¡Fuera Villordo y su patota!
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El 14 de agosto fueron agredidos los pibes de la Emba por la patota integrada por funcionarios y concejales; el jueves 17 una manifestación de más de 5.000 personas recorrió las calles de Quilmes repudiando la agresión. El viernes 18, en la puerta del edificio municipal, fue agredido el periodista Navarro, de parte del dirigente, Seoane.
La patota de Villordo ataca a periodistas y a los pibes la Emba, pero se rinde ante las tercerizadas que saquean los fondos comunales que deberían ir a la salud, la educación y el saneamiento.
Quilmes no es una isla, el kirchnerista Villordo sigue el libreto del gobernador de Santa Cruz o del Chaco, que reprimen a obreros en lucha y a los pueblos originarios que reclaman su tierra, defendiendo los intereses de las patronales como las textiles o las petroquímicas de la zona que despiden trabajadores para regimentar los reclamos gremiales.
La impunidad es la política de los tres poderes en Quilmes.
Del Ejecutivo, que manda sus funcionarios y punteros a golpear periodistas y estudiantes; del Legislativo, que en la sesión que repudiaron el ataque a Navarro se olvidaron de repudiar la acción de miembros de ese honorable cuerpo a los estudiantes de la Emba; y de la Justicia, que es un verdadero monumento a la impunidad: el Tribunal Oral N° 3 absolvió a cuatro de los asesinos de Andrea Viera, miembros de ese mismo Tribunal absolvieron al policía Salmo, agresor de Carla Lacorte, y antes, al policía que asesinó al joven Llaura, para citar algunos casos, y de la Policía local que es representativa de la Bonaerense, personal de la Comisaría 1a., cómplice del ataque a la Emba, es la que hace dos años reprimió a los pibes detenidos y dejó morir a cuatro en el incendio de la celda.
Basta de tortura y muerte a nuestros jóvenes.
No a la impunidad de ayer y de hoy.
Basta de represión policial.
Desmantelamiento del aparato represivo.
Basta de persecución y amenazas a los estudiantes de la Escuela de Bellas Artes.
Basta de persecución a la prensa.
Desprocesamiento a los 4.000 luchadores encausados.