Juventud

11/8/2011|1189

La Fuba junto a los estudiantes chilenos

La Fuba y los “Estudiantes chilenos exiliados por la educación”, acompañados por decenas de organizaciones sociales, de derechos humanos y partidos de izquierda, se movilizaron desde el Obelisco al Consulado de Chile los pasados 5 y 8 de agosto. Las marchas reunieron a más de 500 compañeros, para repudiar la brutal represión del gobierno de Piñera contra los estudiantes y apoyar, a la vez, los urgentes reclamos de la juventud del país hermano. Los compañeros chilenos que estudian en la Argentina ya venían organizándose para manifestar su apoyo, como dio cuenta la edición digital de Prensa Obrera. Las acciones a favor de los estudiantes del país transandino fueron, de hecho, mundiales.

Chile no, ¿Argentina sí?

La conmoción chilena ha generado un debate político en nuestro país, que atravesó las movilizaciones de la Fuba. La conclusión más inmediata y evidente es el derrumbe del mito del “modelo chileno”, al que tanto palabrerío dedicó la derecha criolla de Duhalde y compañía -pero también los K, de excelente relación con Piñera. El “modelo” implica una educación pública municipalizada y desfinanciada; un estudiante debe endeudarse en miles y miles de dólares para poder cursar una carrera.

Más allá de esto, la confusión es deliberadamente buscada a partir de la participación del “ala izquierda” del kirchnerismo (el PC, CTA Yasky) en las marchas. El objetivo es mostrar que en Argentina estudiar “es gratis”, mientras en Chile se paga, lo cual exacerbaría las virtudes del “proyecto nacional”. Es una impostura, pues aunque es obvio que “no es lo mismo”, la razón de que en nuestro país el ciclo de grado universitario sea gratuito es la extraordinaria lucha del movimiento por la educación pública a lo largo de la historia. Cabe recordar que, hace no tanto tiempo, un ministro de Economía (López Murphy) caía tras el estallido que causó su intención de establecer aranceles. Era el gobierno de la Alianza, que integraban la ministra Garré o el candidato K Felleti. Luego, el grado es gratis, pero contenidos fundamentales se pasan a los posgrados, cuyo costo llega a las decenas de miles de pesos. A la vez, se busca ocultar que la crisis de la educación es generalizada, aunque con expresiones diversas, como consecuencia de la aplicación de una política capitalista elaborada por el Banco Mundial y el FMI (la “reforma educativa”), que los K profundizaron. Siguen la descentralización, el vínculo con el gran capital, la LES y la Coneau. En Chile, por su parte, esta política llegó a un extremo en la medida en que tuvo que ser aplicada a sangre y fuego por Pinochet, aunque luego continuada por la Concertación (o sea el PC), y ahora Piñera.

No es un caso aislado

La lucha en Chile sigue y se choca de lleno con el régimen porque va a problemas de fondo, como ser garantizar educación gratuita, lo cual requiere renacionalizar el cobre. A pesar de la brutal represión, el apoyo popular es creciente, como se demuestra en las movilizaciones y los cacerolazos a favor de los jóvenes. En nuestro país, se trata de profundizar las acciones de solidaridad y lucha, estrechando los vínculos con los compañeros exiliados, con la clara conciencia de que se trata de una lucha continental -como lo demostraron los portorriqueños meses atrás, e incluso nuestro país (estudiantazo). En el marco de la crisis más profunda de la historia, también en el terreno de la educación y el movimiento de la juventud se juega a que la bancarrota capitalista la paguen los capitalistas.