Juventud

2/12/2010|1157

Elecciones en Sociales: Los K con los “destituyentes”, la Mella con los K

Del 23 al 26 de noviembre se desarrollaron las elecciones de Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales. Con un escaso 22% de los votos, la Juntada (Frente de agrupaciones independientes encabezado por la Mella) se quedó con la Presidencia, secundada por un frente entre la agrupación kirchnerista UES y Alternativa Académica (de la UCR), que obtuvo casi el 20%. Tercero, con el 17,7% de los votos, salió el frente kirchnerista “Sociales por el proyecto nacional”, conformado entre otros por la Cámpora y el Evita. EL frente de la izquierda La Comuna, encabezado por la UJS, se quedó con el cuarto lugar -el 15,2%. Muy por detrás se ubicaron Proyecto Sur con el 6% y Sabbatella con el 2,8%.

El rasgo distintivo de la elección fue el alto número de votantes, unos 6.500 estudiantes, esto a pesar de que hubo un día de votación menos (por el feriado) y de que ya había concluido la cursada del CBC. La alta participación estuvo signada por una fuerte movilización política de una parte del estudiantado, que se opuso a la lucha llevada adelante a lo largo del cuatrimestre -con una toma de todas las sedes de la facultad durante 45 días y la toma del Ministerio de Educación (que arrancó al gobierno 20 millones de pesos y el adelantamiento de las obras de construcción de un edificio único para la facultad, exigido desde hace diez años). El estudiantado conservador prefirió repudiar las tomas a la celebración de sus conquistas. La gestión kirchnerista de la facultad, con su decano de “Carta Abierta”, Caletti, había enfrentado la lucha estudiantil, incluido un lockout al dictado de clases que dejó libre a una importante cantidad de estudiantes de Sociales. Las agrupaciones estudiantiles kirchneristas fueron, junto con las agrupaciones del radicalismo y el PRO, la punta de lanza contra esa lucha. Lograron capitalizar esa política con una votación que supera al lugar que ocupan realmente en la facultad.

Con el escudo del “proyecto nacional”, las agrupaciones kirchneristas desarrollaron a lo largo de toda la semana electoral una fuerte campaña macartista contra la izquierda -una contradicción que solamente es tal en apariencia. La Mella y su Juntada, por su parte, fueron parte vital de esta campaña: el último día de la elección, sacaron el material más derechista de la elección, que acusa a la izquierda de estar con el Papa, con Blumberg, con Clarín, con Fibertel y con la policía de Ecuador, endilgándole a la izquierda “grandes consignas y derrotas heroicas”. Lo cual no deja de ser una concesión de parte de quienes sólo son capaces de protagonizar derrotas indignas.

La coincidencia entre las agrupaciones K y la Mella no se expresó únicamente en el ataque a la izquierda; los de la Mella-Juntada no dudaron en definirse como “kirchneristas críticos” ¡justo la semana en que el gobierno anunció la vuelta al FMI! Los kirchneristas y la Mella coincidieron en el apoyo al chavismo regional -cuando, también, enfrentan rebeliones indigenistas y obreras.

El pasaje de la Mella-Juntada al kirchnerismo “crítico” fue precedido por los acuerdos y compromisos que había tejido a lo largo de todo el año con el decano K Caletti, el que votaron por unanimidad en el consejo directivo todos los proyectos presentados a favor del gobierno nacional.

Luego de esta feroz adaptación a los K y a las autoridades, la Mella Juntada retrocedió alrededor de un 30% de los votos, convirtiéndose en la lista que más retrocedió en términos porcentuales (si se suman los resultados de las agrupaciones que conformaron La Juntada, que se habían presentado separadas las anteriores elecciones)

El frente de izquierda La Comuna retrocedió frente a las últimas elecciones y sacó la misma cantidad de votos que en las últimas elecciones no obligatorias, donde la izquierda perdió el Centro. La UJS de Sociales, la más numerosa de la UBA, desarrolló una fuerte campaña contra el acuerdo del gobierno contra el FMI, reivindicó la unidad obrero-estudiantil y el ejemplo de lucha del compañero Mariano Ferreyra, cuyo asesinato volvió a poner al desnudo la ligazón del gobierno con la burocracia sindical, las patotas, los empresarios y las tercerizaciones.

La elección mostró que el progreso de los K y la adaptación de la Mella y compañía al gobierno se dio en el marco de una política derechista -o sea macartista.