Juventud

2/9/2020|1604

Todes al Congreso de la UJS del 25 y 26 de septiembre

Por la organización independiente de la juventud, para enfrentar al gobierno y al FMI.

La crisis que atraviesa nuestro país, que quiere ser descargada sobre las espaldas de lxs trabajadorxs, impacta fuertemente en la juventud. Esto se expresa en la grave situación educativa, agravada por la pandemia; en el crecimiento de la precarización laboral y el desempleo, y en el correlato que esto tiene en el aumento de la pobreza y la miseria.

A esto se suma la escalada represiva, que afecta particularmente a la juventud en los barrios, y que tiene como expresiones más brutales la desaparición forzada de Facundo Castro y los más de 90 casos de gatillo fácil en todo el país desde que empezó la cuarentena.

En este contexto, la Unión de Juventudes por el Socialismo convoca a su congreso para el 25 y 26 de septiembre, llamando a abrir paso a una organización de la juventud independiente de los gobiernos y el régimen del FMI, para luchar por todos los reclamos planteados y, en definitiva, por una transformación social junto a la clase obrera.

¿Qué puede ofrecerle a la juventud un gobierno ligado al FMI?

El gobierno de Alberto Fernández dejó claro desde su asunción que su objetivo era la renegociación de la deuda, como cuestión fundamental para una reactivación que pusiera fin a la crisis económica precedente.

Sin embargo, el reciente acuerdo con los bonistas -donde el gobierno cedió una y otra vez en la negociación, y la disposición del mismo de cerrar un pacto con el FMI- anticipa un “plan económico” en torno de los intereses del capital, que, en definitiva, agravará la crisis.

Sucede que los acreedores de nuestro país establecen como requisito fundamental avanzar con medidas que garanticen el pago de la deuda y que descarguen el peso de la crisis sobre las espaldas de lxs trabajadorxs y la juventud.

Esta política ya comenzó, con las medidas de ajuste que el gobierno viene tomando desde su asunción, con la quita de la movilidad jubilatoria, las paritarias al 0% para la docencia y la eliminación de la cláusula gatillo de la docencia universitaria y, recientemente, en la ampliación del Presupuesto macrista de 2019, que implica un recorte enorme a la educación y a las universidades. A partir de la virtualización por la pandemia, la crisis educativa precedente también se profundizó y hoy se constata hoy en una deserción récord.

Es por esto que denunciamos que el acuerdo con los bonistas y el pacto que se está negociando con el FMI son rivales directos de los intereses de la juventud y lxs trabajadorxs. Quienes peleamos por un presupuesto educativo acorde a las necesidades, por poner fin a la precarización laboral con trabajo genuino, por terminar con el hambre y la miseria en nuestro país, tenemos que oponernos tajantemente a esta política de entrega al FMI y al capital financiero.

¿Funcional a la derecha?

Mucho se habla en nuestro país acerca de la supuesta “grieta”, que dividiría al gobierno del Frente de Todos y las agrupaciones del nacionalismo con el ex gobierno de Juntos por el Cambio y la derecha. Pero en los hechos concretos del último período, hay que destacar que comparten una agenda común.

El gobierno de Alberto Fernández pretende valerse de algunos enfrentamientos discursivos, de un banderazo de consignas difusas y de controversias sobre algunos temas puntuales, para presentarse como defensor de los intereses nacionales. Pero si ahondamos un poco en la cuestión, es el propio Fernández quien se propuso “cerrar la grieta”, para lo cual avanzó en estos meses en varios puntos.

En tal sentido, no hay nada más funcional a los intereses de la derecha que un gobierno que acuerda con BlackRock y el FMI, que recula ante Vicentin, que le paga con plata de los jubilados los sueldos a Clarín o Coca-Cola o que sostiene a tipos como Sergio Berni como figuras de peso.

Esto tiene, más allá de alguna estrategia discursiva, un objetivo de fondo. Hoy, los intereses del capital financiero y de la burguesía nacional, que son contrarios a los de lxs trabajadorxs y la juventud, están representados en el gobierno nacional. La derecha opera como una variante de recambio de una misma orientación social.

En los últimos días, Alberto Fernández habló nada más y nada menos que con Kristalina Georgieva, titular del FMI, y le prometió que va a “saldar las cuentas” y mantener el “control social”. A quien bien entiende, las palabras le sobran: la Casa Rosada quiere venderse como una buena posibilidad de hacer pasar el ajuste en el país. La pregunta es, en tal caso: ¿les jóvenes podemos permitirlo?

Nos intentan vender como lo “único posible” un futuro realmente por debajo de lo que es necesario. En el fondo (y con el Fondo), tanto el gobierno nacional como la oposición derechista comparten lo elemental: un país en el que la juventud trabaje sin convenios colectivos, en donde sea cada vez más difícil estudiar, donde el ambiente sea pulverizado y la represión sea moneda corriente. La única alternativa es rebelarse. Patear el tablero para cambiarlo todo. La única opción es luchar.

Por una juventud revolucionaria y de lucha

La juventud argentina tiene desafíos de lucha muy importantes. En ese sentido, el Congreso Nacional de la UJS será un espacio de organización independiente, de lucha y bajo un programa socialista, para darle impulso a todos esos desafíos.

