Juventud

30/6/2020

Los derechos de la juventud en caída libre

El 87% de los jóvenes de 15 a 18 años habían visto vulnerados al menos alguno de sus derechos.

En estos días se dio a conocer un estudio de la Secretaría de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional de Córdoba titulado “Jóvenes, vulnerados e invisibilizados. Desigualdad y juventud de la Argentina en los últimos 15 años”. Allí se refleja la dramática situación del sector. Particularmente hace un relevamiento desde el 2014 a la fecha, en el cual se informa que sufrimos un fuerte retroceso en el acceso a derechos básicos como la salud, la educación o el trabajo.


El doctor Gonzalo Assusa, investigador del Instituto de Humanidades dependiente del Conicet-UNC, señaló en declaraciones al medio Hoy Día Córdoba que “lo que encontramos es que las principales problemáticas de los jóvenes en nuestro país en los últimos años, no están relacionadas a fallas actitudinales o individuales de los jóvenes mismos, sino con brechas de desigualdad y vulneración de sus derechos”.


En el mencionado estudio se revela que en 2014 un 49% de jóvenes de 15 a 18 años habían visto vulnerados al menos alguno de sus derechos, porcentaje que en 2019 subió al 87%. Es decir que, en solo cinco años, se incrementó un 38% la pérdida de condiciones de vida en todos los aspectos que nos rodean. Este informe es revelador de la realidad a la que es sometida la juventud bajo el sistema capitalista; gobiernen los K o los macristas, no hay grietas a la hora de atacar derechos de la juventud.


La continua caída en los últimos 15 años de los derechos -como de acceso a la educación pública o la salud-, no solo toca a la juventud trabajadora, sino que cruza de punta a punta a la clase obrera más en general. La caída del empleo y la precarización laboral son moneda corriente en estos últimos años.


La crisis social y económica, que se agravó con la pandemia, lleva a desenmascarar el rol de quienes gobiernan, al servicio de las patronales y el pago de la deuda externa fraudulenta. Con esa orientación fomentan una mayor precarización de la mano de la reforma laboral, con la cual pretenden una mayor explotación de la juventud. El cuadro de pandemia vino a profundizar un ajuste precedente. En el caso de los presupuestos de educación, se pulverizan con la inflación.


La unidad de la clase obrera y la juventud se vuelve más necesaria que nunca, porque está puesto en el tablero de la situación actual quien paga la crisis. Es vital la organización bajo un programa de salida, para que la crisis la paguen los capitalistas.