Juventud

22/9/2016

La primavera cristinista es una Massa

A propósito del acto K organizado por la nueva conducción de la FULP.
 


A casi un mes de que La Mella le entregara la FULP en bandeja, el “Frente Patriótico Milagro Sala” realizó su primer acto público, cuyo cierre estelar estuvo a cargo de CFK.


Es la primera vez en muchos años que la FULP es utilizada como plataforma para una campaña electoral del PJ. La conducción de La Cámpora-JUP, Quebracho y el MILES –que se hicieron de la FULP en base a mandatos vencidos, el voto de menos de la tercera parte de los delegados y la conducción de tan solo 5 de los 17 centros-prácticamente ocultó su convocatoria hasta el día previo. La elección del Club Atenas de La Plata fue coherente con este propósito electoral, porque allí, el 17 de octubre de 1972, se lanzó la candidatura de Héctor Cámpora para “luchar por la vuelta de Perón” a la Argentina –Perón regresó y fundó la Triple A.


El acto estuvo dominado por legisladores e intendentes del PJ, un sector del Rectorado y los decanos K, encabezados por Saintout, decana de la Facultad de Periodismo, y contó con transmisión en directo de Radio Universidad.


CFK y la “heterogeneidad”: un llamado a Massa


A nadie se le escapa que el discurso de Cristina estuvo focalizado en la reconstrucción de un frente electoral en el marco del peronismo. La invocación de la “unidad en la heterogeneidad” es un guiño a Massa, quien pasó de “traidor y agente del establishment” a “uno de los nuestros que se fue” (LPO, 20/9). El kirchnerismo residual, en retroceso y cercado judicialmente por las causas por corrupción, busca cobijo en el pejotismo. No importa que Massa promueva la militarización de las villas o que su apoyo parlamentario haya sido clave para pagarle a los fondos buitre.


La presidenta se mofó de los traspiés de Macri por el tema Malvinas, aunque fue bajo su gobierno que la British Petroleum obtuvo una prórroga récord de la concesión de Cerro Dragón, el principal yacimiento petrolífero del país. Nadie en su sano juicio podría decir que el “frente patriótico” YPF-Chevron pueda considerarse una clase magistral de soberanía.


En el tono profesoral que adopta en sus discursos, se refirió a la “memoria” de los desaparecidos platenses, pero sin nombrar a Julio López, de cuya segunda desaparición se cumplieron diez años apenas tres días antes. El domingo pasado, 10 mil personas marcharon en La Plata por López, pero los apóstoles K de la FULP ensayaron una columna diferenciada y diminuta. Cuando fue gobierno, el kirchnerismo desapareció a López de los discursos oficiales, garantizando la impunidad de los responsables.


Las invocaciones de la ex presidenta a hacerle frente a la “desigualdad que vuelve al país” son una farsa. El kirchnerismo dejó altísimos índices de pobreza y precarización laboral y los gobernadores K aplican, represión mediante, el ajuste macrista en sus provincias.


La presentación de la FULP K


Previsiblemente, los discursos de los dirigentes estudiantiles fueron dedicados a embellecer al gobierno anterior.


Un referente de La Cámpora mencionó una supuesta “revolución educativa” ocurrida durante los gobiernos kirchneristas, aunque se valieron la Ley de Educación Superior del “neoliberal” Menem como nunca antes. En el caso de la UNLP, sin ir más lejos, en las facultades gobernadas por el kirchnerismo se vaciaron las carreras de grado para reforzar los posgrados arancelados y crecieron el trabajo precario (y hasta gratuito) de docentes y no-docentes.


Los “pibes para la liberación” mencionaron reiteradamente a las figuras de Maxi Kosteki y Darío Santillán, en un forzado intento por identificar al gobierno K con su lucha cuando, por el contrario, garantizaron la impunidad y continuidad en el poder de buena parte de los responsables políticos de la masacre de Avellaneda –de Aníbal Fernández pero también Felipe Solá y “Juanjo” Álvarez, aliados del kirchnerismo durante varios años.


Por último, la mención de las reivindicaciones estudiantiles se redujo al “turno noche del comedor universitario”, para colmo frente a un palco dominado por las autoridades que se le opusieron sistemáticamente, y al boleto estudiantil, que su gobierno no aplicó en 12 años y fue producto de una lucha que boicotearon.


La conducción de los K no perdió tiempo en colocar a la FULP al servicio de recomponer una fuerza política, el PJ, que bastardeó durante décadas la educación pública. Este balance debe ser tenido en cuenta de cara a las elecciones estudiantiles que se celebrarán en noviembre próximo. La independencia de la FULP frente a los bloques políticos capitalistas, responsables del saqueo del país y del presupuesto universitario, es un requisito indispensable para enfrentar al ajuste de Macri y las autoridades universitarias.


Los estudiantes debemos sacar las conclusiones sobre estos sucesos para recuperar los centros de estudiantes y la federación para la lucha.


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