Juventud

7/7/2007|899

La lucha por el ingreso irrestricto


Es frecuente que a esta altura del año sea noticia que miles de jóvenes son bochados en los exámenes de ingreso de las universidades.


 


La ofensiva oficial limitacionista tiene como centro a las facultades de Medicina. Las camarillas dirigentes están fuertemente vinculadas al negocio de la medicina privada. Han establecido exámenes de ingreso en los que, por regla general, no llega a aprobar más del 30 o 35%. El conjunto de los decanos de Medicina reclama un cupo nacional de ingresantes para la carrera, que debería estar relacionado con la cantidad de camas disponibles en el sistema de salud.


 


Esta política limitacionista es apoyada desde el gobierno nacional, a través del ministro de Salud, Ginés García, que defendió los cupos porque “sobran médicos” y le exigió a la UBA que establezca su propio examen de ingreso. Detrás de Ginés se encuentran las universidades privadas (él mismo es dueño de una).


 


La maniobra de justificar los bochazos masivos en los exámenes por el mal rendimiento de los estudiantes, ocultando el objetivo premeditado de dejar afuera a la mayoría, se vino abajo por las denuncias de manejo arbitrario de los exámenes y de sus correcciones por parte de estudiantes y padres.


 


Medicina de Córdoba blanqueó el limitacionismo al establecer un cupo de 550 estudiantes; queda claro que la responsabilidad de que los jóvenes no ingresen a la universidad es del régimen.


 


El conflicto en La Plata y en el Comahue


 


Las universidades de La Plata y del Comahue tomaron otro camino; los consejos superiores (el gobierno de la universidad) se pronunciaron en contra de los exámenes eliminatorios.


 


Las facultades de Medicina se negaron a obedecer el mandato de los consejos superiores. En ambos casos lograron fallos favorables de la Justicia para mantener el examen de ingreso. Se ampararon en el artículo 50 de la Ley de Educación Superior, que las faculta a establecer su propio mecanismo de ingreso.


 


En el caso particular de La Plata, fue el Consejo Superior, dirigido por la camarilla del radicalismo (que años atrás había recurrido a una represión brutal para modificar en la Asamblea Universitaria los estatutos y adaptarlos a la ley menemista), la que votó la eliminación del examen con carácter eliminatorio. Todos los decanos, con la excepción del de Medicina, apoyaron la medida. ¿Qué pasó? ¿Se dieron vuelta? No. Porque no han rechazado los fallos ni defendido nuestra autonomía.


 


La resolución del Consejo Superior tampoco había establecido el ingreso irrestricto sino otorgado un plazo mayor para que aprobaran las materias. En La Plata ha quedado un régimen de ingreso 'aggiornado', mientras sigue el examen eliminatorio en Medicina.


 


El movimiento estudiantil


 


La Federación Universitaria de La Plata, en manos del PCR, viene actuando en un frente único con el Consejo Superior y la mayoría de los decanos. El tiempo pasa y la camarilla de Medicina se sale con la suya.


 


La UJS ha planteado otra orientación: el conflicto tiene una resolución al interior de la universidad. Bastaría que el Consejo Superior desconozca el fallo judicial, haciendo valer la autonomía (hay muchos precedentes en este sentido), para terminar de una vez con el examen de ingreso y permitir que los estudiantes vuelvan a cursar. ¡Qué el Consejo Superior desconozca el fallo! Esta debe ser la consigna del movimiento estudiantil.


 


El Poder Judicial no es el último recurso dentro del estado de derecho, sino un poder más del Estado, al que debemos enfrentar por nuestros derechos como lo hacemos con el Legislativo y el Ejecutivo. ¡Más en un país donde los jueces ocupan el banquillo de los acusados!