Juventud

29/7/2021

Empleo joven: “Te Sumo”, un refrito fallido de subsidios a las patronales

50.000 supuestos empleos para jóvenes, a cambio de “salarios” de miseria y más precarización laboral.

El gobierno nacional acaba de anunciar un nuevo (viejo) programa de “promoción” del empleo joven, que apunta a la juventud entre 18 y 24 años. El programa Te Sumo representa otro de tantos anuncios fallidos e implica un beneficio a las patronales, con abultados subsidios, antes que una salida a la crisis laboral en la juventud.

El anuncio fue comandado por el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y la precandidata a diputada nacional del Frente de Todos, Victoria Tolosa Paz –desnudando el carácter meramente electoral del programa-, y consiste en dos etapas, en las cuales las Pymes tendrán acceso a distintos tipos de subsidios y exenciones a las contribuciones patronales a cambio de integrar algunos pocos jóvenes (50.000) en sus planteles.

Según lo anunciado, los primeros seis meses serían de capacitación y formación laboral, en los cuales a cambio de 4 horas de trabajo diario se pagaría una “remuneración” de $15.000 -similar a lo que hoy percibe un programa Potenciar Trabajo-, financiados totalmente o hasta un 80% por el Estado, dependiendo el tamaño de la empresa.

El contrato laboral recién se suscribiría pasado el primer semestre, aunque aún no se conocen detalles respecto a la obligatoriedad para las patronales o si la contratación sería “opcional”. En caso de seguir adelante, el Estado seguiría subsidiando a los patrones con montos entre $21.000 y $31.000 y la reducción de entre el 90 y 95% de aportes patronales y a la seguridad social, por cada trabajador. Se calcula que las Pymes pagarían entre el 30 y 40% del costo laboral total (Clarín, 28/7).

Con todo esto, se calcula que para el segundo semestre el salario neto de estos jóvenes alcanzaría los escasos $43.000 (Idem), cuando probablemente la canasta básica se ubique por el doble de esta cifra.

¿Otro verso?

La aparición repentina de este programa en las vísperas de las elecciones tiene todo el tufillo de puesta de escena electoral, después de todo, no sería la primera vez que el gobierno improvisa una “salida” para la desocupación que no sale de su enunciación.

El antecedente más remoto de este intento fue el programa Empalme, que habilitaba la supuesta incorporación de beneficiarios de los programas sociales al empleo privado, donde las patronales absorbían los fondos del Estado en concepto de subsidios.

Esto no tuvo ninguna trascendencia práctica, ni implicó la creación de nuevos puestos de trabajo, sino que sirvió, en la mayoría de los casos, para que los municipios incorporaran los planes sociales para reemplazar mano de obra bajo convenio municipal a cambio de un “plus” que nunca llegaría a equiparar una remuneración real, ni menos el status de un contrato de trabajo regular y permanente.

Incluso, esta tentativa de programa de empleo joven estaría en manos de las oficinas de empleo de los municipios, lo que no descarta nuevas manipulaciones de este tipo.

Sin empleo

El plan del gobierno implica la “asistencia” solo de 50.000 jóvenes, en un país donde la desocupación y la subocupación alcanzan al 30% de la población. La mitad del 10,2% de desocupados relevados por el Indec –no implican la totalidad- son jóvenes menores de 30 años.

La situación se vuelve más dramática para las mujeres, con un 24,9% de desocupación entre las menores de 30 años, contra un 17% en los varones. Esto se debe a que los trabajos con mayoría de hombres, como la construcción, se han reactivado más rápidamente que los mayoritariamente ocupados por mujeres.

Un caso que revela esto es lo que ocurre respecto a las trabajadoras de casas particulares, con un total de 430.000 puestos perdidos bajo la pandemia, de los cuales solo se recuperó un 18%. En el caso de hoteles y restaurantes se registraron 241.000 puestos menos que en 2020. La situación se replica en otros sectores, como comercio, turismo y gastronomía, entre los más afectados.

El Estado promete “aportar más” para el caso de contratación de “mujeres y sexualidades disidentes”, pero de realizarse lo anunciado no estaríamos ni cerca de atender la crisis de desocupación vigente.

La “oferta” del gobierno insiste por la vía de la precarización y los bajos salarios, a la que ya se encuentra sometida gran parte de la juventud trabajadora. Es un adelanto de la reforma laboral, con contrataciones precarias, temporales y sin aportes. El gobierno podría optar por el reconocimiento de la relación laboral existente entre las patronales de reparto y delibery de miles de trabajadores jóvenes precarizados; sin embargo, centra su política en hacer oídos sordos y facturar el monotributo que se le obliga a pagar a los y las repartidoras.

La promoción del empleo no implica ofrecer más trabajos precarizados, sino generar trabajo que habilite la posibilidad de realización de la juventud y de los desocupados en su aspiraciones personales y familiares (vivienda, estudios, recreación, etc.), para lo que él mismo debería estar reconocido y remunerado según estándares a la altura: es decir, cubriendo la canasta familiar que supera los $100.000.

El Frente de Izquierda Unidad levanta este programa de salida para los desocupados y la juventud, partiendo de un plan de obras públicas y desarrollo de la industria nacional, con generación de empleo bajo convenio y salarios que cubran la canasta familiar; un seguro universal al desocupados para alcanzar la canasta básica; el fin de la tercerización y precarización laboral con el reconocimiento del convenio colectivo correspondiente y el pase a planta permanente de los trabajadores; y becas de estudio de $15.000.