Juventud

10/9/2022

Por una juventud piquetera y socialista, con las luchas populares y no con el FMI

Declaración del congreso nacional de la Unión de Juventudes por el Socialismo y la Juventud del Polo Obrero.

Por un movimiento popular con banderas socialistas.

Declaración del congreso nacional de la Unión de Juventudes por el Socialismo (UJS) y la Juventud del Polo Obrero (JPO).

El Frente de Todos puso a la embajada yanqui en la Casa Rosada. Las declaraciones altisonantes de hace algunos años, del estilo “golpear a la derecha” y poner plata “en el bolsillo de la gente” quedaron en papel mojado. El mandato entró en su etapa final abrazando al Council of the Americas y con una oficina del FMI monitoreando lo que hace y deja de hacer el gobierno peronista. Los traidores se fueron con Massa.

Los voceros que prometían investigar la “deuda de Macri” piden a gritos que las Universidades monitoreen los planes sociales, no para “ordenar”, sino para recortar, en un marco en el que más de un millón de pibxs perdió al menos una comida en los últimos años.

Ninguna decisión de estas características tiene para mostrar un resultado “nacional y popular”. La inflación anual puede llegar al 100%, el acuerdo con el FMI no trajo estabilidad ni nada similar, la pobreza puede alcanzar el 50% antes de que termine el mandato gubernamental.

La receta del ahora “superministro” es simplemente más ajuste: tarifazos, devaluación, recorte fiscal para llegar a las metas del Fondo. Es decir, para los capitalistas todo, para les trabajadores y la juventud, nada. De un plumazo recortó $210 mil millones ($70 mil millones a la Educación). El argumento que indica que esto es la única salida se muestra como falsa con sencillez: el gobierno le acaba de regalar un “dólar soja” a la burguesía agroexportadora, que tendrá más ganancias con su cosecha. Es decir, el Estado subsidia ganancias patronales con ajustes a los laburantes.

La vuelta de “la derecha” o la emergencia de figuras como Javier Milei o José Luis Espert, voceros del arancelamiento educativo y del “cárcel o bala” para la juventud más empobrecida, se inscribe en una crisis social y política que es responsabilidad de todos los que han gobernado, en particular del peronismo, que estuvo en la Rosada en 16 de los últimos 20 años.

¿A quién odian los que odian?

El pedido de condena del fiscal Luciani hacia la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner se da, curiosamente, en el momento en el que las “grietas” se estaban cerrando. El “Massazo” dejó sin ninguna queja a la oposición en materia económica. ¿O acaso Macri, Larreta o Bullrich van a criticar una política fondomonetarista? En sintonía, el sector kirchnerista, que muchas veces quiso posar de crítico en la alianza gubernamental, cerró filas sin ningún escrúpulo. La frase de Andrés Larroque (“Después de tres años de gobierno tenemos Ministro de Economía”) lo evidencia más que nunca. La necesidad de una “polarización” que ambos bloques buscan en Tribunales parten de una hoja de ruta común en la línea del ajuste.

El fiscal está lejos de alcanzar la trama de corrupción completa. No es esa su intención. El hecho de que su alcance se limite solo a Cristina Fernández de Kirchner y funcionarios y empresarios de menor envergadura, dejando de lado a los sectores capitalistas más consolidados y al personal político del macrismo, deja ver el carácter parcial y manipulado del proceso judicial en curso. Esta caracterización no puede confundirse con un embellecimiento del proceso de cartelización de la obra pública del cual el kirchnerismo (que estuvo en la Rosada en 15 de los últimos 19 años) y todo el régimen político son cómplices.

El atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández, que repudiamos sin más y sin ningún tipo de apoyo al gobierno, evidencia un punto sensible de la situación política. Esta acción se inscribió en una serie de “discursos de odio”, luego de que la mayoría de ellos fueran direccionados hacia el movimiento piquetero, es decir, todo un sector del pueblo que lucha contra el hambre y la pobreza. El propio agresor apareció unos días antes en la televisión hablando contra los planes sociales. Ese odio no sólo fue formado por sectores derechistas sino también , y principalmente, por el propio gobierno peronista. La propia Cristina fue vocera de esa estigmatización.

Status quo

Agrupaciones kirchneristas como La Cámpora y Patria Grande (La Mella) se jactaron durante mucho tiempo sobre la posibilidad de darle una perspectiva al “campo popular”, “desde adentro” del Estado. Ascenso social hubo solamente para ellos, que pusieron a sus cuadros políticos y juveniles a administrar una gestión ajustadora y fondomonetarista.

No solamente lo hicieron con el gobierno: hoy en día, mientras el pueblo pasa hambre, festejan en sus redes sociales la integración a las secretarías de las facultades y gestiones que no dan becas, que no solucionan los problemas edilicios de la educación superior, que ajustan el salario docente. El arribismo puede tener marketing pero nunca será popular.

Patria Grande ha decidido quedarse en el gobierno nacional del Frente de Todos, con la excusa de un subsidio ínfimo a pagar por última vez en el último trimestre del año, a partir de la liquidación de la cosecha de los sojeros. Es la línea que manifestaron Juan Grabois y Ofelia Fernández. No hay confesión más recalcitrante: no solamente porque evidencia de la manera más cruenta el mantenimiento y la cooptación en los sillones del Estado, sino también porque pide migajas para el pueblo mientras acepta sin chistar la entrega del país, peso a peso, dólar a dólar, al capital financiero internacional y al imperialismo.

Si el “Estado está presente”, es solamente para ajustar y reprimir, como hizo el gobierno de Kicillof y Larroque con las familias de Guernica, para beneficiar a los dueños de los countries de la Provincia de Buenos Aires. De la “juventud maravillosa” a los defensores de corta edad del status quo. El silencio y la complicidad de Cristina hacen ruido pero tienen un objetivo claro: sostener las resortes del poder frente a un gobierno que se derrumba.

“Soy piqueterx señor…”

Del otro lado del mostrador, copando semana a semana la Plaza de Mayo y la 9 de Julio, se encuentra el renacer de un movimiento que conmueve a la Argentina. Bombo, repique, bandera, piquete y lucha. Las organizaciones de la Unidad Piquetera vienen haciendo lo que no hacen las centrales sindicales como la CGT y las CTA, cómplices del ajuste, y ponen arriba del debate que la crisis no la tienen que pagar los trabajadores.

Algo similar ponen arriba de la mesa otras luchas del movimiento obrero como la del SUTNA, que rompe la contención de la burocracia sindical para hacer pasar el ajuste, por el salario y defendiendo los métodos históricos de la clase trabajadora.

Frente al FMI y sus voceros políticos oficialistas y opositores, hay un pueblo que lucha. Corte de ruta, asamblea, todo para combatir el hambre y la pobreza. La juventud viene siendo protagonista en el conjunto de las movilizaciones y rebeliones del continente (Chile, Ecuador, USA, Colombia). Es protagonista, hoy, del movimiento piquetero en toda la Argentina. Les estudiantes, ¿Cómo no vamos a estar ahí? ¿Cómo vamos a no ir con el pueblo que lucha?

Hacer escuela

La pandemia y la crisis social se llevaron puesto el acceso de la juventud a la educación pública. Más de medio millón de chicos y chicas no volvieron a las aulas. El ajuste y el aumento de la pobreza en las niñeces y la juventud hace estragos. La evidencia más fuerte se ve en el recorte a los sectores más empobrecidos. La implementación de la incompatibilidad para el cobro del Potenciar Trabajo y de la Beca Progresar implica un fuerte golpe a la juventud, por el sólo hecho de querer ir a la escuela, al terciario o a la universidad. El FMI y el gobierno buscan que les pibxs tengan que elegir entre comer y estudiar. Pocas muestras de crueldad son tan claras.

