El último pero decidido ataque del gobierno provincial de María Eugenia Vidal contra el proyecto educativo del “Nacional de San Isidro” (Escuela Secundaria N°8) reabre una etapa de intensa lucha contra el recorte de la oferta educativa pública y un desmonte de la estabilidad laboral de sus docentes. La defensa irrestricta de estos fundamentos centrales que hacen a la calidad educativa del Nacional deben ser una tarea de todas las escuelas, pues implica una defensa integral de una educación pública de calidad, científica, laica y con estabilidad laboral y concentración horaria.

La afrenta de los gobiernos contra el “Nacio” se remonta a la menemista Ley de Educación Federal de 1993, que fue resistida en una enorme lucha de toda la comunidad. La embestida que federalizó y quebró el sistema educativo argentino, generando un cuadro de enormes desigualdades entre las provincias, no pudo ser aplicada en el colegio. El “Nacio”, de este modo, no sólo evitaba el desguace de contenidos educativos, sino que se convertía en una referencia de lucha y organización entre estudiantes, docentes y padres para toda la provincia de Buenos Aires. Bajo un acuerdo de integración con la Universidad de Buenos Aires (UBA), nunca concluido, la escuela conservó su proyecto hasta el 2009. 

En 2010, ya durante el período kirchnerista, y sancionada de la Ley de Educación Nacional (LEN) en 2006, cuando la Dirección General de Cultura y Educación (DGCyE) estaba a cargo de Mario Oporto, nuevamente se intentó avanzar en la adecuación curricular de la escuela con la oferta del conjunto de la provincia. Fue nuevamente mediante una enorme batalla de los diferentes actores escolares que se logró mantener en pie los aspectos centrales. Incluso, mediante tres resoluciones, se logró llegar a un acuerdo para titularizar a los docentes del “Nacio”.

Con el ministro Sánchez Zinny a la cabeza de la DGCyE, el gobierno de Vidal se predispuso a barrer con el proyecto del “Nacio”. La Alianza Cambiemos desconoce las resoluciones del 2010 e insta a una readecuación de conjunto para la escuela; se alega el desconocimiento absoluto de tres resoluciones ministeriales. El señuelo, advertido por la comunidad educativa, es la “progresividad” de esta verdadera contrarreforma anti-educativa: aletargando los tiempos, el gobierno traza una ofensiva “en cuotas”. Están en riesgo las horas cátedra, los talleres, las clases de apoyo y la variedad de idiomas. También lo están la estabilidad laboral docente y la posibilidad de concentración horaria.

Recordemos también el ataque que tuvo lugar el último 12 de junio, en los albores del debate y media sanción del proyecto del Aborto Legal, Seguro y Gratuito, cuando los estudiantes organizados en su Centro (CENSI) resolvieron realizar una vigilia como la que hicieron distintos colegios en todo el país, yendo a fondo en la extraordinaria campaña que, durante todo el año, viene realizando el movimiento estudiantil del “Nacio” por el Aborto Legal y la Educación Sexual Integral (ESI). Intentando evitar la permanencia de los estudiantes, las autoridades del colegio los enfrentaron, situación que terminó con la Policía dentro de la escuela. 

Llamamos a solidarizarnos masivamente con la comunidad educativa del “Nacio” para desenvolver una enorme lucha en defensa de su escuela. Mediante el método de las asambleas abiertas y la agitación callejera, se podrá detener este ataque que se pretende final, pero que encontrará, sin dudas, la resistencia férrea de docentes, alumnos y familiares.