La Mella: “Estos son mis principios: si no les gustan, tengo otros”
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La copresidencia de la Fuba -La Mella-, lideró el rechazo a las orientaciones votadas por los organismos de la Federación. No actuó con una línea coherente, sino siguiendo la máxima "marxista" de Groucho, que titula este recuadro. En realidad, todo constituye una gran impostura.
La Mella-Marea Popular posó de "quilombera" ante la asamblea del 5 de diciembre, vociferando que una lucha de carácter político contra ella la "legitimaba". Pero La Mella-MP se encarga de "legitimar" al régimen universitario los 364 días restantes. Su derrota en las elecciones de la UBA es inseparable de la completa adaptación a las autoridades K: en Filo habían anunciado públicamente su voto por una deKana.
¿Y la democratización?
La Mella aseguró que "había que enchastrar la elección del rector"; sin embargo, inició 2013 votando al kirchnerista que dirige la Universidad Nacional de Córdoba -un enchastre para ellos mismos. Marea Popular anunció su inminente fusión con la Darío Santillán, que en La Plata llegó a hacer un frente con la JUP "para defender nuestro decano contra los radicales" (sic) e integra la gestión de Humanidades. Sus socios en Agronomía de la UBA (Frente Amplio para una Nueva Agronomía) votaron al decano de la Coneau y los convenios con Arcor-Golluscio, que luego se transformó en el primer firmante de una solicitada de apoyo a Barbieri, sin que La Mella abriera la boca jamás.
A último momento, La Mella rechazó ingresar para denunciar la asamblea y batallar políticamente contra las camarillas. También dijo que era "legitimarla", y sus consejeros estudiantiles quedaron afuera. Sin embargo, sí ingresó su graduado de Filo, que no abrió la boca, y hasta participó -absteniéndose- de la votación del rector. ¡Pavada de "legitimación"! Todo lo contrario de la lucha dada por los consejeros de la UJS.
La sumatoria de una impostura más grande que la otra no puede ocultar el derrotero político de un corriente que, lejos de contribuir a la pelea por la democratización, operó como un bloqueo, sumergida en trenzas con el kirchnerismo "para que sea otro y no Barbieri". También Axel Kicillof inició sus pasos de este modo: sus militantes están a tiempo de sacar conclusiones y no transformarse en secretarios o subsecretarios de futuros ajustes.