El ajuste en las escuelas y en las Universidades se ve, como nunca, en el ataque al salario docente, que en el caso de la Universidad se encuentra en migajas y el gobierno y las gestiones quieren que vuelva a perder alrededor de 20 puntos contra la inflación. El peronismo y Cambiemos se ligan en esta política.

La derecha agita que los problemas educativos tienen que ver con “la política”, “la militancia”. Seguro no la de las Federaciones mayoritarias: ni la FUBA y FUA radical ni la FULP ni ninguna Federación kirchnerista está lejana a las política de la burocracia sindical de la CGT. No construyen ninguna instancia de deliberación, pero no por falta de capacidad, sino por la complicidad política de ser parte del gobierno, o una parte sustancial del régimen universitario (UCR) y la fuerza opositora que buscará postularse como mejor medida para el capital en 2023.

Defender la educación implica el apoyo y la movilización a los docentes de AGD-UBA, a luchas como las de Santa Fe, Mendoza o La Rioja y a una movilización independiente de docentes y estudiantes. Eso es hacer escuela.

Por un movimiento popular con banderas socialistas

Desde la UJS entendemos que la juventud tiene que estar con el pueblo que lucha y no con el FMI. Es una discusión incluso en el seno de la izquierda: no es haciendo electorerismo con candidaturas prematuras que construiremos una alternativa política. Requiere estar en cada pelea popular y buscar construir un movimiento que supere el fracaso del conjunto del régimen político. Es más con el corte de ruta que pensando en los votos y eso para nosotros es clave.

Nos encontramos en un momento excepcional. La crisis que padece el país no refiere a cosas que no se pudieron hacer o a la mala praxis: es la consecuencia de años y años de entrega al capital financiero internacional y del FMI, de todas las fuerzas que gobernaron en las últimas décadas y de aquellos que quieren repetir recetas con palabras diferentes.

Esta situación está lejos de limitarse a las fronteras del país. El capitalismo no tiene nada para ofrecer más que guerras, hambrunas, destrucción ambiental, pandemias, ajuste y un sometimiento cada vez más cruento para quienes trabajan.

A su vez, en todo el continente es claro el fracaso tanto de las alternativas nacionalistas o mal llamadas progresistas como de las de derecha. De la segunda, pueden dar cuenta Lasso en Ecuador, el gobierno saliente de Colombia, Bolsonaro en Brasil como la experiencia de Macri en nuestro país. De la primera, además de Venezuela y la Argentina el ejemplo de Boric en Chile es muy nítido. Quien se presentaba como abanderado de la rebelión, ex presidente de la Federación de Estudiantes, viene de reprimir fuertemente a una movilización de estudiantes secundarixs.

Por eso, el llamado a construir un nuevo movimiento popular con banderas socialistas de la UJS y la JPO es a nivel internacional. Es cada vez más necesaria una movilización de todes les jóvenes del planeta, en función de una salida que se asiente sobre otras bases a las del capital. Es decir, una salida que levante las banderas socialistas, de la igualdad de las personas por las personas, del fin de la explotación, de una patria de la humanidad en la que se terminen los privilegios de unos pocos por el padecimiento de miles de millones.

La juventud tiene que aportar a una salida que se una a las luchas y las perspectivas de la clase trabajadora. Eso implica poner el corazón y el cuerpo en la calle. La salida es piquetera y es socialista, en la medida en que el sistema capitalista en tiempos de descomposición es un yunque que no tiene más que malaria.

Una certeza nos acompaña: si el presente es de lucha, el futuro es nuestro. A nadie le regalaron nada: solamente del lado correcto de la historia se consiguieron las grandes hazañas de nuestro pueblo.

Esta vez no será la excepción. Sumate a este desafío para que gobernemos les trabajadores y terminemos con un presente y un futuro de miseria.

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