Este domingo a las 16 h se realizará un besazo y asamblea en el Parque Avellaneda, en respuesta a un ataque odiante sufrido allí este domingo por parte de una pareja de chicas.

Como denunció una de ellas en su instagram, ambas se encontraban abrazadas cuando un hombre les reclamó que se separaran “porque habían niños en el parque y no era lugar para ese tipo de demostraciones”, para luego agredirlas con insultos y –ante la iniciativa de ella de grabarlo- “actuó violentamente empujándome” e “intentando golpearme con su puño”, “teniendo que ser detenido por mi pareja. Un pibe que estaba por ahí logro pararlo tambien.

El hecho generó un repudio generalizado en redes sociales y motivó la actividad prevista para el domingo, que cuenta con el impulso de un conjunto de vecines del lugar y de la Agrupación LGBTI 1969.

El ataque –que tuvo lugar solo dos días después de la Marcha del Orgullo- se suma a numerosos casos de violencia hacia el colectivo LGBTI, tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en todo el país.

Las agresiones tienen como caldo de cultivo las políticas de Estado.

En primer lugar, la política represiva hacia el colectivo, que se plasmó en el Protocolo General de Actuación de Registros Personales y Detención LGBTI elaborado por Patricia Bullrich. A mitad de este año, una jueza de la Ciudad condenó a un año de prisión en suspenso a Marian Gómez por besar a su esposa, convalidando a los agentes de policía que la detuvieron por ello en su momento -y, de conjunto, la persecución hacia nuestras identidades sexuales y de género.

A su vez, las conductas de violencia se ven auspiciadas por el avance de los “movimientos antiderechos” de los pañuelos celestes y la injerencia de las iglesias en la vida social, con el sostén de los partidos de gobierno. Se promueve desde el clero un discurso de odio contra las diversidades y las reivindicaciones de las mujeres.

Todo este cuadro muestra la importancia de la lucha por la separación de las iglesias del Estado, así como de conquistar una efectiva implementación de la Educación Sexual Integral laica, científica y de respeto a la diversidad sexual y de género, para informarnos y decidir sobre nuestros cuerpos.

Vamos con toda al besazo del domingo. Y a organizarnos por la ESI en todas las escuelas, por la separación de las iglesias del estado, contra los crímenes de odio y la persecución al colectivo LGBTI en las calles, con un movimiento independiente de las iglesias y los gobiernos capitalistas.