Juventud

15/9/2019

Este 16 de septiembre, ganemos las calles contra la Secundaria del Futuro

Les secundaries nos movilizamos de Congreso a Plaza de Mayo, a las 15h, en un nuevo aniversario de la Noche de los Lápices. La polémica en el movimiento estudiantil.

Este 16 de septiembre los reclamos estudiantiles están más presentes que nunca. Les secundaries vivimos en carne propia el brutal ajuste que el FMI, Macri, Rodríguez Larreta y el conjunto de los gobernadores aplican sobre nuestra educación. Día a día lo sufrimos con el estado edilicio deplorable de nuestras escuelas: caída de ventanas, techos y ventiladores, falta de luz y agua, plaga de ratas y cucarachas, ausencia de gas o escapes fatales. Ni hablar de las viandas podridas, del recorte al sueldo docente o la falta de educación sexual laica y científica.


Como parte fundamental de este ajuste, viene avanzando en los colegios porteños desde el 2017 la implementación de la Secundaria del Futuro (Secundaria 2030 a nivel nacional), que aparece como el correlato de la reforma laboral en la educación media, avanzando con una orientación privatista, degradando la enseñanza a través del recorte de materias y colocando a les estudiantes como mano de obra barata a través de las pasantías.


La situación del movimiento y el papel de la CEB


La lucha por derribar la Secundaria del Futuro se expresó con fuerza en la toma de más de 30 escuelas en Capital Federal en el 2017, que el kirchnerismo -a la cabeza de la Coordinadora de Estudiantes de Base (CEB)- llamó a levantar después de un mes de lucha y organización, pasándole la pelota a la ajustadora ministra de Educación de la Ciudad, Soledad Acuña. 


Actualmente, el movimiento estudiantil secundario se encuentra acéfalo, ya que la coordinadora  no actúa como un canal de organización para les pibes. Se vio evidenciado durante el año con los reclamos puntuales por colegios, como la mudanza del Yrurtia, el traslado del Cerámicas, o la decena de colegios que tuvieron que organizarse por su cuenta contra el derrumbe edilicio, en la cuales la CEB estuvo por fuera, sin llevar adelante acciones ni ofreciendo ningún tipo de perspectiva al movimiento.


Esta orientación fue la que primó en el reciento Congreso de la CEB del pasado miércoles 11, que en lugar de operar como espacio de deliberación y de organización de la lucha por todos nuestros reclamos, tuvo como único planteo por parte de la conducción kirchnerista la convocatoria a la movilización del 16 de septiembre con las consignas políticas que el Frente de Todos está lanzando en la Ciudad: “Larreta es Macri, no se banca más”, buscando encorsetar esta movilización histórica del movimiento secundario a la campaña electoral de su candidato a jefe de gobierno Matías Lammens. 


Pero, como venimos señalando desde la UJS Secundaries, organizarnos por nuestras reivindicaciones, y en particular por la derrota de la Secundaria del Futuro, requiere de la independencia política del movimiento estudiantil de los bloques políticos que han venido gobernando el país. La avanzada del macrismo tiene como antecedentes las reformas antieducativas votadas durante el gobierno kirchnerista, entre ellas la Ley de Financiamiento Educativo (que dejó a las escuelas dependiendo de provincias y municipios quebrados) y la Ley de Educación Nacional, que atacó las condiciones laborales de la docencia y allanaba la penetración de los capitales privados en el sector. Con este historial, y teniendo en cuenta los compromisos de Alberto Fernández con el FMI, la sumisión del movimiento a la candidatura de este y de Lammens -quien por lo demás no se ha pronunciado sobre la Secundaria 2030 ni acerca de la injerencia religiosa en nuestra educación- es un camino de derrota.


Nuestra independencia política del movimiento frente a los gobiernos es clave para conquistar todo el pliego de reivindicaciones planteado. En oposición al “pedido” de Alberto Fernández de que dejemos las calles, les compañeres del movimiento piquetero que luchan contra el hambre y la miseria, y la lucha de les docentes y estatales de Chubut, marcan el camino. De las calles no nos vamos nada: son nuestra única salida para frenar el ajuste y hay que ser millones demostrando que la deuda es con la educación y no con el FMI.


Marchemos este 16 de septiembre, como un puntapié para poner de pie un movimiento secundario independiente de los gobiernos para sepultar de una vez por todas la secundaria 2030, por condiciones dignas de cursada, para que la Iglesia deje de meterse en nuestra educación, por ESI laica, científica y con perspectiva de género y por aborto legal, seguro y gratuito.