Juventud

11/10/2012|1243

Su moral y la nuestra

Para contestar nuestra denuncia, “Su moral no es la nuestra”, Guillermo Pistonesi (PTS) se hace el soberbio con un pedido de “calma”, pero dedica el triple de espacios de la nota original. La extensión le sirve para eludir nuestros cuestionamientos. A nuestra denuncia de que usan la figura de Mariano Ferreyra para su campaña contra nuestro partido en las elecciones universitarias, apela a Jorge Julio López, Luciano Arruga y Carlos Fuentealba sin decir que la reivindicación de estos compañeros no forma parte de su campaña electoral, sino que lo hacen con la figura de Mariano en contra del PO. Por si no queda claro: hacen una utilización electoral y política de la figura de Mariano contra el partido político de Mariano. Los resultados electorales que obtuvieron demuestran que la manipulación no les sirvió de nada, pero tampoco es lo importante. Menos sentido aún tiene “desmentir” que “el que lucha por Mariano no puede criticar al PO”, si hasta kirchneristas pelean por el juicio y castigo de la patota de Pedraza.


La provocación degeneró en “ustedes no hacen nada por Mariano” de boca de los militantes del PTS hacia compañeros de la UJS, algo que podría haber sido un exabrupto si no se hubiera repetido tanto -incluso en el CBC de Avellaneda ¡donde militan los compañeros y amigos de Mariano! Esto lo dice, nada menos, que el partido que se ausentó de la lucha de los tercerizados ferroviarios (por eso no presenta un solo testigo en la instrucción del juicio). La campaña de nuestro partido para imponer la condena de la patota invade todo el país. Fuimos nosotros los que convocamos el jueves pasado a movilizarnos Plaza de Mayo por la aparición de Severo.


Pretender que el PO quiere “reservar” para sí la imagen de Mariano, cuando se ha transformado en un ícono de la juventud y la clase obrera -incluso más allá de las fronteras nacionales- es una patraña que se añade a la ‘moral’ que denunciamos. Simplemente repudiamos el bastardeo y la manipulación de nuestro compañero. En la lucha revolucionaria, la moral no es una cuestión menor.