Juventud

5/5/2016|1409

Macri arregla con los rectores contra la lucha docente-estudiantil

El jueves 12 marchamos en todo el país

Presidente de la FUBA


Los anuncios de Macri volvieron a poner de manifiesto la “grieta” que divide a las universidades, señalada desde estas páginas en reiteradas oportunidades. La partida de 500 millones de pesos, equivalente al 1% del presupuesto, sirvió para contentar a los rectores, pero está muy lejos de resolver los problemas de la universidad. Alberto Barbieri, rector de la UBA y ex candidato a ministro de Educación del FpV, se mostró “esperanzado” (Clarín, 3/5) y rápidamente cerró filas con el gobierno. Muy distinta fue la actitud para con los docentes, a quienes el ministro Bullrich había ofrecido, el día anterior, un 0,6% más el 15% fijado como pauta de aumento para 2016, al que se agregaría otro 16% en enero de 2017. Una burla inaceptable que implica una reducción del poder adquisitivo de proporciones enormes, cuando la inflación de abril alcanzó el 7%. La misma situación afecta a los trabajadores no docentes, que protagonizarán este jueves una nueva jornada de paro nacional, como no ocurría desde el año 2001.


 


Los 500 millones, distribuidos entre las 53 universidades nacionales, son una gota en el océano del ajuste. El reforzamiento de los denominados “gastos de funcionamiento”, que no representan más que un 5% del presupuesto de las facultades, sigue muy por detrás de la inflación. Estos fondos apenas alcanzarían para cubrir los aumentos de los servicios, mientras se paralizan obras de infraestructura, se recortan cargos docentes, se congelan las becas y se reduce el financiamiento para investigación. El gobierno prepara un nuevo tarifazo en el subte, mientras en provincia el gobierno de Vidal se sigue negando a implementar el boleto gratuito, incumpliendo con la ley. Toda una manifestación de “principios” por parte de quienes aseguraron que pagarían la estafa del dólar futuro “porque los contratos hay que cumplirlos”.


 


El gobierno buscó y encontró en las autoridades –representantes de la minoría privilegiada que maneja el antidemocrático “cogobierno”- un punto de apoyo para arremeter contra la mayoría que estudia y trabaja en la universidad. Esto vale para Aníbal Jozami integrante de Carta Abierta, rector de la Universidad de Tres de Febrero, que festejó “la revalorización de la universidad pública” por parte de Macri (¡!). La respuesta de los docentes no se hizo esperar. Conadu Histórica ratificó su plan de lucha con una semana de paro del 9 al 14 de mayo. El martes 10 se organizarán cortes y clases públicas en todo el país y, el jueves 12, estudiantes, docentes y no docentes marcharemos por nuestras reivindicaciones: 45% de aumento salarial, presupuesto y boleto educativo gratuito. El plenario de la UJS de la UBA, realizado el 1° de Mayo con el objetivo de lanzar la campaña hacia el Congreso Nacional del 28 y 29 de mayo, votó impulsar asambleas y la ocupación de las facultades.


 


Los K, un freno


 


Los anuncios del gobierno apuntan a apagar el fuego de un movimiento que sigue expandiéndose de universidad en universidad. En la UBA se multiplicaron las “autoconvocatorias” en aquellas facultades, como Derecho o Económicas, cuyos centros, conducidos por Franja Morada, responden directamente al gobierno y al Rectorado. Pero la misma situación se produjo en Sociales, donde el centro dirigido por La Cámpora y el PJ le dio la espalda al conflicto. Sus representantes habían aprobado en el Consejo Superior el presupuesto de ajuste presentado por Barbieri y Emiliano Yacobitti, el secretario de Hacienda  de Franja Morada. A iniciativa de la UJS, la izquierda de la facultad organizó una asamblea que reunió a más de 400 estudiantes. La masividad de la convocatoria obligó a la conducción del centro a intervenir. El repudio a los K fue generalizado, lo mismo que el apoyo y las muestras de solidaridad con los docentes. En Sociales la cantidad de clases públicas fue récord. El centro terminó convocando a una “asamblea ordinaria” para la otra semana, con el único objetivo de plegarse al movimiento para mejor regimentarlo. En los centros conducidos por La Mella (Patria Grande), donde la línea es el “frente único” con los decanos y agrupaciones K, tampoco están convocadas asambleas.


 


Podemos ganar


 


El gobierno de Macri no tiene la capacidad para liquidar la universidad pública. Su política económica está produciendo contradicciones explosivas. Su única fuerza radica en la capitulación de la oposición peronista y kirchnerista, que prestó sus votos para aprobar el pacto con los buitres y utiliza sus posiciones burocráticas en los sindicatos para desarticular y contener la bronca del movimiento obrero. La universidad puede ganar esta pelea. La condición es que superemos las trabas que imponen las autoridades y las corrientes conservadoras que les son tributarias. El desafío es volcar toda la fuerza del movimiento estudiantil, docente y no docente. Esta es la orientación que guía a la UJS, que votó en su plenario intervenir en todas las asambleas y auto-convocatorias de esta semana con el objetivo de vertebrar un plan de lucha a fondo. A propuesta nuestra, el viernes 6 la Fuba pondrá micros para viajar a La Plata y participar de la gran marcha por el boleto. Del 9 al 14 de mayo promovemos la ocupación de las facultades, con vigilias, cortes y clases públicas. El jueves 12 protagonizaremos una gran marcha, que será replicada con acciones de lucha en todo el país. Solo los socialistas, que no tenemos compromisos con este régimen, tenemos las manos libres para impulsar a fondo la lucha por la educación pública. Esta es la fuerza que impulsa la campaña al Congreso Nacional de la UJS.