Los estudiantes bonaerenses acaban de obtener una enorme conquista: el boleto estudiantil provincial. Es el resultado de dos años de lucha, por la sanción de la ley, primero, y luego por su implementación. La gobernadora de Cambiemos, María Eugenia Vidal, que hace unos meses había asegurado que el boleto educativo gratuito “no estaba en agenda”, tuvo que recular ante la persistencia del movimiento estudiantil. Cuando se van a cumplir 40 años de la Noche de los Lápices, la conquista del boleto en Buenos Aires es un impulso para redoblar la movilización, en todo el país, por el boleto educativo gratuito para estudiantes y trabajadores de la educación. Una reivindicación vital para hacer frente a los tarifazos y aumentos de precios con los que el gobierno de Macri recibió el “segundo semestre”.

 

 

De Scioli a Vidal:  restrinjamos el boleto

 

En su retroceso, Vidal intenta simultáneamente limitar el alcance de la ley del boleto. El boleto gratuito regirá sólo para los estudiantes primarios y secundarios. En el caso de la Universidad de La Plata (UNLP), epicentro de las movilizaciones, se hará una “experiencia piloto” cargando 315 pesos a la Sube de cada estudiante por mes. El resto de las universidades de la provincia tendrán que esperar hasta 2017, según palabras de la gobernadora. De los estudiantes terciarios, ni noticia. Con la concesión a la UNLP, el gobierno pretende desarmar el movimiento de lucha en el resto de la provincia. En realidad, Vidal sigue el camino iniciado por el ex gobernador Daniel Scioli y el FpV: limitar el alcance del boleto educativo. El proyecto original, presentado por los legisladores del Frente de Izquierda, contemplaba el boleto gratuito para estudiantes y trabajadores de la educación de todos los niveles. En el Senado, el FpV excluyó a los trabajadores y, finalmente, Scioli dejó la gobernación sin reglamentar la ley.

 

 

Coordinadoras por el boleto en todo el país

 

Los estudiantes bonaerenses recorrieron un largo camino de lucha por el boleto. Es que los tarifazos empezaron ya en 2014, bajo la gestión de Cristina y Kicillof, y sus acuerdos con Chevron. En este cuadro, los estudiantes conformaron coordinadoras de secundarios, terciarios y universitarios por el boleto en cada distrito y una coordinadora provincial con el impulso de la FULP y los Suteba combativos. Las coordinadoras fueron el motor de la lucha por el boleto. Las agrupaciones K que estuvieron ausentes en esta pelea mientras eran gobierno, se sumaron en el último tiempo con la intención de llevar el movimiento al terreno del “vamos a volver”. Su orientación fue dividir el movimiento de lucha en función de sus propios intereses. Al día de hoy, el gobierno de la familia K en Santa Cruz sigue sin reglamentar la ley de boleto aprobada por la Legislatura, e incluso eliminó convenios que favorecían a miles de estudiantes. El desafío planteado es poner en pie coordinadoras independientes, replicando la experiencia bonaerense en todo el país, para unir al movimiento estudiantil y docente combativo y arrancar el boleto educativo gratuito.

 

 

Plan de lucha y un 16 de septiembre masivo

 

Vidal concedió el boleto educativo para evitar que el 16 de septiembre, cuando se cumplan 40 años de la Noche de los Lápices, se desarrolle una nueva rebelión educativa. No le demos ese placer. Apoyemos la lucha de nuestros docentes por la reapertura de las paritarias. Llevemos la bandera del boleto a la marcha que el movimiento obrero combativo y la izquierda están organizando para el próximo 9 de agosto, contra el ajuste y los tarifazos. 

Organicemos con asambleas un plan de lucha en cada localidad. Preparémonos para conmemorar la noche más trágica del movimiento estudiantil argentino. El 16 de septiembre copemos la Plaza de Mayo y todas las plazas del país.