Un balance de las primeras elecciones en la UBA
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Las conducciones de los cinco centros que tuvieron sus comicios durante la primera semana de septiembre fueron reelectas. Tanto aquellos dirigidos por la coalición patronal que se repartió el manejo del Rectorado -Económicas, Medicina, Derecho y Odontología-, como el único que la izquierda ponía en juego -Veterinaria-, donde fue ratificada la presidencia de Evet (UJS-PO e independientes).
Sin embargo, el balance está lejos de la “estabilidad”. Sucede que existió una fuerte confrontación política y desplazamientos de diverso tipo. En Medicina y Económicas, el rectorado se anotó puntos a favor, pues Nuevo Espacio amplió su diferencia respecto de los frentes de la izquierda que se oponen a su política.
En Medicina, creció 12 puntos porcentuales, llegando al 56%, mientras “El Frente” (liderado por Antídoto-UJS) retrocedió casi 17 puntos, hasta el 25,5%. El caudal de votos no debe ocultar el carácter extremadamente contradictorio de la coalición “oficialista”. Mientras en Medicina la batuta de Nuevo Espacio reposa en un sector del PJ que ayer jugó con los K y hoy va con Massa, en Económicas el predominio es del sector de la UCR que pretende un acuerdo con Macri. El eje de NE no fue la política; recolectaron votos a partir de un monumental aparato de servicios, financiado con recursos públicos. Ambos centros, indiferenciados de la gestión de la facultad, “resuelven” los problemas “cotidianos” que ellos mismos generan -por ejemplo, administrativos. Con estilo “PRO”, promueven la ilusión de que “la Facultad está cada día mejor”, aunque tras bambalinas exista un volcán de contradicciones (ad honorem, crisis edilicia). Un dato significativo es el intento de las fuerzas del Rectorado por “absorber” reclamos históricos del movimiento estudiantil y docente. En otras palabras, debieron mimetizarse con muchos de los planteos de la izquierda. Estas fuerzas, que respaldan a un rector que viene de un encuentro con el Banco Santander para fijar “política educativa”, realizaron una enorme demagogia en las elecciones, proclamando el “no a la Coneau” y la “defensa de la educación pública”. El movimiento estudiantil está muy lejos de acompañar posiciones privatizadoras, lo cual es una conquista legada por el prolongado trabajo realizado por la dirección combativa de la Fuba, de la mayoría de los centros de estudiantes y también de la docencia agrupada en la AGD-UBA. Indudablemente, un límite de nuestras campañas fue la capacidad para clarificar la incompatibilidad entre las reivindicaciones planteadas y la conducción de las fuerzas ligadas al rectorado.
En Derecho, por otro lado, la conducción del MNR (PS de Binner) retrocedió a expensas de sus aliados de Franja Morada -el Frente de Izquierda mantuvo una votación importante, de casi el 6%. En Odontología, el oficialismo derechista que es otro apéndice del rectorado (AFO), repitió una votación plebiscitaria -71%-; sin embargo, la lista V-PAR (UJS e independientes) avanzó en su votación, llegando a los 23%, y recuperando un segundo delegado para la Fuba. La Cámpora ni siquiera armó lista y La Mella, que se presentó por primera vez, obtuvo una votación marginal.
Veterinaria
La elección de Veterinaria fue la única en la que la conducción realmente estuvo en disputa. Durante los últimos años las elecciones son ganadas por Evet-Partido Obrero por una diferencia ajustada con la lista del rectorado. En esta oportunidad, la coalición peronista-radical-kirchnerista hizo un esfuerzo extraordinario por ganar las elecciones. El decano Marcelo Míguez (ex titular del Senasa, alineado con el kirchnerismo) se involucró de manera directa en la elección, volcando el apoyo de la camarilla profesoral para la lista La Tropilla, y otro tanto hizo el rectorado, que envió al escrutinio al Secretario de Hacienda de la UBA y presidente de la UCR Capital Emiliano Yacobitti. La pretensión de todo este bloque era derrotar la lista de izquierda, y por esa vía pretender recuperar la conducción de la Fuba. Para ello, durante todo el año prodigó recursos provenientes del erario público, junto al macartismo y la difusión de mentiras a partir del aparato de la Facultad. Sin embargo, fracasaron. Evet-Partido Obrero logró triunfar nuevamente en unas elecciones con participación récord, por una diferencia similar a la del año pasado, aunque ambas listas retrocedieron algo en porcentaje por haberse presentado una tercera agrupación. El hecho de que la tercera lista estuviera ligada al PRO y a otros profesores de la Facultad ilustra los límites de una ofensiva soldada en vínculos de camarillas y no en una confrontación política abierta. También en Veterinaria la lista rival apeló a todo tipo de demagogias, desde repartir apuntes al costo hasta criticar las restricciones que impuso el decano votado por ella. En paralelo a la elección se realizó un plebiscito, donde los estudiantes rechazaron las prácticas profesionales supervisadas que impulsa la gestión, pues suponen la descalificación de la carrera y la proliferación de trabajo gratuito.
Distintas políticas entre la izquierda
La izquierda no afrontó las elecciones de la UBA con un enfoque homogéneo. Lejos de reagrupar fuerzas contra la lista del rectorado que nos había derrotado por poco, el MST se retiró de “El Frente” en Medicina, y se sumó a una coalición divisionista con el PCR y El Brote; el resultado fue marginal, inferior al 2%. El PTS no abrió la boca sobre las elecciones en esa Facultad, y volvió a usurpar el nombre “Frente de Izquierda” en Económicas gracias al aval de Franja Morada. Cometió el pecado de asociar su nombre a la marginalidad, pues no llegó al 1,5%. Con La Mella y el Base, mantuvimos el MxE; sin embargo, recién cuando la elección ya había comenzado, aceptaron nuestro planteo de apuntar contra la política del gobierno K y sus vínculos con la gestión de la UBA y la FCE.
Cómo seguimos
Faltan ocho elecciones, en las cuales se concentra el mayor peso de la izquierda, que es mayoría en la UBA y en la Fuba. Un dato a destacar es el retroceso definitivo del kirchnerismo, acorde con la transición política en curso. En la UBA, finalmente, pavimentaron el retorno y consolidación de la camarilla más derechista de todas. La UJS-Partido Obrero realizará una campaña para destacar que se juega una batalla de fondo: defender los centros de estudiantes como organismos de lucha para enfrentar los planes de ajuste contra la educación y la universidad, y movilizar a los estudiantes junto con los trabajadores contra los despidos y las suspensiones, para que la crisis la paguen los capitalistas.