas seccionales paran masivamente, incluso forman parte de las grandes movilizaciones docentes y de estatales de ciertas provincias como Neuquén. Pero más allá de las diferencias, en la situación hay condiciones para quebrar a la burocracia y avanzar hacia la unificación del movimiento docente universitario.

La Agrupación Naranja plantea un Congreso de bases de la Conadu Histórica y de la otra Conadu para impulsar en común un plan de acción para quebrar el acta, imponer nuevas paritarias con mandatos y paritarios elegidos por asamblea que nos permita como mínimo unificar las cuotas, una cláusula de indexación salarial, salario a los ad honorem, estabilidad y pliego único hacia la paritaria nacional por el Convenio Colectivo. Un Congreso de bases conjunto colocaría otro escenario para llevar la convicción a la masa docente de que podemos reunir las fuerzas para quebrar el acuerdo a la baja y defender integralmente las conquistas de la huelga conjunta de 2005.