La política de ajuste y privatización en el terreno educativo continúa su rumbo en nuestro país con el nuevo gobierno. La virtualización educativa resultante de la pandemia, aplicada sin inversión presupuestaria y sin mediar debate con docentes y estudiantes, llevó a la deserción de miles de pibes. La supuesta “continuidad pedagógica” fue en realidad un “sálvese quien pueda”, ya que estudiantes y docentes fueron dejados a su suerte. Los gobiernos, y en el caso de las universidades las autoridades, han sido incapaces de garantizar las condiciones mínimas para el acceso de estudiantes y docentes a esta modalidad que emerge frente a la situación sanitaria.

En paralelo al ajuste presupuestario en la educación, se refuerza una política de privatización en las universidades, con el intento de armar negociados con la “educación a distancia” y con los convenios que ponen las investigaciones al servicio de las empresas, como es el caso de la multinacional Shell con Exactas-UBA.

Por otra parte, el crecimiento del hambre y la miseria es acompañado por un reforzamiento represivo en todo el país. El accionar criminal de las fuerzas de (in)seguridad desplegadas contra la juventud y los trabajadores dejó como saldo decenas de casos de gatillo fácil y una nueva desaparición forzada a manos de la Bonaerense, en el caso de Facundo Castro. No son “excesos”: es una política represiva que busca el “disciplinamiento social” para que pasen las políticas de hambre y ajuste. La campaña porque se vaya Berni, un personaje criminal puesto al mando de la “maldita Bonaerense” y ahora sostenido por el kirchnerismo, es fundamental para darle un golpe a esa política.

Los pactos del gobierno con la iglesia y los sectores oscurantistas son más fuertes que las promesas electorales. El clero juega un rol fundamental para los objetivos del gobierno: un papel de “contención” en su política de “pacto social”, que no es otra cosa que el sometimiento del conjunto del movimiento popular a los planes fondomonetaristas. Es por eso que el poderoso movimiento de mujeres y diversidades que puso en las calles la agenda por el aborto legal seguro y gratuito, en pleno 2020 se encuentra con la negativa por parte de Alberto Fernández de tratar tal derecho como una prioridad.  Más que nunca, la posibilidad de conquistar el aborto legal se encuentra en la capacidad de movilización que el movimiento de mujeres logre desenvolver para arrancarlo en las calles.

La pelea contra la destrucción del medio ambiente fue acogida fuertemente por la juventud que ve cómo el capitalismo pone en duda, incluso, el desarrollo de la vida en el Planeta Tierra con una escalada destructiva pavorosa. De nada le vale a la defensa del medio ambiente tener un ministerio a cargo de Juan Cabandié, pues ese ministerio está domesticado bajo los intereses del gran capital.

Miles de jóvenes en Argentina y en todo el mundo se organizan y promueven paros internacionales que continúan en ascenso contra la ultra-precarización laboral de las apps de reparto. La organización y solidaridad internacional ganan terreno y se suman jóvenes de nuevos países a esta pelea que nos tiene como principales protagonistas a lxs jóvenes. Nuestro congreso discutirá meticulosamente los enormes desafíos de la juventud precarizada y un programa para sus peleas.

La juventud se encuentra en movimiento en todo el mundo. Desde las y los estadounidenses que junto a su pueblo protagonizan una rebelión popular sin precedentes en el imperio contra Donald Trump y el conjunto de un régimen descompuesto, hasta la juventud chilena, que desafió al Estado alzando la voz contra un régimen que no tiene nada para ofrecerles. La agudización de la crisis capitalista anticipa nuevos choques y rebeliones populares.

El Congreso se desarrollará, a su vez, a poco menos de un mes del décimo aniversario del asesinato de nuestro compañero Mariano Ferreyra. Mariano es sin dudas un símbolo de la juventud militante, que lucha por la revolución y por poner fin a la opresión. En su figura se condensan peleas que siguen teniendo completa vigencia.

La historia nos espera

Planteadas las numerosas luchas que tenemos por delante, ¿cuáles son los obstáculos para la juventud?

Es evidente que un problema político central es la extendida cooptación de las organizaciones juveniles, que hoy se encuentran bajo el ala del gobierno o de la oposición derechista. ¿Podremos dar una lucha consecuente en defensa de la educación pública en alianza directa con el gobierno y las autoridades que ajustan y privatizan? ¿Vamos a avanzar en la conquista del aborto legal junto al gobierno que lo posterga en acuerdo con la Iglesia? ¿Vamos a terminar con la precarización laboral de la mano de quienes la avalaron y extendieron durante las últimas dos décadas? ¿Podemos defender el ambiente de la mano de los responsables de la depredación? ¿Se puede enfrentar la escalada represiva de la mano de los Berni y compañía que le dan más poder a las fuerzas de seguridad?

La Unión de Juventudes por el Socialismo, que se opone a esa cooptación, considera necesario abrirle paso a la organización independiente de la juventud, para enfrentar al gobierno y al FMI, y convoca en ese sentido al conjunto de la juventud a participar de su Congreso Nacional.

Si hay ajuste, no se puede estar con el gobierno y el Fondo. Si se quiere terminar con la represión, no se puede “bancar” a personas como Berni. Si se lucha por el aborto legal, no se puede transar con la Iglesia. La juventud no puede quedarse en su casa aguardando que nos den lo que jamás nos darán. Tiene que ponerse de pie, salir a luchar. El Congreso de la UJS busca ponerse al servicio de una juventud que tiene, como se dice, que patear el tablero. No podemos esperar más ni verla por TV. La historia nos espera.

 

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